Tapas

El otro d¨ªa me contaba un amigo que una conocida marca de cerveza vasca hab¨ªa puesto en marcha una iniciativa revolucionaria. Si ped¨ªas la bebida en cuesti¨®n en un bar, te regalaban una bolsita de frutos secos (un pu?ado de cacahuetes, por lo visto) para acompa?ar el trago. Esta promoci¨®n podr¨ªa observarse como anecd¨®tica por parte de los consumidores locales, pero si tenemos en cuenta que una de las peculiaridades de nuestro pa¨ªs es que en los bares nunca te ponen "tapa" con tu consumici¨®n, entender¨¢n por qu¨¦ califico la medida de rupturista.

Lo habr¨¢n vivido en sus propias carnes o se lo habr¨¢n contado: un vasco flipa cuando va a ciudades como Granada o Salamanca y con su cerveza o copa de vino le ponen una raci¨®n de ensaladilla, unas patatas al ali-oli o incluso un bocadillo de lomo. Primero mira desconfiado al camarero y le espeta: "Yo no he pedido esto". Entonces, el de la barra le pregunta si quiere otra tapa diferente, si la que le ha puesto no le gusta. Lo que no concibe el ciudadano vasco es que por una ca?a le den algo gratis. ?C¨®mo te van a regalar algo que parece ser m¨¢s caro que lo has pedido? No nos cabe en la cabeza. Cuando caemos en la cuenta que no tendremos que pagar por ese plato de jam¨®n, nos ponemos m¨¢s contentos que unas casta?uelas.

Es normal que alucinemos. Es inconcebible plantearse la misma situaci¨®n en Euskadi. Te pides un crianza y te ponen por la patilla uno de esos pintxos de dos euros y medio. ?A que no se lo imaginan? Voy a recurrir al t¨®pico, pero en este caso tiene mucho que ver la verdad: en Donosti tienes que recurrir a la donaci¨®n de ¨®rganos en vida para poder permitirte ir de pintxos, mientras que en Almer¨ªa, por ejemplo, te tomas tres cervezas y con las tapas ya has cenado.

Por otro lado hay que admitir que es una cuesti¨®n de calidad, que no es lo mismo tomarte un plato de salchichas con panceta que una tartaleta de hongos con foie. Hay sitios donde preferir¨ªas que no te pusieran tapa, la verdad. En un asturiano de Madrid muy popular por servir tapas enormes, nunca he probado el plato que me ponen con la cerveza. Nunca he sabido qu¨¦ tipo de alimento es. Un amigo dijo una vez que parec¨ªa un guiso de "orco", es decir, un mejunje fabricado con los restos de los monstruos del Averno de la trilog¨ªa de El se?or de los anillos. Tambi¨¦n es habitual que la tapa de algunos bares consista en una rebanada de pan con salsa rosa encima. Com¨¦rselo no es muy tentador, se lo pueden imaginar. Adem¨¢s, hay que admitir que los turistas que vienen a Euskadi no echan de menos la tapa de sus lugares de origen porque alucinan con nuestra cocina en miniatura.

Por todo esto me parece que una bolsa de man¨ªes adosada a un botell¨ªn de cerveza puede revolucionar el panorama hostelero vasco. Quiz¨¢s sea el principio de una profunda transformaci¨®n en nuestro modo de vida, incluso m¨¢s relevante que la consulta popular planteada por el lehendakari. Primero ser¨¢ la tapa gratuita, pero luego vendr¨ªan m¨¢s cambios y m¨¢s significativos. Incluso podemos fantasear con la posibilidad de que alg¨²n d¨ªa los vascos practicaremos sexo con mayor frecuencia y sin los calcetines puestos.