'Pisos patera' para turistas
Las denuncias por molestias descubren albergues ilegalesLos promotores de los apartamentos ilegales se consolidan en Ciutat Vella y tratan de implantarse en Diagonal Mar y en otras zonas de Barcelona
El turismo barato amenaza Barcelona. Lleg¨® a trav¨¦s de Internet en compa?¨ªas a¨¦reas de bajo costo y ha logrado en los ¨²ltimos a?os afianzarse con apartamentos a precio de saldo, en su mayor¨ªa il¨ªcitos. El fen¨®meno ha permitido la creaci¨®n de una amplia red de alojamientos ilegales que nadie controla y que acaban convirti¨¦ndose en pisos patera para turistas. Primero fue Ciutat Vella, pero ahora es tambi¨¦n Diagonal Mar y otras zonas de la ciudad. Los gestores municipales est¨¢n alarmados; reclaman instrumentos legales que permitan cazar a los promotores y cerrar los alojamientos clandestinos. Se calcula que s¨®lo en Ciutat Vella hay m¨¢s de 1.000 apartamentos clandestinos.
"Otra manera de estar en Barcelona; disponemos de toda una gama de apartamentos de vacaciones que van desde alojamientos baratos a precio de saldo a lujosos apartamentos para ejecutivos...", asegura una propaganda de apartamentos vacacionales por d¨ªas. Los precios son tentadores: 40 euros al d¨ªa por un apartamento de 32 metros cuadrados y dos camas, o 105 euros al d¨ªa por uno de 86 metros cuadrados con capacidad para cuatro personas. La negociaci¨®n se efect¨²a a trav¨¦s de Internet, as¨ª como el pago, que se realiza con tarjeta de cr¨¦dito.
En la zona de Diagonal Mar hay detectados unos 60 albergues ilegales
Nadie controla el n¨²mero de turistas que se alojan en un 'apartamento patera'
El ¨²nico contacto humano es el de una azafata o encargada que, de manera tambi¨¦n discreta, le esperar¨¢ el d¨ªa de su llegada a la puerta del apartamento para darle la llave, y el de su salida, para recogerla. Cuando el grupo de ocupantes se va, viene una brigada de limpieza y reparaci¨®n que adecenta el piso para la nueva remesa. Nadie controlar¨¢ ni fiscalizar¨¢ el n¨²mero real de turistas que acabar¨¢ utilizando el apartamento. Las vacaciones est¨¢n servidas.
"La red de apartamentos ilegales de Barcelona cada vez es m¨¢s amplia y compleja. Surgen y se desvanecen con facilidad. No dejan rastro. La capacidad de los gestores de apartamentos tur¨ªsticos ilegales para camuflarse en Internet es inaudita", asegura Elio Lozano, director de los servicios t¨¦cnicos del distrito de Ciutat Vella de Barcelona, donde se concentra la mayor oferta clandestina de la ciudad.
Ciutat Vella cuenta con una red legal de 700 apartamentos tur¨ªsticos, inscritos en el registro de Turismo de la Generalitat y que han sido homologados por los servicios t¨¦cnicos del distrito. Al margen de esta oferta legal, se esconde una red de alojamientos clandestinos cuya magnitud, seg¨²n los t¨¦cnicos, es imposible determinar. Las investigaciones efectuadas, especialmente a trav¨¦s de Internet, les han permitido identificar en el distrito al menos tres grandes redes. Tambi¨¦n han detectado otra variante inquietante: ofertas individualizadas, de peque?os propietarios. No hay direcciones. En el mejor de los casos, un n¨²mero de tel¨¦fono movil.
"En el distrito de Ciutat Vella nos hemos convertido, gracias a una reciente ordenanza de usos, en pioneros en Catalu?a en la lucha contra los apartamentos ilegales. Pero nos faltan instrumentos legales suficientes para actuar con energ¨ªa, de la misma manera que lo podemos hacer con los comercios ilegales. Por eso reclamamos de la Generalitat que ponga orden y reglamente el sector, pero sobre todo que nos d¨¦ armas", insiste el responsable t¨¦cnico de Ciutat Vella. Adem¨¢s, "detr¨¢s de cada apartamento ilegal puede haber tambi¨¦n un fraude fiscal".
Los promotores de apartamentos il¨ªcitos de Ciutat Vella, presionados por la persecuci¨®n municipal, se han visto obligados a buscar otras zonas de expansi¨®n. Diagonal Mar se est¨¢ convirtiendo en un nuevo destino del turismo clandestino. El fen¨®meno es relativamente nuevo en este distrito. Pero aun as¨ª hay detectados al menos 60 apartamentos ilegales, que cohabitan con otros 100 legales, seg¨²n Joan Soto, de la concejal¨ªa. El mercado ilegal trata asimismo de abrirse camino en el Eixample y se detectan casos en Sants, Poble Sec y Montju?c. "El mejor aliado que tenemos por ahora en la lucha contra este tipo de apartamentos son los propios vecinos. Las denuncias a la Guardia Urbana nos permiten actualizar nuestros datos y en muchos casos actuar", opina Lozano.
Porque, sean legales o ilegales, los problemas no terminan ah¨ª. Los vecinos de algunas casas de la calle de Caracas padecen las molestias de este tr¨¢fico. En los balcones han colgado pancartas para recordar al Ayuntamiento que tiene un tema pendiente: "Hereu, esto no es un hotel".
"?Sabe usted lo que supone para una comunidad estable de 60 vecinos descubrir de pronto que en el inmueble hay peri¨®dicamente un movimiento rotatorio de otros 30 inquilinos?", comenta un vecino. Entre el 10% y el 20% de los pisos de su edificio sirven de alojamiento tur¨ªstico por d¨ªas. Hay quejas de todo tipo: turistas borrachos haciendo sus necesidades en la piscina, uso indebido y abusivo de los ascensores, insultos y malos tratos, y sobre todo, fiestas ruidosas a horas intempestivas.
Las noches son infernales
Las quejas de los vecinos de este tipo de turismo son persistentes.
"Para m¨ª no hay diferencia entre los apartamentos tur¨ªsticos legales y los ilegales. Todo es lo mismo. Es un infierno vivir junto a un piso tur¨ªstico por d¨ªas", asegura Diana Oliva, de 60 a?os, secretaria de direcci¨®n y vecina del inmueble n¨²mero 23 de la calle de la Portaferrissa de Barcelona.
Desde hace m¨¢s de un a?o los vecinos de esta comunidad se han dirigido a las diferentes administraciones solicitando el cierre de los dos apartamentos tur¨ªsticos existentes en el edificio. Hasta ahora han conseguido s¨®lo el cierre de uno de ellos, que era ilegal. Las quejas de estos vecinos coinciden tambi¨¦n con los de Via Laietana 13, donde los residentes se ven obligados a convivir con los turistas de 11 apartamentos tur¨ªsticos.
"Hay noches en que es imposible dormir. Hay noches que nos las pasamos en vela con el coraz¨®n encogido. Cuando no es la m¨²sica, son los gritos, las risas, los portazos sin contemplaciones, los movimientos de muebles y las llamadas por interfono o timbrazos equivocados. Una vez los hu¨¦spedes llegaron borrachos", describe Diana Oliva en una de las cartas de denuncia.
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