Stoiber deja el liderazgo de la CSU tras 14 a?os de poder total en Baviera
Un millar de delegados del Congreso de la Uni¨®n Social Cristiana (CSU) de Baviera respiraron ayer aliviados cuando el hasta ahora todopoderoso Edmund Stoiber, presidente del partido y jefe del Gobierno regional, se despidi¨® de ambos cargos tras un a?o de conflictos internos. Con un discurso de autosatisfacci¨®n y un balance de sus logros durante 14 a?os como presidente de Baviera, Stoiber abri¨® el paso a que Gunther Beckstein, ministro del Interior b¨¢varo, lo sustituya en el cargo p¨²blico y probablemente Erwin Huber, titular regional de Econom¨ªa, en la jefatura partidista.
Los conservadores b¨¢varos, el partido hermano de la democracia cristiana federal (CDU) y con dos ministros en el Gobierno de la gran coalici¨®n en Berl¨ªn, ensayan de este modo una bicefalia al frente del land m¨¢s prospero de Alemania. La canciller federal, Angela Merkel (CDU), puso Baviera como ejemplo de la recuperaci¨®n econ¨®mica alemana. Merkel defendi¨® el modelo de la gran coalici¨®n entre CDU, CSU y los socialdem¨®cratas y atribuy¨® a ese equilibrio los ¨¦xitos econ¨®micos del ¨²ltimo a?o.
Un dibujo en el influyente diario Suddeutsche Zeitung, de M¨²nich, es una muestra del deterioro de Stoiber. El l¨ªder aparece asomado a un balc¨®n contemplando una masiva manifestaci¨®n en su favor. "Quiz¨¢ no deber¨ªa haber dimitido", exclama. Su ayudante le responde: "Todos son actores de cabar¨¦ y caricaturistas, jefe".
La c¨¢ustica ilustraci¨®n revela hasta qu¨¦ punto Stoiber ha pasado de ser un pol¨ªtico admirado y temido a convertirse en el objeto preferido de los chistes. Todo en apenas en los 10 meses transcurridos desde que en enero una llamativa y rebelde dirigente local del partido, Gabriele Pauli, denunciara que Stoiber hab¨ªa ordenado que la espiaran y vigilaran a causa de sus constantes cr¨ªticas al presidente de Baviera y de la CSU.
A partir de aquella crisis, los eternos segundones como Beckstein y Huber vieron el cielo abierto para terminar con la era Stoiber que ha durado desde 1993.
De nada le han servido los magn¨ªficos resultados electorales obtenidos en el Parlamento regional de Baviera en 2003, con un 65% de los votos y una aplastante mayor¨ªa absoluta, ni la prosperidad econ¨®mica del land que registra el paro m¨¢s reducido de toda Alemania -apenas llega al 5%- ni los avances industriales de una de las regiones con m¨¢s desarrollo tecnol¨®gico de Europa. Algunos analistas comentan que el pol¨ªtico b¨¢varo inici¨® su declive en 2002, cuando fue derrotado por el socialdem¨®crata Gerhard Schr?der en las elecciones alemanas por apenas un pu?ado de votos.
Sea como fuere, Stoiber apareci¨® ayer fr¨ªo y serio, no hizo apenas alusiones a su despedida de los cargos, precisamente el mismo d¨ªa que cumpl¨ªa 66 a?os, y se centr¨® en una reafirmaci¨®n de los valores que han permitido a la CSU gobernar en Baviera durante el ¨²ltimo medio siglo, todo un r¨¦cord en los pa¨ªses de la UE. "Somos un partido m¨¢s de valores que de personas y nos importan los contenidos", tron¨® ante un auditorio que ansiaba terminar con el cap¨ªtulo de la crisis. Ra¨ªces cristianas, defensa del matrimonio y de la familia, tradici¨®n y modernidad a un tiempo y una econom¨ªa basada en las capacidades del individuo fueron las recetas que Stoiber ofreci¨® para que los conservadores de la CSU se mantengan en el poder.
No dud¨® el responsable b¨¢varo en destacar que "en esa combinaci¨®n de pantalones cortos de cuero y ordenadores port¨¢tiles", entre el folclorismo y la vanguardia, se halla la clave del ¨¦xito electoral de un partido identificado y confundido totalmente con su regi¨®n. En este sentido, la palabra patriotismo fue una de las m¨¢s utilizadas por todos los oradores, una noci¨®n que obliga a los alemanes. Stoiber aprovech¨® este ambiente patri¨®tico para matizar una de sus ¨²ltimas citas que levantaron una gran pol¨¦mica. "Las mezquitas no pueden ser m¨¢s altas que las catedrales, pero con ello quiero decir que los inmigrantes tienen derechos pero han de aceptar los valores de la mayor¨ªa", asegur¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.