"Alg¨²n d¨ªa habr¨¢ un zombi en 'Barrio S¨¦samo"
George A. Romero (1940), neoyorquino de padre gallego y madre lituana, transform¨® la iconograf¨ªa del cine de terror con La noche de los muertos vivientes (1968).
Ahora reincide con el arquetipo en Diary of the dead, feroz comedia negra que disecciona la plaga zombi en tiempo real mediante c¨¢maras digitales, tel¨¦fonos m¨®viles y artefactos de videovigilancia: en suma, la gran pesadilla de la era de la informaci¨®n como virus incontenible.
Pregunta. ?Le incomoda el hecho de que se le considere el padre fundador del moderno cine de terror norteamericano?
Respuesta. Cuando me lo dicen, no me lo creo. Siempre he sido un director modesto, que ha desarrollado su trabajo fuera de Hollywood y por debajo de los radares de la industria y, de repente, me quieren convertir en el Padrino. S¨®lo en mis ¨²ltimas dos o tres pel¨ªculas he notado cierto dominio del arte de dirigir. John Ford hizo 250 pel¨ªculas y yo, de momento, he hecho tan s¨®lo 17. O sea que a¨²n me queda un largo camino.
P. Fue precisamente el remake de uno de sus cl¨¢sicos, El amanecer de los muertos (2004), de Zack Snyder, lo que impuls¨® la reciente recuperaci¨®n del zombi en el cine de la cultura popular.
R. S¨ª, y esa pel¨ªcula hizo mucho m¨¢s dinero que la m¨ªa, Zombi (1976). Soy muy c¨ªnico ante todo este fen¨®meno, porque creo que s¨®lo tiene que ver con el dinero. Se han hecho pel¨ªculas como 28 d¨ªas despu¨¦s (2002), Stephen King ha escrito una novela sobre zombies (Cell), han aparecido videojuegos como Resident evil y House of the dead; Max Brooks, el hijo de Mel Brooks, ha publicado libros como The zombie survival guide y World war Z: an oral history of the zombie war... Los zombies se han hecho tan populares como los vampiros, que llegaron a contar con su propio mu?eco en Barrio S¨¦samo. Quiz¨¢ la semana que viene introduzcan en Barrio S¨¦samo un mu?eco zombi.
P. A diferencia de los suyos, los zombies de estas nuevas pel¨ªculas corren a gran velocidad. ?C¨®mo valora usted esas desviaciones del canon?
R. En mi nueva pel¨ªcula me r¨ªo de todo eso. Mis muertos vivientes no corren, porque, si est¨¢s muerto y te pones a correr, lo m¨¢s probable es que se te fracture la pierna. No creo que la velocidad los haga m¨¢s terror¨ªficos. Uno de los monstruos cl¨¢sicos que me ha dado m¨¢s miedo es la momia, que, como usted sabe, se mueve con gran lentitud.
P. Los protagonistas de Diary of the dead son j¨®venes estudiantes de cine de Pittsburgh, a los que usted describe con poca benevolencia. ?Han cambiado mucho las cosas desde que usted era, tambi¨¦n, un joven aprendiz de cineasta en Pittsburgh?
R. Nosotros ¨¦ramos hippies. Los j¨®venes de ahora son m¨¢s sofisticados y controlan m¨¢s los medios. Cada una de mis pel¨ªculas sobre muertos es el espejo de la d¨¦cada en que la rod¨¦. Las cosas se van sofisticando, cambia el comportamiento general, el vocabulario...
P. Su pel¨ªcula habla de la cultura de los videoblogs y myspace, contempl¨¢ndola como una cultura del narcisismo.
R. Lo es, en cierto sentido. Ahora todo el mundo piensa que no s¨®lo tiene el derecho, sino el privilegio y el deber de comentarlo todo. Eso hace que, por ejemplo, alg¨²n lun¨¢tico de Kansas City cuelgue sus sandeces en la Red y tenga 100.000 personas que lo sigan. La opini¨®n ya no se reduce a la esfera ¨ªntima, sino que se proyecta a escala global. Todo nos lleva, de nuevo, a una suerte de estructura tribal.
P. Se habla en Diary of the dead de mentiras institucionales, pero tambi¨¦n de la proliferaci¨®n de mentiras que propicia la participaci¨®n masiva en la Red. ?Estamos cada vez m¨¢s lejos de la verdad?
R. Lo primero que tenemos que preguntarnos es: ?qu¨¦ es lo que hace v¨¢lida una opini¨®n? Es f¨¢cil mentir y que mucha gente te siga. Normalmente, en la Red uno predica a los conversos. No creo que la mayor¨ªa est¨¦ capacitada para manejar tanta informaci¨®n. El p¨²blico quiere saber si algo es blanco o negro, no suele ser receptiva a los matices y, por eso, tiende a seguir a cualquiera. La CNN lo fomenta: si hay una inundaci¨®n, invita a los espectadores a que salgan con sus c¨¢maras dom¨¦sticas como reporteros. La gente se obsesiona y quiere formar parte de ello. No es malo, pero s¨ª puede ser peligroso.
P. Su pel¨ªcula llega a cuestionarse la pertinencia de que la humanidad sobreviva. ?Ha evolucionado usted hacia el nihilismo?
R. No soy pesimista, pero s¨ª creo que es una pregunta a formular. Con Bush, la guerra, las decepciones y las mentiras vivimos tiempos muy duros. No hemos aprendido nada.
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