El ladr¨®n de la Biblioteca promete devolver el dinero cobrado por los mapas
G¨®mez Rivero se refugia en su casa, en una acomodada urbanizaci¨®n de Buenos Aires
C¨¦sar Ovilio G¨®mez Rivero, autor confeso del robo de los mapamundis de la Biblioteca Nacional, "quiere preservarse a s¨ª mismo y sobre todo a su familia", seg¨²n declar¨® ayer su abogado Fernando Soto a este peri¨®dico. "Est¨¢ arrepentido, devolvi¨® los mapamundis y devolver¨¢ el dinero que cobr¨® por los que vendi¨®".
G¨®mez Rivero, historiador uruguayo de 60 a?os que lleva 30 en Argentina, sigue libre, aunque recluido en la casa de una distinguida urbanizaci¨®n de las afueras de Buenos Aires en la que vive. All¨ª permanece a la espera de que la justicia espa?ola tramite su demanda de extradici¨®n.
El precio que pag¨® el comprador australiano fue de 47.748 euros
Seg¨²n su abogado, G¨®mez Rivero se dedica a la "investigaci¨®n de documentos antiguos". No es profesor ni investigador de ninguna universidad. Pero logr¨® ahorrar lo suficiente para vivir en una casa de la urbanizaci¨®n La Dolfina, en la localidad de Pilar (situada a 50 kil¨®metros al norte de Buenos Aires), donde dispone, al igual que sus vecinos, de cuatro canchas de tenis, un campo de f¨²tbol y cinco de hockey, dos piscinas, bar, gimnasio y sal¨®n de juegos. "Es una persona de ingresos medios", sostiene su letrado. "La venta legal de documentos mueve mucho dinero", a?adi¨®, aunque no precis¨® cu¨¢nto. Lo que s¨ª pudo fijar es el precio que pag¨® el comprador australiano al que le fue confiscado uno de los mapas sustra¨ªdos por G¨®mez Rivero: 47.748 euros (65.383 d¨®lares).
El letrado, que entreg¨® el martes ocho de los diez mapamundis del siglo XV al juez federal Ariel Lijo, est¨¢ preparando su estrategia para evitar la extradici¨®n de su cliente a Espa?a: "Plantear¨¦ la inconstitucionalidad de la ley de cooperaci¨®n internacional en materia penal. El robo simple y el hurto son delitos que no acarrean penas de prisi¨®n ni aqu¨ª ni en Espa?a. S¨®lo se puede llegar al arresto cuando hay un serio peligro de fuga o un grave peligro de obstrucci¨®n a la investigaci¨®n", argument¨®.
Soto compareci¨® ante el juez Lijo y garantiz¨® que su defendido no tiene intenci¨®n de fugarse. No obstante, a G¨®mez Rivero le fue retirado el pasaporte, se le prohibi¨® la salida de Argentina y se le impuso el pago de una garant¨ªa de 2.000 euros. Cada semana, adem¨¢s, debe presentarse en el tribunal.
"En todo caso no son 19 documentos, como dijeron las autoridades en Espa?a. Son 10", adujo ayer Soto de nuevo. El c¨¢lculo de esa decena de grabados resulta de sumar los ocho que ya se han entregado y los dos que fueron hallados en Nueva York y Sydney, ciudades en las que fueron confiscados a coleccionistas privados. Para lograr sus objetivos, G¨®mez Rivero abus¨®, seg¨²n el abogado, de la confianza de conocidos suyos para vender los ejemplares "de buena fe".
A principios de octubre, el ladr¨®n conoci¨® por la prensa que la justicia espa?ola lo estaba buscando. Hombre casado y con hijos, decidi¨® entregarse. La decisi¨®n fue, a la postre, mejor para sus intereses.
Mientras tanto, en Buenos Aires, el juez Lijo tambi¨¦n lo investiga por un presunto fraude en relaci¨®n con la venta de los dos mapamundis. "En el escenario m¨¢s desfavorable, en Argentina le pueden tocar tres a?os de prisi¨®n en suspenso", aventur¨® Soto.
Fue en agosto pasado cuando la Biblioteca Nacional se percat¨® de que faltaban los mapamundis. Sobre c¨®mo cayeron en la cuenta, el abogado explic¨®: "Creo que cada seis meses se revisa si est¨¢n los 17 millones de documentos que tienen ah¨ª". El robo acab¨® por costarle el cargo a la directora de la Biblioteca, Rosa Reg¨¤s.
A principios de este mes, la polic¨ªa espa?ola confirm¨® que G¨®mez Rivero era el sospechoso de la sustracci¨®n de las obras de la edici¨®n incunable de 1482 de la obra Cosmograf¨ªa, de Ptolomeo, de las que se conservan s¨®lo 120 ejemplares en el mundo. En los pr¨®ximos d¨ªas, el juez Lijo lo llamar¨¢ para que confiese en persona sus delitos. El ladr¨®n no visitaba con frecuencia Espa?a, continu¨® su abogado, quien asegur¨® que fue a finales del a?o pasado cuando G¨®mez Rivero se llev¨® los mapamundis de Madrid.
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