El SPD alem¨¢n, en ca¨ªda libre

El Partido Socialdem¨®crata de Alemania (SPD), que a finales del mes de octubre celebrar¨¢ un importante congreso en Hamburgo para renovar sus dirigentes y el programa, sigue hundido en los sondeos de intenci¨®n de voto. Al mismo tiempo, el SPD atraviesa una crisis de liderazgo que deja en entredicho a su presidente, el primer ministro de Renania-Palatinado, Kurt Beck, de 58 a?os, y adem¨¢s se abre una profunda divisi¨®n sobre la l¨ªnea que debe seguir el partido. En v¨ªsperas del congreso de Hamburgo, los socialdem¨®cratas alemanes discuten sobre si avanzar en el programa de recortes sociales Agenda 2010, iniciado por el canciller Gerhard Schr?der en el gobierno, o dar marcha atr¨¢s para recuperar el voto de la izquierda y a los descontentos.

Los sondeos m¨¢s recientes dejan al SPD 15 puntos por debajo de los democristianos

El presidente del SPD no pudo aguantar m¨¢s. Indignado por el fuego amigo y las emboscadas de algunos de sus compa?eros de partido, Beck dio un pu?etazo en la mesa en una reuni¨®n de la presidencia en Berl¨ªn y pronunci¨® una frase que hizo las delicias de la prensa y ocup¨® los titulares: "No estoy dispuesto a soportar esta mierda por m¨¢s tiempo". Beck tiene una apariencia apacible, de gordo bueno, pero la permanente puesta en tela de juicio desde sus propias filas de su capacidad para dirigir el SPD le agot¨® la paciencia. En posteriores entrevistas Beck explic¨® el motivo de su exabrupto: "Alguna gente de tercera o cuarta fila que se esconde tras los arbustos y dice cosas m¨¢s o menos inteligentes, pero irresponsables. No voy a tolerar que se entorpezca el trabajo de construcci¨®n en el que estamos empe?ados".

Lo de tercera o cuarta fila es un eufemismo. Beck pod¨ªa haber pronunciado con m¨¢s propiedad la hist¨®rica frase "el enemigo est¨¢ dentro", incluso en la primera l¨ªnea del SPD. Apenas un par de d¨ªas antes de la bronca de Beck dos de sus futuros vicepresidentes, el ministro de Exteriores, Frank Steinmeier, de 51 a?os, y el de Hacienda, Peer Steinbr¨¹ck, de 60, que saldr¨¢n elegidos en el congreso de Hamburgo, m¨¢s su antecesor en el cargo de presidente del SPD, el primer ministro de Brandeburgo, Matthias Platzeck, de 53 a?os, presentaron en la sede del partido en Berl¨ªn un libro con el t¨ªtulo A la altura de los tiempos. Llam¨® la atenci¨®n la ausencia de Beck en un acto que congreg¨® a los primeros espadas del partido y que no figurase entre los autores de un libro que contiene una propuesta program¨¢tica que consiste en continuar la l¨ªnea trazada por el Gobierno de Schr?der con la Agenda 2010 de recortes sociales para sanear las cuentas p¨²blicas y la Seguridad Social.

La izquierda del SPD, representada por la futura vicepresidenta Andrea Nahles, de 37 a?os, y el diputado Ottmar Schreiner, de 61, se oponen a las propuestas del tr¨ªo Steinbr¨¹ck-Steinmeier-Platzeck. Sostiene Schreiner la necesidad de corregir las reformas que introdujo el canciller Schr?der: "Tenemos que mirar adelante y si algo sali¨® mal hay que tener el valor de corregirlo". El deslenguado ministro de Hacienda Steinbr¨¹ck calific¨® de "llorones" a los que se oponen a llevar adelante el programa de recortes que, seg¨²n sus defensores en el SPD e incluso sectores de los socios de gran coalici¨®n democristianos (CDU / CSU), ha sentado las bases de la actual recuperaci¨®n econ¨®mica.

En esta divisi¨®n en las filas socialdem¨®cratas, Beck ha optado por situarse al lado de la izquierda del SPD y ha propuesto modificaciones en la Agenda 2010 tales como aumentar el periodo de percepci¨®n del seguro de desempleo. No se sabe si cuando Beck llam¨® la atenci¨®n sobre los que le disparaban escondidos tras los arbustos pensaba en el vicecanciller y ministro de Trabajo, Franz M¨¹ntefering, de 67 a?os. Este veterano pol¨ªtico ex presidente del partido sali¨® al paso de las propuestas de Beck y afirm¨® que no se puede dar marcha atr¨¢s en las reformas. El enfrentamiento entre estos dos pesos pesados, Beck y M¨¹ntefering, es el tercero en poco tiempo. A la propuesta de Beck de que ha de intentarse la prohibici¨®n del neonazi Partido Nacional Democr¨¢tico (NPD) se opuso M¨¹ntefering. Cuando Beck dijo que el SPD nunca formar¨ªa coalici¨®n en el oeste de Alemania con el partido La Izquierda, M¨¹ntefering replic¨® que esa decisi¨®n corresponde a los dirigentes de cada land y no a la direcci¨®n federal del partido.

Todas estas divisiones socavan el liderazgo del presidente del partido, que sigue refugiado en su gobierno de Renania-Palatinado, a 700 kil¨®metros de Berl¨ªn, donde se cuecen las decisiones pol¨ªticas. La ausencia de Beck deja un vac¨ªo que ocupan sus potenciales competidores con declaraciones que evidencian la divisi¨®n existente y la falta de un rumbo claro en la socialdemocracia.

Esta situaci¨®n tiene reflejo en los sondeos de intenci¨®n de voto. Los m¨¢s recientes dejan al SPD en torno a un 25%, casi 15 puntos menos que los democristianos (CDU / CSU), que acarician el 40%. M¨¢s de un 70% aprueba la gesti¨®n de la canciller democristiana, Angela Merkel. En un enfrentamiento electoral simulado, Merkel arrollar¨ªa a Beck, que ni siquiera ganar¨ªa la votaci¨®n entre los que se declaran simpatizantes del SPD.

Con un l¨ªder en tela de juicio y sin rumbo program¨¢tico, el SPD celebrar¨¢ a final de mes un congreso que deber¨¢ elegir la nueva direcci¨®n. La suerte de Beck es la ausencia de alternativa. Tal vez porque en el SPD nadie est¨¢ por la labor de quemarse en lo que parece una derrota anunciada en las elecciones de 2009, aunque hasta entonces las cosas pueden dar muchas vueltas. La socialdemocracia alemana est¨¢ en crisis y a punto de perder por la izquierda una vez m¨¢s en su historia los votos y la adhesi¨®n de los j¨®venes. En los ochenta la aparici¨®n del partido ecopacifista Los Verdes supuso una enorme sangr¨ªa de votos y militantes a la izquierda del SPD.

Ahora esto podr¨ªa repetirse con la irrupci¨®n de La Izquierda, el partido formado por los poscomunistas del Este y los socialdem¨®cratas decepcionados del oeste. Los ¨²ltimos sondeos dan a La Izquierda una intenci¨®n de voto del 12%, que se produce a costa del SPD. Un dato pone de manifiesto el envejecimiento del SPD, adem¨¢s de la ca¨ªda vertiginosa de afiliados. La media de edad de sus militantes ronda los 58 a?os.