Las reticencias a los debates
Cuando un gobierno se encuentra en minor¨ªa suele pens¨¢rselo dos veces antes de remitir un plan sectorial para su debate en el Parlamento. El panorama que se le presenta es el siguiente: la oposici¨®n se une y le da la vuelta; el Gobierno es capaz de negociar previamente y saca adelante el plan, aunque con concesiones, y la tercera opci¨®n es no mandarlo, ya que no tiene obligaci¨®n legal de hacerlo. En estos casos, la que peor parada sale es la imagen del Ejecutivo, que reh¨²ye el debate en el Parlamento.
Para evitarlo, lo normal es que se emplee a fondo en las negociaciones previas, demuestre su mano izquierda y se garantice previamente los apoyos para evitarse sorpresas. Aunque el Ejecutivo no tiene obligaci¨®n legal de remitir los planes a la C¨¢mara, supone una deferencia, algunas veces inexcusable. Por ejemplo, cuando se trata de cuestiones de gran calado social, como la vivienda, en las que el debate siempre resulta conveniente.
El consejero de Vivienda y Asuntos Sociales, Javier Madrazo, es quien m¨¢s pegas ha puesto a estas discusiones parlamentarias. Ya las eludi¨® la pasada legislatura con el primer Plan Director de Vivienda y ha tratado de resistirse tambi¨¦n esta legislatura con el segundo plan. La insistencia de la oposici¨®n, que no se conform¨® con su comparecencia en comisi¨®n para dar simplemente explicaciones del contenido, permiti¨® que se celebrara el debate a fines de diciembre. El resultado del mismo result¨® sorprendente, con alianzas entre Ezker Batua, PSE y EA para solicitar a las diputaciones que reduzcan sus deducciones a la compra de vivienda y se emplee el dinero en ayudas directas. El PP y el PNV se opusieron.
Otro caso sonado de reticencias al debate fue el que protagoniz¨® el pasado a?o el consejero de Sanidad, Gabriel Incl¨¢n, con el Plan Estrat¨¦gico para el Desarrollo de la Atenci¨®n Sociosanitaria en el Pa¨ªs Vasco. Su tramitaci¨®n result¨® rocambolesca. El Ejecutivo fue obligado a llevar el plan al Parlamento tras perder una votaci¨®n frente a toda la oposici¨®n. Socialistas, PP y EHAK forzaron en mayo del a?o pasado la remisi¨®n al Parlamento de este plan para su debate, en contra el criterio del tripartito, y despu¨¦s de que el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, e Incl¨¢n lo hubieran presentado p¨²blicamente.
Una vez que el Gobierno asumi¨® que deb¨ªa mandarlo, la Mesa del Parlamento lleg¨® a paralizar su tramitaci¨®n al llegar a la C¨¢mara avalado s¨®lo por el consejero y no haber sido aprobado como comunicaci¨®n en Consejo de Gobierno. Finalmente, dio luz verde al env¨ªo al Parlamento como comunicaci¨®n del Ejecutivo en pleno. Esa fue la primera vez que el Gobierno realiz¨® un env¨ªo al Parlamento de esta forma, lo que ocurri¨® despu¨¦s de resistirse al m¨¢ximo a someter ese documento a debate parlamentario.
En otras ocasiones, lo que ha ocurrido es que el tripartito se ha valido de la incompatibilidad de la oposici¨®n para sumar sus votos para barrer todas sus propuestas. Ocurri¨® con el primer Plan de Inserci¨®n 2003-2005, debatido durante la pasada legislatura. El tripartito rechaz¨® en un instante las 70 propuestas de resoluci¨®n que los partidos de la oposici¨®n hab¨ªan presentado en el pleno de la C¨¢mara para mejorar el plan. La parlamentaria y portavoz de Ezker Batua en el debate, Kontxi Bilbao, justific¨® el rechazo en que la falta de tiempo impidi¨® a los grupos del tripartito analizar en profundidad las propuestas de la oposici¨®n. Tan solo tuvieron ocasi¨®n de leerlas someramente, pero eso fue suficiente, asegur¨®, para comprobar que gran parte de ellas trataba sobre cuestiones que ya figuran en el plan, por lo que optaron por rechazarlas en su conjunto. El enfado de la oposici¨®n ante el argumento de la falta de tiempo result¨® may¨²sculo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.