Informaciones enconadas

Observamos con preocupaci¨®n la deriva informativa que, en relaci¨®n con el conflicto por la gesti¨®n de los derechos del f¨²tbol, ha experimentado EL PA?S durante las ¨²ltimas semanas. A falta de argumentos legales o empresariales no comprendemos su empe?o en desplazar el centro de atenci¨®n de este asunto hacia una vertiente estrictamente personal, salvo que dicho af¨¢n est¨¦ justificado por la defensa de los intereses econ¨®micos de su grupo de comunicaci¨®n. Si as¨ª fuera, perm¨ªtanos recordarle que la difusi¨®n de simples rumores o insinuaciones sobre nuestras relaciones privadas carecen de toda protecci¨®n constitucional, m¨¢xime cuando no tienen otro objetivo que el de situarnos como supuestos participantes en una red de favores por parte del Gobierno, intentando da?ar gravemente de esta manera nuestra trayectoria personal y profesional.

Se?or director, los rumores no son noticia, lo aprendimos trabajando en EL PA?S y en la SER; hay que evitar el recurso de disimular como fuentes informativas aquellas que s¨®lo aportan opiniones; la firma de una informaci¨®n es parte de su aval y de manera muy especial en el caso de aquellas presumiblemente pol¨¦micas. Son nuestras normas de deontolog¨ªa y son las de su Libro de Estilo, las cuales le invitamos a que repasen y, sobre todo, a que las apliquen. Por nuestra parte, al igual que Don Jes¨²s de Polanco, no responderemos a la calumnia de los que no saben competir lealmente.