Lugo aclama a Los Tigres del Norte
El grupo mexicano toc¨® durante casi tres horas sus canciones de emigraci¨®n y narcotr¨¢fico
Las consignas del jefe de la oposici¨®n en el Congreso no parecieron surtir efecto entre la multitud que acudi¨® a aclamar en Lugo a Los Tigres del Norte. Adem¨¢s de la gallega, las ¨²nicas banderas que ondearon entre las m¨¢s de 7.000 personas del p¨²blico pertenec¨ªan a M¨¦xico, Colombia, Ecuador o Brasil.
Fue durante la noche del 12 de octubre, que en la ciudad de la muralla significa sobre todo el ¨²ltimo d¨ªa de las fiestas de San Froil¨¢n, y el concierto termin¨® convirti¨¦ndose en una celebraci¨®n de panamericanismo. Durante m¨¢s de dos horas y media, los cuatro hermanos Hern¨¢ndez, de los 11 que forman la familia, y su primo ?scar Lara desplegaron, enmarcadas en sonidos norte?os, tex-mex y corridos, sus historias de amor, redenci¨®n, narcotr¨¢fico y desgarro migratorio.
Los Tigres desplegaron sus historias de amor, narcotr¨¢fico, redenci¨®n y desgarro migratorio
El cantante afroamericano Chuck D afirm¨® una vez que el rap era "la CNN de los negros". En los corridos de Los Tigres del Norte, la funci¨®n informativa tampoco queda relegada. Sus canciones lo mismo narran las vidas de los espaldas mojadas cruzando el R¨ªo Grande en busca de la tierra prometida -"Nos han hecho la guerra / patrullando fronteras / no nos pueden domar", dicen en De paisano a paisano- que la ascensi¨®n y ca¨ªda de los narcos m¨¢s c¨¦lebres en La muerte anunciada: "Puso el mundo de cabeza / el sar de la coca¨ªna / pero cay¨® en Medell¨ªn / Don Pablo Escobar Gaviria". A pesar de que el t¨®pico reza que Los Tigres son los narcocorridos, popularizados por la novela de Arturo P¨¦rez Reverte, La Reina del Sur, lo cierto es que la tem¨¢tica del tr¨¢fico de drogas ni siquiera resulta la m¨¢s abundante en su repertorio.
Cada actuaci¨®n de los de Sinaloa, Estado de la mitad septentrional de M¨¦xico, a parte de poder alargarse m¨¢s de tres horas, contiene un fuerte elemento verbenero. Jorge Hern¨¢ndez, acordeonista y maestro de ceremonias, dirige el quintento sobre el escenario y decide el orden de las canciones en base a las notas que le acerca el p¨²blico. As¨ª, en su primera parada en Lugo, la coletilla de la noche consisit¨® en "los amigos de Colombia piden La banda del carro rojo, con todo el agrado, con mucho gusto se la vamos a tocar".
La banda relata c¨®mo cuatro traficantes intentan cruzar la frontera mexicana en El Paso, Texas, destino Chicago "con cien kilos de coca". "De los siete que murieron / s¨®lo las cruces quedaron / cuatro eran del carro rojo / los otros tres del Gobierno", concluye. Por supuesto, el glamour fronterizo de Los Tigres, al borde del kitsch, incluye traje blanco, brillantina, instrumentos tuneados con rayas felinas y una mayor¨ªa de bigotes finos.
Los Tigres del Norte grabaron sus primeros elep¨¦s a comienzos de la d¨¦cada de los 70. A?os antes, el padre de los Hern¨¢ndez hab¨ªa emigrado con toda la familia a la Baja California. El continuo paso por la frontera, para llegar a la ciudad estadounidense de San Jos¨¦, provoc¨® que la guardia de aduanas apodase a los Hern¨¢ndez "little tigers" (peque?os tigres]. Ya en 1972 registraron su primer ¨¦xito, Contrabando y traici¨®n. Cincuenta discos depu¨¦s, el hit de Los Tigres son¨® entre los casi 30 temas que ofrecieron en Lugo: "Salieron de San Isidro, / procedentes de Tijuana, / tra¨ªan las llantas del carro / repletas de hierba mala". A aquellas alturas del concierto, Los Tigres del Norte se debat¨ªan en el quinto, y pen¨²ltimo, bis.
Las m¨²sicas que defienden Los Tigres oscilan entre el corrido de ritmo "dos pasos", reminiscente del gran Johnny Cash de San Quentin, los boleros a lo Flaco Jim¨¦nez y la pura canci¨®n mel¨®dica que invoca a Jorge Negrete. Las experiencias vitales de los hermanos Hern¨¢ndez determinan esa l¨ªrica de clandestinidad y supervivencia, de orgullo y recriminaci¨®n -"es lindo M¨¦xico / pero cuanto sufr¨ª"- que, en Lugo, llegaron al ¨¦xtasis en la premiada Gracias, Am¨¦rica.
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