Pinochet y los suyos

Aunque desde Espa?a, dada nuestra propia historia, no estamos para dar lecciones a este respecto, no podemos sino felicitarnos de que los que han expoliado Chile bajo el r¨¦gimen de Pinochet empiecen a rendir cuentas ante la justicia, empezando por su familia m¨¢s directa -viuda e hijos- y los generales y ayudantes que le acompa?aron y se aprovecharon en su sangrienta dictadura. Pinochet, como tanto dictador, se present¨® como un patriota y un salvador de Chile, pero adem¨¢s de asesinar se dedic¨® a robar y expoliar a su pa¨ªs. La historia le est¨¢ poniendo en su sitio, no s¨®lo por los cr¨ªmenes cometidos contra millares de personas, sino por haber expoliado al Estado y a los particulares, evadido impuestos y sacado una parte de ese dinero al extranjero.

El juez Carlos Cerda, el ¨²nico que empez¨® a investigar casos de violaciones de derechos humanos cuando Pinochet estaba a¨²n en el poder, ha acusado y encarcelado a los familiares y al c¨ªrculo militar m¨¢s ¨ªntimo del dictador por malversaci¨®n de fondos p¨²blicos, fraude y evasi¨®n fiscal. S¨®lo la muerte, en diciembre pasado, ha evitado al golpista tener que afrontar estos cargos. Ya en los a?os previos a su fallecimiento, Pinochet parec¨ªa temer m¨¢s la tenaza de la justicia respecto a estos robos que respecto a los cr¨ªmenes contra los ciudadanos cometidos por su r¨¦gimen. Pero fue una investigaci¨®n del Senado de Estados Unidos la que en 2004 sac¨® a la luz los millones de d¨®lares que el general ten¨ªa en m¨¢s de un centenar de cuentas bajo falsas identidades en el banco Riggs, y en otros lugares, por un total, al menos el conocido, de 27 millones de d¨®lares.

Esta actuaci¨®n judicial lenta pero insoslayable no es el final de esta escandalosa historia, no s¨®lo por la evoluci¨®n del caso y su proceso, sino porque hay otros aspectos oscuros en el modo en que se enriquecieron muchos de los que participaron directamente en aquella dictadura, pero que acabar¨¢n saliendo a la luz. Pinochet fue generoso, en dinero y hasta en tierras, con los que mataron con ¨¦l.

El paso dado por el juez Cerda no s¨®lo contribuir¨¢ a hacer justicia, sino que ha cortado de ra¨ªz toda aspiraci¨®n de los hijos de Pinochet de entrar en la pol¨ªtica, especialmente de la ¨²ltima que se postul¨® para ello, Luc¨ªa Pinochet Hiriart, que quer¨ªa hacerlo para "luchar contra la delincuencia", seg¨²n sus propias palabras. El silencio de tanto pinochetista en Chile ante estas detenciones indica que la derecha recela ya de este apellido ahora asociado no s¨®lo con la represi¨®n y la muerte, sino tambi¨¦n con el expolio y que demuestra c¨®mo es el amor de los dictadores hacia sus pa¨ªses.