Europa debe empezar de nuevo
Mientras los dirigentes europeos se re¨²nen en Portugal para dar los ¨²ltimos toques al nuevo y enflaquecido Tratado de Reforma, podr¨ªa ser ¨²til que todos ellos hicieran como si los ¨²ltimos 50 a?os de integraci¨®n europea no hubieran existido. Imaginemos, pues, qu¨¦ es lo que necesita Europa para enfrentarse a sus m¨¢s acuciantes problemas, prescindiendo sobre todo, si es posible, de los condicionantes pol¨ªticos de los 50 a?os de negociaci¨®n y del maltrecho desarrollo institucional registrado dentro de la ahora Uni¨®n Europea.
Por si esto fuera poco, obliguemos a nuestra imaginaci¨®n a dar otro salto y supongamos que, aunque este panorama de "a?o cero" para la UE signifique que no podremos recurrir a medio siglo de cooperaci¨®n intraeuropea, las naciones que hoy constituyen la Uni¨®n no dejar¨¢n por ello de estar encantadas de adoptar pol¨ªticas conjuntas de calado.
Abandonemos entonces nuestra incredulidad y tratemos de imaginar lo que Europa podr¨ªa y deber¨ªa hacer para cambiar algunas de las pol¨ªticas m¨¢s trascendentales y obstinadas que determinar¨¢n si el medio siglo siguiente va a ser tan constructivo como el anterior. O, por decirlo de otro modo, examinemos nuestros problemas a la luz de los mecanismos de que hoy dispone la UE y de su potencial para crear pol¨ªticas nuevas y de gran alcance, y pregunt¨¦monos despu¨¦s por qu¨¦ la Uni¨®n no est¨¢ respondiendo a sus potencialidades y cumpliendo lo prometido.
En t¨¦rminos generales, vemos tres ¨¢mbitos en los que los pol¨ªticos europeos, tanto de los entornos nacionales como del de la Uni¨®n, podr¨ªan mejorar su rendimiento: los desaf¨ªos de ¨¢mbito mundial en los que Europa podr¨ªa mostrar un mayor liderazgo; la creaci¨®n y mejora del capital humano dentro de la UE y en todo el mundo, y el impulso a la eficiencia de la propia maquinar¨ªa pol¨ªtica de la Uni¨®n.
Europa necesita una agenda global m¨¢s clara y reconocible. Tiene que desarrollar enormemente su liderazgo en lo tocante al cambio clim¨¢tico, aprobando objetivos m¨¢s estrictos para la UE, con el fin de utilizar posteriormente su peso econ¨®mico y comercial internacional para defender en todo el mundo nuevos niveles de emisi¨®n que la opini¨®n p¨²blica cient¨ªfica pueda considerar sensatos.
En materia de conflictos y de seguridad, Europa tendr¨ªa que caminar hacia una nueva fase en la que adoptara posiciones m¨¢s claras, menos ambiguas, sobre cuestiones que van desde la proliferaci¨®n nuclear a las sanciones contra el r¨¦gimen militar birmano. El objetivo tendr¨ªa que ser la consolidaci¨®n de Europa en el escenario mundial como actor de car¨¢cter e imparcial, y no como una "iglesia permisiva" en la que coexisten diferentes credos.
Habr¨ªa que aspirar a que instrumentos de "poder blando", como son las ayudas al desarrollo de la UE y sus acuerdos econ¨®micos, fueran ligados a una conciencia cada vez mayor del alcance pol¨ªtico y en materia de seguridad de Europa, que dejara patente su car¨¢cter de actor global con el que es preciso contar. Evidentemente, esto comporta que la UE trate de ampliar su concepci¨®n transatl¨¢ntica, de manera que pueda cooperar m¨¢s estrechamente con Estados Unidos en la definici¨®n -y, por tanto, protecci¨®n- de sus intereses comunes, en un mundo en el que, juntos, no representan mucho m¨¢s del 10% de la poblaci¨®n.
Estos elementos no suponen en modo alguno una cr¨ªtica global a las iniciativas realizadas por la UE para crear una pol¨ªtica exterior y de seguridad com¨²n. Pero s¨ª pretenden subrayar algo que muchos europeos saben bien, es decir, que hasta el momento los problemas relativos al desarrollo y los conflictos internacionales crecen a un ritmo que supera f¨¢cilmente al de la creaci¨®n de pol¨ªticas de respuesta en la Uni¨®n.
Para las futuras actividades de la UE, es vital desarrollar el capital humano, tanto en Europa como en el conjunto del mundo. La educaci¨®n es, con mucho, la inversi¨®n m¨¢s rentable que Europa puede hacer, de manera que tendr¨ªa que lanzar la estrategia m¨¢s ambiciosa de su historia para crear una nueva din¨¢mica de conocimiento y empleo dentro de la UE, sin dejar de difundir enormemente la educaci¨®n en los pa¨ªses m¨¢s pobres del planeta.
Europa tambi¨¦n debe agarrar, de una vez por todas, el toro de la pol¨ªtica de inmigraci¨®n por los cuernos (algo que constantemente han evitado generaciones de dirigentes pol¨ªticos). Con el fin de que la sed de mano de obra importada de la menguante Europa no choque con el miedo generalizado a las tensiones culturales y el descontento social, es preciso acordar normas de inmigraci¨®n para toda la UE. No ser¨¢ f¨¢cil crear una Europa m¨¢s justa y multicultural, pero si no abordamos este problema abiertamente pagaremos un precio a¨²n m¨¢s alto.
De forma muy similar, los Gobiernos de Europa deber¨ªan hacer un esfuerzo nuevo y decidido para afianzar entre los europeos la conciencia de que compartimos una historia y unos mismos valores. El desarrollo de una identidad europea m¨¢s s¨®lida es la base m¨¢s sensata posible para crear la sociedad multicultural que los dem¨®grafos consideran inevitable.
Entretanto, todav¨ªa nos embargan las dudas sobre la maquinaria pol¨ªtica e institucional que la UE necesitar¨¢ para alcanzar estos y otros ambiciosos objetivos. El acuerdo alcanzado a mediados de a?o por los l¨ªderes europeos para negociar una Tratado de Reforma que ponga a punto los mecanismos de decisi¨®n de la Uni¨®n suscit¨® suspiros de alivio, pero todav¨ªa no est¨¢ claro si el nuevo pacto sobrevivir¨¢ al proceso de ratificaci¨®n de los 27 pa¨ªses miembros.
No obstante, creemos que el uso m¨¢s frecuente de la mayor¨ªa cualificada en las votaciones por parte de los Gobiernos miembros, que plasma el nuevo tratado, deber¨ªa aplicarse al propio proceso de ratificaci¨®n. De ese modo, si una peque?a minor¨ªa de Gobiernos de la UE demuestra su incapacidad para aprobar el documento, ¨¦ste no ser¨ªa torpedeado como lo fue en 2005 su predecesor, el Tratado Constitucional.
Jacques Delors fue presidente de la Comisi¨®n Europea y ?tienne Davignon, vicepresidente de la misma. Traducci¨®n de Jes¨²s Cu¨¦llar Menezo
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