El sucesor de Rato

Que Dominique Strauss-Kahn, ex ministro de Econom¨ªa franc¨¦s, re¨²na las mejores condiciones para ocupar la posici¨®n de director-gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) apenas palia el error que ha supuesto el m¨¦todo para su designaci¨®n. Si se pretende que esa instituci¨®n desempe?e un papel importante en la supervisi¨®n de la estabilidad econ¨®mica y financiera global, que ejerza su autoridad en todo el mundo, su gobierno ha de contemplar los intereses de los 180 Estados miembros que la integran.

La continuidad del acuerdo no escrito de 1944, por el que EE UU se reservaba el derecho a designar al presidente del Banco Mundial y los pa¨ªses europeos al m¨¢ximo responsable del FMI, es una muestra de la incapacidad para aplicar los principios de buen gobierno a las instituciones multilaterales, hoy m¨¢s necesarias que nunca. Han de ser criterios basados exclusivamente en los m¨¦ritos de los candidatos, con independencia de su nacionalidad, los que informen un proceso de selecci¨®n abierto al escrutinio global.

La necesidad de que el Fondo afiance su legitimidad es hoy m¨¢s necesaria que nunca. El papel de econom¨ªas distintas de EE UU y las europeas en la escena econ¨®mica y financiera global es ya muy significativo, especialmente en la distribuci¨®n de liquidez internacional. La eficacia de las actuaciones del FMI, con relaci¨®n a crisis financieras globales o episodios de inestabilidad como los actuales, requiere competencia t¨¦cnica de sus directivos, y tambi¨¦n legitimidad indiscutida.

La precipitada renuncia de Rodrigo Rato, sin agotar el mandato para el que fue designado, no ayuda a afianzar ese prestigio y legitimidad que precisa el cargo. Las reformas que inici¨® han quedado ensombrecidas por esa salida, y ello ha afectado tambi¨¦n indirectamente al prestigio de Espa?a. Entre las principales tareas de su sucesor figuran abordar esos problemas de legitimaci¨®n y acelerar la participaci¨®n de las econom¨ªas emergentes, revisando a fondo el procedimiento de representaci¨®n en los ¨®rganos de decisi¨®n. Adicionalmente, deber¨¢ ajustar su presupuesto a la reducci¨®n de ingresos financieros derivada de la cancelaci¨®n anticipada de sus deudas por parte de algunos pa¨ªses, que han querido librarse de los condicionantes con que obtuvieron cr¨¦ditos de la instituci¨®n.

Es llamativo el contraste entre el buen momento de la econom¨ªa espa?ola y su escasa presencia en los organismos econ¨®micos internacionales, y la compatibilidad entre la negativa marcha de la econom¨ªa francesa y su n¨®mina de altos funcionarios al frente de instituciones como el Banco Central Europeo, el Banco Europeo para la Reconstrucci¨®n y el Desarrollo o la Organizaci¨®n Mundial del Comercio; y ahora, el FMI.