La fe que da origen a la patria
En las navidades de 1885 (pero con fecha de 1886), Verdaguer publica Canig¨®, un extenso poema dedicado "als catalans de Fran?a" (a los catalanes de Francia), con el subt¨ªtulo Llegenda pirenaica del temps de la Reconquesta (Leyenda pirenaica del tiempo de la Reconquista). Compuesto durante los ¨²ltimos cinco a?os, se trata de un poema ¨¦pico en diez cantos (m¨¢s un ep¨ªlogo a?adido en su segunda edici¨®n) con el que el poeta pretende contrarrestar la supuesta hispanidad de L'Atl¨¤ntida. La complejidad t¨¦cnica -cada canto sigue una m¨¦trica diferente- y un refinamiento expresivo superior a los de la epopeya precedente hacen de Canig¨® la mejor obra po¨¦tica de Verdaguer.
La acci¨®n discurre a mediados del siglo XI, y el argumento es como sigue. Una vez armado caballero, Gentil, el protagonista, se enamora de Griselda, pastora cuyo rostro creer¨¢ reconocer en el de Flordeneu, la reina de las hadas que habitan las alturas de Canig¨®. Bajo su hechizo, Gentil abandona sus obligaciones b¨¦licas (no acude a luchar contra los moros, que desembarcan en Cotlliure y hieren a su padre) y es asesinado por su t¨ªo, el conde Guifre, que entierra su cuerpo en la monta?a, donde funda un monasterio. ?nese a ¨¦l su hermano Oliba, futuro abad de Ripoll y obispo de Vic, que, junto a sus monjes, asciende el Canig¨® para alzar all¨ª una cruz y ahuyentar las hadas para siempre.
15CANIG?
Jacint Verdaguer
Este largo poema apareci¨® en 1886 con el sello de Llibreria Cat¨®lica y ahora puede encontrarse en Quaderns Crema, Proa y Edicions 62. Alianza hizo una versi¨®n castellana en 1988. La vida del cl¨¦rigo Jacint Verdaguer (Folgueroles, 1845Barcelona, 1902) est¨¢ llena de episodios controvertidos, pero el pueblo le ador¨®: su entierro fue el duelo m¨¢s impactante de la historia de Catalu?a.
Los elementos paganos (los moros y las hadas) se contraponen a las fuerzas cristianas y crean una tensi¨®n dram¨¢tica en cuyo centro se encuentra Gentil, el joven protagonista, que es, sobre todo, un so?ador. Eso permite al poeta reducir las partes narrativas y acentuar los momentos l¨ªricos y descriptivos del poema, como el Cant de Gentil, de ecos f¨¢usticos y de un romanticismo extremo.
Canig¨® aparece el mismo a?o que empiezan las obras de restauraci¨®n del monasterio de Ripoll, vistas por el poeta -y por su obispo, el catalanista Morgades- como s¨ªmbolo de la restauraci¨®n de la naci¨®n catalana. En una Catalu?a progresivamente descristianizada por la industrializaci¨®n y descatalanizada por la acci¨®n del Estado liberal y uniformador, el poeta recurre a la alegor¨ªa para proponer una vuelta a los principios que hicieron posible el nacimiento de la naci¨®n: la fe da origen a la patria. A fines del siglo XIX, la recatalanizaci¨®n del pa¨ªs conlleva su recristianizaci¨®n.
El germen del poema se halla en la contemplaci¨®n de las ruinas de Sant Miquel de Cuix¨¤ y Sant Mart¨ª de Canig¨®, dos monasterios pirenaicos que Verdaguer conoci¨® en un estado m¨¢s que lamentable. La Revoluci¨®n Francesa y sus consecuencias (laicismo y centralismo) hab¨ªan roto con la tradici¨®n cristiana y catalana de los antiguos condados de allende el Pirineo. Verdaguer hall¨® en esas ruinas y en la monta?a el tema m¨¢s apropiado para una impresionante eleg¨ªa -Los dos campanars- que dar¨ªa origen a Canig¨® y que m¨¢s tarde incorporar¨ªa al poema como ep¨ªlogo y contrapunto al nacionalismo de su leyenda. Para un rom¨¢ntico como Verdaguer, la naturaleza -el Canig¨®- es el perenne "monumento de Dios", que est¨¢ por encima de la historia y de las obras, perecederas, de los hombres.
Con la publicaci¨®n de Canig¨®, Verdaguer ve repetidas las muestras de reconocimiento que cr¨ªticos y lectores le hab¨ªan dedicado cuando L'Atl¨¤ntida. Pronto recibe toda suerte de elogios, entre los cuales los de Men¨¦ndez y Pelayo que, en carta particular, le expresa su felicitaci¨®n por una obra "m¨¢s interesante que La Atl¨¢ntida y m¨¢s arm¨®nica en su factura", reiter¨¢ndole que le considera "el poeta de mayores dotes narrativas de cuantos hoy viven en tierra de Espa?a".
Narc¨ªs Garolera es experto en Verdaguer y autor de una edici¨®n cr¨ªtica de Canig¨®.
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