El deporte es diferente

El mundo del deporte estaba dividido en cuanto a sus expectativas y deseos respecto al tratamiento que el Tratado de Lisboa, especie de constituci¨®n de la Uni¨®n Europea aprobado la madrugada de ayer, iba a dar a sus preocupaciones. Y curiosamente, la redacci¨®n del art¨ªculo 124a, en el que se dice que la UE tendr¨¢ en cuenta "las caracter¨ªsticas espec¨ªficas del deporte", parece haber satisfecho a todos.

Por un lado, en un rinc¨®n, los representantes de las federaciones, encabezados por presidente del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI), Jacques Rogge, quien los ¨²ltimos meses no ha cesado de ejercer tareas de lobby para convencer a los gobiernos europeos de que el tratado deber¨ªa reconocer la "especifidad" del deporte y garantizar una cierta "autonom¨ªa" a sus estructuras. En el rinc¨®n contrario, el verdadero poder econ¨®mico del deporte en Europa, los clubes de f¨²tbol, una superestructura desbocada desde que la sentencia Bosman garantiz¨® a todos los trabajadores europeos la libre circulaci¨®n y el derecho al trabajo en cualquier pa¨ªs, lo que fue el cimiento de las grandes Ligas profesionales y de la Champions.

Desde la Uni¨®n Europea, sin embargo, recuerdan que especifidad no equivale a autonom¨ªa

Para ellos, para clubes como el Arsenal, que pueden alinear onces sin ning¨²n ingl¨¦s, cualquier intento de autonom¨ªa o especifidad ir¨ªa contra sus intereses, garantizados por la consideraci¨®n de un deportista como un trabajador m¨¢s.

Como tel¨®n de fondo, el deseo de la FIFA -su presidente, el suizo Sepp Blatter dice que los futbolistas son artistas, no trabajadores- de que a partir de 2010 los clubes europeos cuenten con un m¨¢ximo de seis jugadores no seleccionables, lo que choca con la sentencia Bosman, y su deseo de que los derechos de transmisi¨®n televisiva se negocien de forma colectiva, lo que va contra las leyes antimonopolio. Tambi¨¦n podr¨ªa verse afectada por el Tratado toda la legislaci¨®n antidopaje elaborada por la Agencia Mundial Antidopaje, adoptada por la convenci¨®n de la Unesco y monitorizada desde el Consejo de Europa.

Mientras los clubes no han reaccionado a lo aprobado en Lisboa por la Europa de los 27, el mundo oficial ha considerado positivo lo redactado en el Tratado. Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte, se felicit¨® de que "por primera vez" la Uni¨®n Europea reconociera "la especifidad" del deporte. "Es un avance respecto a lo que no hab¨ªa", dijo. "Una oportunidad para mejorar". Rogge, por su parte, bendijo lo aprobado. "El movimiento ol¨ªmpico ha luchado por una base legal para el deporte en la Uni¨®n Europea desde hace 12 a?os", dijo el presidente del COI. "Hoy puedo decir que la resistencia merec¨ªa la pena". Y Blatter, el presidente de la FIFA, fue a¨²n m¨¢s lejos. "?l art¨ªculo que reconoce la especifidad es crucial para la gesti¨®n del deporte, y especialmente, el f¨²tbol".

Sin embargo, fuentes de la UE no tardaron en arrojar un poco de agua a tanto entusiasmo, recordando que la especificidad no equivale a autonom¨ªa, y que las l¨ªneas por las que se mover¨¢ la UE en los reglamentos que desarrollen el art¨ªculo est¨¢n fijadas en el Libro Blanco publicado en julio. All¨ª, se habla de especifidad, en efecto, pero tambi¨¦n de la necesidad de ir caso por caso, por ejemplo en los temas de dopaje. Tambi¨¦n se reconoce el derecho a la negociaci¨®n colectiva de los derechos televisivos, pero se recuerda que es pr¨¢ctica monopol¨ªstica. Y tambi¨¦n se dice que la limitaci¨®n de futbolistas extranjeros en los clubes ir¨ªa claramente contra el derecho a la libre circulaci¨®n. Tambi¨¦n recuerda c¨®mo en 2001 la UE tuvo que meter en vereda a la FIFA oblig¨¢ndola a regular los derechos de formaci¨®n de los futbolistas y c¨®mo en un futuro le obligar¨¢ a controlar m¨¢s a los agentes y los traspasos.