Del ¨¢tomo a las estrellas
Escribe Vasili Grossman en su prodigioso libro Vida y destino que la progresi¨®n de la ciencia gan¨® rapidez en un mundo liberado por Einstein de las cadenas del tiempo y el espacio absoluto. Explica que hay dos corrientes: una que tiende a escrutar el universo, la segunda que trata de penetrar en el n¨²cleo del ¨¢tomo, y aunque caminan en direcciones opuestas nunca se pierden de vista, aunque una mida las distancias en p¨¢rsecs (es decir, en a?os luz) y la otra en micromil¨ªmetros. Porque cuanto m¨¢s profundo se sumergen los f¨ªsicos en las entra?as del ¨¢tomo, m¨¢s evidentes se vuelven para ellos las leyes relativas a la luminiscencia de las estrellas. Como subraya Jorge Wagensberg, lo invisible por grande se enamora de lo invisible por peque?o y los grandes cosm¨®logos trabajan con los f¨ªsicos de las part¨ªculas elementales. En definitiva, que las respuestas cosmol¨®gicas que buscamos necesitan encontrar la manera en que se relaciona la f¨ªsica cu¨¢ntica y la gravitaci¨®n.
Por eso tambi¨¦n en pol¨ªtica, m¨¢s all¨¢ de la luminosidad de tanta pirotecnia cara al p¨²blico, conviene concentrarse en el estudio de las entra?as del n¨²cleo duro que rodea a los l¨ªderes. As¨ª sucede con la figura del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que tanto inter¨¦s suscita en determinados ¨¢mbitos por su condici¨®n de icono internacional aunque no haya derivado en l¨ªder a esa escala. Alg¨²n soci¨®logo espa?ol conocido ha llegado a desplegar una interpretaci¨®n seg¨²n la cual ZP ser¨ªa una especie de Deus ex machina, suma de la m¨¢xima coherencia, que busca en todas y cada una de sus acciones y sus movimientos la aniquilaci¨®n del PP y de toda alternativa para llevarnos a un mundo de totalitarismo sin fin. Establecido ese marco, la tarea consiste en encajar todas las piezas, lo mismo da su actitud ante el Estatuto de Catalu?a que el carn¨¦ de conducir por puntos, la retirada de nuestras tropas de Irak que el nuevo reglamento disciplinario de la Guardia Civil, la mal llamada Ley de la Memoria Hist¨®rica que las ayudas para la adquisici¨®n o el alquiler de vivienda.
Otra cosa es que un an¨¢lisis m¨¢s elemental y pegado al terreno permita establecer cu¨¢nto hay en el presidente Zapatero de iluminismo, de experiencia de aparachik, de sentimiento generacional, de percepci¨®n de un tiempo propio, de rechazo a las indeseables herencias recibidas, de carencia de discurso, de propensi¨®n a aguzar el o¨ªdo para escuchar las demandas sociales, de goce y explotaci¨®n de los errores del adversario, de rechazo a incorporar odios anteriores. Adem¨¢s, el examen de la legislatura que se extinguir¨¢ en marzo permite delimitar c¨®mo y con cu¨¢nto acierto se ha preferido que la econom¨ªa fuera una variable independiente, salvo en las excepciones promovidas por el entonces director de la Oficina Econ¨®mica de La Moncloa Miguel Sebasti¨¢n, entre las que figuran los fracasos de la OPA de Sacyr sobre el BBVA y de Gas Natural sobre Endesa.
Pero la clave de b¨®veda sobre la que descansan los pron¨®sticos para un nuevo triunfo en las urnas son, de una parte, el v¨¦rtigo de la peque?a diferencia que arrojan las encuestas, considerado un factor decisivo para la movilizaci¨®n de quienes por tener cr¨ªticas que objetar tender¨ªan a abstenerse, y de otra, la polarizaci¨®n creciente PSOE-PP en la que se conf¨ªa para mermar el atractivo de otras opciones. Estos supuestos permiten anticipar que nos aguardan unos meses con dosis incrementadas de v¨¦rtigo y polarizaci¨®n. El PP lleva cuatro a?os trabajando en un frente de rechazo que s¨®lo repara en el objetivo de echar al presidente Zapatero. Un frente que parec¨ªa encomendado a la guardia pretoriana de los Acebes y Zaplanas mientras el presidente del PP, Mariano Rajoy, prefer¨ªa quedarse en la zaga como garant¨ªa contra los excesos. Otra cosa es que ahora urgencias no aclaradas le hayan inducido a preferir la posici¨®n de ariete para promover cualquier disparate. Semejante actitud refuerza al adversario socialista cuya consigna b¨¢sica derivar¨¢ hacia la invocaci¨®n primaria de cerrar el paso a los peperos sembradores del odio.
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