La b¨²squeda de lectores amigos
Aurora Luque, ganadora del Premio Generaci¨®n del 27, recupera la vitalidad de los cl¨¢sicos
Aurora Luque (Almer¨ªa, 1962) no disimula la alegr¨ªa que le ha reportado ganar el Premio de Poes¨ªa Generaci¨®n del 27. Asegura estar abrumada porque un jurado compuesto por personalidades del mundo de la cultura como Mar¨ªa Victoria Atencia, Ana Rosseti, Luis Garc¨ªa Montero o Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, entre otros, hayan escogido su obra La siesta de Epicuro entre los 90 originales llegados de todas partes del mundo.
Inmersa en sus clases de bachillerato en el instituto Miraflores de los ?ngeles de M¨¢laga, en las traducciones de diversos autores -la ¨²ltima: Poemas, de la poeta francesa Rene¨¦ Vivien, editorial Igitur- y en el rescate de autoras olvidadas -como la dramaturga malague?a Mar¨ªa Rosa de G¨¢lvez-, Luque resalta que la val¨ªa de este premio reside en su nombre. "Hay otros premios con unos nombres menos c¨®modos... De ¨¦ste me gusta especialmente su nombre".
"Creo que todos los poetas, aunque no lo reconozcan, son un poco epic¨²reos"
Con La siesta de Epicuro, libro que re¨²ne poemas de los ¨²ltimos a?os, Luque regresa a uno de sus m¨¢s queridos personajes: el fil¨®sofo de Samos. De ¨¦l le atraen especialmente su visi¨®n positiva de la existencia, su concepci¨®n de la felicidad y su superaci¨®n del temor a la muerte. "Me resulta muy asumible su programa vital. No s¨¦ si yo he elegido a Epicuro o Epicuro me ha elegido a m¨ª. Pero no s¨®lo est¨¢ Epicuro, tambi¨¦n todos los epic¨²reos, todos los que han vivido y escrito teniendo a Epicuro como inspirador en un sentido amplio, incluido el fil¨®sofo franc¨¦s Michel Onfray, autor de un libro esencial, Teor¨ªa del cuerpo enamorado. Por una er¨®tica solar. Lucrecio, Filodemo, Ovidio y sobre todo Horacio y su carpe diem, que no es un t¨®pico literario fosilizado, sino todo un lema vital, un modo de entender la existencia, la muerte, el arte, el cuerpo: carpe noctem, carpe verbum, carpe amorem... Recoge la cosecha del instante".
Esa l¨ªnea proepic¨²rea que sigue su ¨²ltima obra destaca en dos conceptos recurrentes: "Sobre todo me atrae la visi¨®n epic¨²rea de la muerte y del placer. De entendernos como cuerpos materiales que desaparecemos y no hacer de eso tragedia ni pretexto para buscar delirantes para¨ªsos de ultratumba. Epicuro es perfectamente pagano", afirma. La l¨ªnea que sigue el libro es imaginar un posible epicure¨ªsmo hoy, asumir una "est¨¦tica de dilataci¨®n del presente".
"Las formas de decirlo son muy variadas. He recurrido a un heterodoxo haiku japon¨¦s, que pretende capturar el presente como si fuese una instant¨¢nea fotogr¨¢fica. Hay tambi¨¦n otros experimentos formales, incluso algunas letras de flamenco, y tambi¨¦n una serie de poemas sobre la muerte, bajo la forma de eleg¨ªa afirmativa. Apostar¨ªa por una po¨¦tica solar que celebrara la afirmaci¨®n de la vida. No se puede aplazar el presente y dejarlo de vivir pensando en planes lejanos que te obligan a no disfrutar de la sustancia perecedera de la vida", reflexiona la autora. "Creo que todos los poetas, aunque no lo reconozcan, son un poco epic¨²reos: todos tratan de apresar el presente en sus poemas, de meter en un estuche de palabras una experiencia o una reflexi¨®n para que perduren. El carpe diem horaciano es una herramienta de trabajo".
Para Luque, profesora de bachillerato de griego y especialista en los cl¨¢sicos (ha traducido a Safo y prepara los epigramas de Filodemo de G¨¢dara) existen algunas semejanzas entre las situaciones actuales con las del mundo cl¨¢sico. "Los textos antiguos pueden ser muy modernos. La teor¨ªa pol¨ªtica de Tuc¨ªdides sobre la democracia imperialista, por ejemplo. O la iron¨ªa y el desenfado de Catulo. La ¨¦poca helen¨ªstica se pareci¨® a la nuestra en el auge de la cultura oficial y protegida...", afirma.
Acerca del estado de salud de la poes¨ªa en la era de Internet, Luque se muestra optimista, precisamente por las posibilidades que han abierto las nuevas formas de comunicaci¨®n. "Se vive un momento esperanzador, tanto por la existencia de una generaci¨®n joven muy creativa, como por el recurso de Internet, que se ha convertido en un instrumento libertario que permite esquivar a editores tir¨¢nicos y d¨¦spotas que filtran con intereses comerciales o personales lo que vale o no. Pero la sociedad no acaba de entender los valores literarios: se asume el legado de Picasso, por ejemplo, pero no el de un Nobel andaluz como Aleixandre. V¨¦ase la mezquina pol¨¦mica sobre la adquisici¨®n de su legado", destaca.
"La poes¨ªa aporta una reflexi¨®n sobre el lenguaje en un momento en el que es muy necesaria para desmitificar los discursos medi¨¢ticos, publicitarios y pol¨ªticos, tan hip¨®critas y manipulados. La poes¨ªa, adem¨¢s de regalarte belleza, te lleva a reflexionar a los s¨®tanos del lenguaje: hace que te detengas y pienses en la profundidad de las palabras, en sus grietas: nos entrena para descubrir las trampas y la intenci¨®n torcida de quien te considera solamente consumidor o votante. El poeta es para eso m¨¢s generoso, s¨®lo busca lectores amigos", dice.
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