Un antiguo jefe de las tropas de EE UU en Irak califica el conflicto de "pesadilla sin fin"
El general Sanchez considera que Bush ha manejado la guerra de forma incompetente
Un ex comandante de las tropas norteamericanas en Irak, el general retirado Ricardo Sanchez, ha criticado en t¨¦rminos inusualmente duros la guerra de Irak, de la que ha dicho que se ha convertido "en una pesadilla sin fin", as¨ª como el manejo "incompetente" que la Administraci¨®n de George Bush ha hecho de ese conflicto. S¨¢nchez, cuyo mando en Irak dur¨® un a?o (entre 2003 y 2004), se mostr¨® tambi¨¦n pesimista sobre los actuales planes del Gobierno en aquel pa¨ªs, que consider¨® como un esfuerzo "desesperado" de conseguir una estabilidad que, desde su punto de vista, es inalcanzable.
"Despu¨¦s de m¨¢s de cuatro a?os de combates, EE UU contin¨²a su lucha desesperada en Irak sin una estrategia que conduzca a la victoria, tanto en ese pa¨ªs como en el conflicto m¨¢s amplio contra el extremismo", declar¨® el militar.
Aunque otros generales y oficiales han criticado antes el desarrollo de la guerra, Ricardo Sanchez, que habl¨® el viernes con un grupo de reporteros y editores especializados en asuntos militares, es el uniformado m¨¢s veterano que se expresa en contra de la manera en que ha sido conducido el conflicto.
La veteran¨ªa de Sanchez no va, sin embargo, unida a su prestigio. Al recoger ayer la noticia, el diario The New York Times afirmaba: "Pero su propio papel como comandante en jefe durante el esc¨¢ndalo de Abu Ghraib lo hace vulnerable a la cr¨ªtica de que ahora est¨¢ desplazando la culpa de s¨ª mismo hacia una Administraci¨®n que en ¨²ltima instancia lo reemplaz¨® y se neg¨® a proponerlo al ascenso a general de cuatro estrellas, forz¨¢ndole a retirarse". Sanchez nunca fue directamente acusado de responsabilidades por las torturas cometidas en Abu Ghraib, pero fue obligado a abandonar su puesto precipitadamente despu¨¦s de aquel episodio y nunca se le asignaron otras responsabilidades hasta su pase forzado a retiro en 2006.
Desde ese momento, Sanchez se hab¨ªa referido ya a Irak en t¨¦rminos cr¨ªticos en otras ocasiones, pero nunca con la contundencia y ante un foro tan amplio como este viernes. The New York Times afirma que el militar piensa seguir denunciando la situaci¨®n en Irak y que est¨¢ considerando la posibilidad de escribir un libro.
Oficialmente no se ha producido ninguna reacci¨®n directa a las cr¨ªticas de Sanchez. Una portavoz de la Casa Blanca, Kate Starr, se limit¨® a decir que el presidente apreciaba el servicio que Sanchez hab¨ªa hecho al pa¨ªs y que la Administraci¨®n est¨¢ ahora concentrada en que se cumpla el diagn¨®stico relativamente optimista que el actual jefe de las tropas en Irak, general David Petraeus, ha hecho sobre la marcha de la guerra.
En sus declaraciones a los periodistas, Sanchez critic¨® tambi¨¦n de forma tangencial la visi¨®n de Petraeus. "Nuestros l¨ªderes", dijo, "siguen creyendo que la victoria se puede conseguir por el poder militar solamente, pero las continuas manipulaciones y los remiendos en nuestra estrategia militar no conseguir¨¢n la victoria".
Durante su etapa en Irak, el general Sanchez fue uno de los que ratific¨®, aunque fuera con su silencio, la estrategia que infravalor¨® la capacidad de los insurgentes y crey¨® suficiente el despliegue de un reducido n¨²mero de tropas para el control de Irak. Cuando Sanchez entreg¨® el mando al general George Casey, ¨¦ste modific¨® el rumbo de la guerra y concentr¨® a las tropas en el combate a la insurgencia. Para entonces ya era obvio que el c¨¢lculo de fuerzas en Irak hab¨ªa sido incorrecto y que el dise?o de la posguerra, atribuido al entonces secretario de Defensa Donald Rumsfeld, hab¨ªa sido equivocado.
Sanchez no mencion¨® en sus cr¨ªticas a Rumsfeld, al que, aparentemente, le une una buena amistad. Eso no fue, sin embargo, suficiente como para que el general retirado fuese propuesto para un ascenso a general de cuatro estrellas, que hubiera obligado a la Administraci¨®n a un dif¨ªcil debate de confirmaci¨®n en el Congreso.
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