Italia se vuelca para elegir al l¨ªder de la izquierda
Cientos de miles de simpatizantes votan a Veltroni, alcalde de Roma, al frente del Partido Democr¨¢tico
El Partido Democr¨¢tico, la nueva fuerza hegem¨®nica del centro-izquierda italiano, naci¨® ayer con un extraordinario respaldo popular. M¨¢s de tres millones de personas votaron y pagaron al menos un euro para elegir a un l¨ªder y a los compromisarios que deb¨ªan definir la l¨ªnea program¨¢tica. Fue una gran fiesta y una novedad en la tradici¨®n pol¨ªtica europea. Walter Veltroni, alcalde de Roma, logr¨® el 76% de los votos y asumi¨® la jefatura del Partido Democr¨¢tico y de la coalici¨®n que respalda a Romano Prodi. Veltroni lanz¨® una oferta de di¨¢logo a la derecha ("ya no funcionan las pol¨ªticas de contraposici¨®n") y prometi¨® novedades: "No os sorprend¨¢is", dijo al celebrar el triunfo, "si adoptamos iniciativas que no parezcan ortodoxas seg¨²n los esquemas tradicionales".
La democracia cristiana y el comunismo, las dos fuerzas que se enfrentaron durante d¨¦cadas, unos siempre en el poder, los otros siempre en la oposici¨®n, confluyeron en un Partido Democr¨¢tico de vocaci¨®n reformista. El proceso que comenz¨® 12 a?os atr¨¢s, con la creaci¨®n de la coalici¨®n El Olivo y bajo la tutela de Prodi, culmin¨® en un domingo de formidable participaci¨®n ciudadana. La formaci¨®n naci¨® arropada por millones de personas que apostaron por un proyecto a¨²n vago, pero lleno de esperanza.
El ¨¦xito de la convocatoria sorprendi¨® a los propios organizadores. L'Unit¨¤, el viejo ¨®rgano del Partido Comunista, sali¨® ayer a la calle con un titular cauto: "Un mill¨®n para empezar". El mill¨®n de participantes era la meta que se hab¨ªa establecido como cota de ¨¦xito. Fueron muchos m¨¢s quienes hicieron cola en m¨¢s de 10.000 sedes para respaldar a uno de los cinco candidatos y apoyar con su voto el proceso constituyente. Hubo quien vot¨® varias veces y los 3,3 millones anunciados por el propio partido resultaban sin duda exagerados. La afluencia a las urnas fue, en todo caso, masiva, aunque ligeramente inferior a la que aup¨® a Prodi como candidato de la izquierda en las pasadas elecciones.
El popular¨ªsimo Walter Veltroni fue, como se esperaba, el gran vencedor. Alcanz¨®, seg¨²n los primeros recuentos, el 76% de los votos. El segundo lugar (13%) fue para la combativa Rosy Bindi, una antigua dirigente de Acci¨®n Cat¨®lica, procedente de la Democracia Cristiana hegem¨®nica de la Primera Rep¨²blica y actual ministra de la Familia, que present¨® su envite a Veltroni como "un combate entre David y Goliat", y se defini¨® como "representante de la aut¨¦ntica izquierda". Bindy estaba destinada a representar la corriente cat¨®lica en el Partido Democr¨¢tico.
En tercer lugar se situ¨® Enrico Letta (11%), actual subsecretario de la Presidencia del Gobierno y voz del reformismo moderado. Los otros dos aspirantes, Mario Adinolfi (0,1%) y Piergiorgio Gawronski (0,2%), asumieron una funci¨®n poco m¨¢s que testimonial.
Nuevo aliento a Prodi
Pod¨ªa votar cualquiera: bastaba haber cumplido los 16 a?os, mostrar la tarjeta electoral (que demuestra la inclusi¨®n en el censo y que pueden poseer los extranjeros residentes) y pagar al menos un euro. Algunos, como la astrof¨ªsica Margherita Hack, votaron por primera y ¨²ltima vez al Partido Democr¨¢tico: "Yo estoy m¨¢s a la izquierda, pero me parece positivo que nazca esta fuerza", declar¨®.
La fusi¨®n entre Dem¨®cratas de Izquierda, de tradici¨®n comunista, y Democracia y Libertad, de tradici¨®n democristiana, cre¨® la fuerza m¨¢s poderosa en el Parlamento italiano. Y dio, al menos temporalmente, un nuevo aliento al Gobierno de Prodi, quien se declar¨® "feliz tres millones de veces". El primer ministro seguir¨¢ al frente del Gobierno, pero no desempe?ar¨¢ ning¨²n cargo en la reci¨¦n creada formaci¨®n. La elevada participaci¨®n en las llamadas "primarias", en realidad un mecanismo de elecci¨®n directa de los dirigentes del nuevo partido, revel¨® que, pese al descr¨¦dito de la clase pol¨ªtica, los italianos confiaban todav¨ªa en la regeneraci¨®n del sistema.
Lo m¨¢s dif¨ªcil comienza hoy. Los 2.500 delegados elegidos junto a Veltroni se enfrentar¨¢n en los pr¨®ximos meses a la tarea de confeccionar unos estatutos y un esbozo de programa. Y en alg¨²n momento tendr¨¢n que resolver la cuesti¨®n que durante a?os ha paralizado los impulsos reformistas del grueso del centro-izquierda: ?qu¨¦ hacer con la "cosa roja"? Refundaci¨®n Comunista, Comunistas Italianos y un sector apreciable de los mismos Dem¨®cratas de Izquierda han permanecido al margen del proceso y saben que, mientras rija un sistema electoral proporcional, el Partido Dem¨®crata no podr¨¢ gobernar sin ellos. Como ahora. Habr¨¢ que optar entre mantener el actual equilibrio, que bloquea casi cualquier iniciativa de cambio (v¨¦ase lo poco que ha podido hacer Prodi), o realizar la "apertura al centro" que reclaman los moderados.
Una hipot¨¦tica alianza con los democristianos de la derecha, no especialmente c¨®modos con Silvio Berlusconi, romper¨ªa la dependencia de la "cosa roja". Pero crear¨ªa nuevos problemas de definici¨®n pol¨ªtica. El l¨ªder de los democristianos berlusconianos, Pierferdinando Casini, emplaz¨® a Veltroni: "Tendr¨¢ que aclarar si est¨¢ con la extrema izquierda o con los reformistas moderados". Era un reto y, a la vez, la en¨¦sima oferta de di¨¢logo.
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