Inquietante
La heroica determinaci¨®n de los monjes y del pueblo birmano han hecho que el olvidado conflicto de Birmania (Myanmar) alcanzara la primera plana de los peri¨®dicos. La Junta Militar lleva aplastando el pa¨ªs desde 1962, masacrando y violando todos los derechos civiles sin que el mundo se interesara demasiado. Aparte de la existencia de Suu Kyi, la Nobel de la Paz en perpetuo arresto, la gente apenas sab¨ªa nada de Birmania antes de las actuales movilizaciones. Yo tampoco supe gran cosa hasta 1999, cuando los estupendos Reporteros sin Fronteras me ofrecieron amadrinar a la periodista y novelista birmana San San Nweh, condenada a 10 a?os de c¨¢rcel por aparecer de espaldas en un reportaje de la televisi¨®n francesa. Cumpli¨® siete en la prisi¨®n de Insein, un lugar siniestro, famoso como centro de torturas. En Insein quiz¨¢ est¨¦n ahora algunas de las 2.700 personas que han sido detenidas en los pasados d¨ªas (fuentes no oficiales elevan esta cifra a 6.000), y tengan por seguro que muchas de ellas est¨¢n siendo torturadas, tal vez en este mismo instante. El r¨¦gimen sigue empe?ado en destruir a los disidentes y organiza m¨ªtines de apoyo de asistencia forzosa: al parecer cada familia debe de mandar al menos dos miembros. Se dir¨ªa, pues, que la Junta hace caso omiso del griter¨ªo internacional. Pero es evidente que ese griter¨ªo y la oposici¨®n diplom¨¢tica de los dem¨¢s pa¨ªses es un arma esencial en la lucha contra la barbarie. El problema, lo que me preocupa, es no saber por qu¨¦ en determinados momentos esa entelequia llamada comunidad internacional se digna a mirar a un pa¨ªs y a condenar sus excesos, mientras que en otras ¨¦pocas ni ve ni sabe ni oye. ?Por qu¨¦ ahora s¨ª que nos escandaliza Birmania y antes no? ?Por el exotismo y la plasticidad de las largas filas de budistas azafranados, que quedan tan bien en las fotograf¨ªas? Hace unos d¨ªas le¨ª que Karzai, el presidente de Afganist¨¢n, ha ofrecido a los talibanes entrar en el Gobierno. Son los mismos talibanes enloquecidos y brutales que mantienen a las mujeres en unas condiciones infrahumanas. Que les proh¨ªben ir al colegio y salir solas a la calle. Hace a?os los talibanes llenaron las primeras p¨¢ginas, con raz¨®n, e incluso hubo una guerra. Pero ahora parece que ya no toca hablar de ellos. Qu¨¦ inquietante.
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