Rajoy evita reprobar los abucheos a Zapatero durante el homenaje a los soldados muertos
El jefe de la c¨²pula militar y m¨¢ximo responsable del desfile de la Fiesta Nacional, el general F¨¦lix Sanz, se qued¨® l¨ªvido. Eran las 11 de la ma?ana. El narrador oficial del evento, el director de Europa Press ?ngel Exp¨®sito, acababa de anunciar por megafon¨ªa que el Rey, acompa?ado por los presidentes del Congreso y del Senado y por el jefe del Gobierno, iba a rendir el homenaje a los ca¨ªdos.
El presidente del Gobierno afirma que la supuesta crisis de la Monarqu¨ªa "no llega ni a simple resfriado"
El l¨ªder del PP dice que ¨¦l no grit¨® contra Zapatero durante el desfile y que "tampoco lo hubiera hecho"
Malestar entre los mandos militares por la coincidencia de las protestas con la ofrenda a los ca¨ªdos en L¨ªbano y Afganist¨¢n
Familiares de algunos de los nueve soldados y un traductor del Ej¨¦rcito espa?ol muertos en L¨ªbano y Afganist¨¢n durante el ¨²ltimo a?o estaban presentes. Empezaron a sonar las notas del toque de oraci¨®n. En ese momento, se mezclaron con los pitidos, los abucheos y los gritos que ped¨ªan la dimisi¨®n del presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
Al contrario de lo ocurrido en los dos ¨²ltimos a?os, las protestas no proced¨ªan de las tribunas situadas en la Plaza de Col¨®n, que hab¨ªan sido escrupulosamente controladas para evitar incidentes, sino de las m¨¢s alejadas, ya en el Paseo de Recoletos y el Paseo de la Castellana.
El alboroto llegaba amortiguado al lugar donde estaban las autoridades. Pero era perfectamente audible en medio del silencio propio de la solemnidad del acto y se prolong¨® durante interminables minutos, mientras la comitiva avanzaba hacia el monumento improvisado para depositar la corona de laurel en memoria de los ausentes. "Pod¨ªan haber elegido cualquier otro momento", se lamentaba el general Sanz. "Algunos paracaidistas ten¨ªan l¨¢grimas en los ojos". Otros militares, no precisamente afines al Gobierno, expresaban su malestar con palabras m¨¢s gruesas.
En realidad, los alborotadores no eligieron el momento de la bronca. La iniciaron en cuanto tuvieron ocasi¨®n. S¨®lo que los organizadores, conscientes de lo que se avecinaba, se hab¨ªan esmerado para no darles facilidades.
El presidente no se baj¨® de su coche oficial, como es habitual, delante de las tribunas de invitados. En el ¨²ltimo minuto, se decidi¨® suprimir tambi¨¦n el anuncio p¨²blico de su llegada, previsto en el gui¨®n inicial. Adem¨¢s, Zapatero se situ¨® detr¨¢s de la tribuna principal y s¨®lo se le pudo ver cuando sali¨® para recibir al Rey. Por eso, la referencia de Exp¨®sito a la comitiva que homenajeaba a los ca¨ªdos fue la primera y ¨²nica menci¨®n al presidente del Gobierno que los asistentes pudieron escuchar a trav¨¦s de los altavoces.
Fuentes de La Moncloa intentaron minimizar la dimensi¨®n del abucheo, en el que participaron cientos de personas, pero Rodr¨ªguez Zapatero no dud¨® cuando se le pregunt¨® si lo hab¨ªa o¨ªdo. "S¨ª", dijo. "Es un cl¨¢sico", a?adi¨®, en alusi¨®n a los antecedentes de otros a?os. Tras mostrar su respeto por la libertad de expresi¨®n de los ciudadanos, se limit¨® a preguntarse por la oportunidad del momento elegido.
M¨¢s inc¨®modo se vio a Mariano Rajoy, quien con cierta brusquedad puso punto final a un breve encuentro con los periodistas. El presidente del PP, que hab¨ªa llamado a los espa?oles a honrar durante la jornada de ayer "la bandera que cubre el f¨¦retro de nuestros soldados", rehus¨® reprobar la actitud de quienes perturbaron con protestas contra Zapatero el acto de homenaje a los ca¨ªdos. "Siempre estoy a favor de que nadie se meta con nadie. No lo hice ni lo hubiera hecho", se limit¨® a contestar, cuando fue preguntado al respecto.
L¨®gicamente, Rajoy permaneci¨® de pie y en silencio en la tribuna de autoridades, con un bander¨ªn en la mano y frente al lugar reservado al cuerpo diplom¨¢tico. Seg¨²n asegur¨® luego, varios embajadores se le acercaron para mostrarle su extra?eza por las cr¨ªticas que le ha valido su pol¨¦mico v¨ªdeo sobre el 12 de octubre. "Es bueno decirle a los espa?oles la importancia de la Fiesta Nacional, con normalidad y tranquilidad. S¨®lo he hablado bien de mi pa¨ªs", se defendi¨® ayer.
Por su parte, Rodr¨ªguez Zapatero se esforz¨® por quitar hierro a la situaci¨®n y aleg¨® que la supuesta crisis generada por la quema de fotos del Rey "no llega ni siquiera a resfriado" y que el PP recurre a crear falsos debates sobre s¨ªmbolos que no est¨¢n en cuesti¨®n, como la bandera o la Monarqu¨ªa, porque no encuentra flancos de cr¨ªtica al Gobierno.
"Algunos quieren hacer oposici¨®n con la bandera y me parece bien que la amen mucho", argument¨®, "pero en las elecciones de marzo no se decide la bandera de Espa?a, que est¨¢ decidida hace tiempo, sino el Gobierno.".
El desfile de ayer fue una aut¨¦ntica org¨ªa de banderas. La primera baj¨® desde 1.300 metros de altura, enganchada al pie de un paracaidista, y la ¨²ltima la pintaron en el cielo los reactores de la Patrulla ?guila. Adem¨¢s de m¨¢s de 10.000 rojigualdas, repartidas por el Ministerio de Defensa, pudieron verse las de los 27 pa¨ªses con cascos azules en L¨ªbano, la de Naciones Unidas y, como ya es habitual, la de EE UU.
Al t¨¦rmino del acto, el general F¨¦lix Sanz se cuadr¨® ante el Rey y le dijo: "Sin novedad, se?or". Salvo por los abucheos.
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