Malos argumentos

Ibarretxe parece decidido a conseguir que el Estatuto vasco sea el ¨²nico que no se reforme. M¨¢s interesado, aparentemente, en que siga vivo su famoso plan, en versiones sucesivas, entorpece con su empecinamiento la ¨²nica iniciativa que ser¨ªa capaz de suscitar hoy un consenso comparable al del Estatuto de Gernika: iniciar su reforma de acuerdo con los procedimientos legales y con respeto a las reglas de juego democr¨¢ticas. Zapatero le dijo ayer que no hab¨ªa ninguna posibilidad de acuerdo, pero el lehendakari apel¨® a su reconocida tenacidad (y a los 7.000 a?os de existencia del pueblo vasco) para no darse por enterado. Tambi¨¦n pidi¨® argumentos en lugar de insultos, pero los suyos fueron aptos s¨®lo para convencer a convencidos.

El primero, que "no admite discusi¨®n", la legalidad de su propuesta de convocatoria de una consulta. Pero s¨ª la admite. El art¨ªculo 149.1.32 de la Constituci¨®n establece, y la Ley de Refer¨¦ndum desarrolla, el principio de que la competencia para las "consultas populares por v¨ªa de refer¨¦ndum en cualquiera de sus modalidades" corresponde al Estado. Ibarretxe juega con la ambig¨¹edad de las palabras para sostener que lo suyo no es un refer¨¦ndum, sino una consulta no vinculante, y cita disposiciones al respecto de los Estatutos de Catalu?a y Andaluc¨ªa.

Sin embargo, del alcance que el propio Ibarretxe da a su consulta "habilitadora" se deduce que se trata de algo m¨¢s que una encuesta: una votaci¨®n con participaci¨®n de todo el censo vasco en torno a una pregunta con dos ¨²nicas respuestas, y a la que se atribuye la funci¨®n de desbloquear el desacuerdo entre instituciones, es un refer¨¦ndum como un caser¨ªo. Y las referencias catalana y andaluza excluyen expresamente las consultas "por v¨ªa de refer¨¦ndum".

El segundo argumento fue que no se puede aceptar que sea el terrorismo el que determine cu¨¢ndo se puede negociar, con el a?adido de que su planteamiento de la consulta es "lo que m¨¢s da?o hace a ETA". Pero fue el propio lehendakari quien condicion¨® su convocatoria a la ausencia de violencia, como garant¨ªa de igualdad de condiciones; y fue el todav¨ªa presidente del partido de Ibarretxe, Josu Jon Imaz, quien advirti¨® sobre la utilizaci¨®n que ETA podr¨ªa hacer del refer¨¦ndum: como pretexto para legitimar el asesinato en nombre de una "presunta voluntad popular no atendida" si, tras la consulta, no hubiera "acuerdo pol¨ªtico con el Estado".

No lo hubo ayer con el presidente del Gobierno, quien le exhort¨® a olvidarse de nuevas versiones de su ya herrumbroso plan. Ibarretxe sigue sosteniendo que es un proyecto vivo porque ning¨²n otro cuenta con un respaldo superior. Se equivoca: primero, porque m¨¢s apoyo tiene el Estatuto de Gernika; segundo, porque aquel plan no es s¨®lo que contase con un respaldo "ajustado", como ayer dijo Zapatero, sino que decay¨® en un momento dado de su tramitaci¨®n por desbordar los l¨ªmites de la Constituci¨®n. El empe?o en volver una y otra vez con la misma canci¨®n, con el argumento de que es un compromiso personal suyo, dice mucho sobre la tenacidad de Juan Jos¨¦ Ibarretxe, pero tambi¨¦n sobre su insuficiente comprensi¨®n de las reglas de la pol¨ªtica en una democracia parlamentaria.