El rey del anuncio es Craigslist
Craig Newmark revoluciona la Red con 7.000 millones de p¨¢ginas de clasificados - El sitio es el s¨¦ptimo m¨¢s visitado de Internet y el azote de la prensa en EE UU
Para millones de estadounidenses, Craig Newmark es una especie de santo patr¨®n de las causas nobles. Gracias a ¨¦l y al sitio de Internet que fund¨® a mediados de los noventa, Craigslist (La lista de Craig), han encontrado trabajo, apartamento donde vivir, mesa, sillas y dem¨¢s muebles que utilizan en su vida diaria. Sin que les haya costado un centavo, todo gratis. En muchos casos, encuentran hasta la persona con quien comparten la cama.
El nuevo icono del mundo cibern¨¦tico lee cada ma?ana el peri¨®dico en papel
S¨®lo 25 personas trabajan en una 'web' que atiende a 25 millones de usuarios
S¨®lo en EE UU alrededor de 25 millones de personas visitan cada mes el sitio de Craigslist y llegan a ver m¨¢s de 7.000 millones de p¨¢ginas. Es el s¨¦ptimo sitio de Internet m¨¢s visitado en este pa¨ªs, en competencia con Yahoo, Google o eBay. "Somos simplemente un gran mercado de pulgas, y nuestro principal inter¨¦s es ayudar a la gente", explica Newmark, un experto en computaci¨®n nacido en Nueva Jersey hace 55 a?os, que a los 17 comenz¨® a trabajar en IBM.
En 1993 se mud¨® al ¨¢rea de la bah¨ªa de San Francisco, en los alrededores de Silicon Valley. Enseguida vio Internet como una "comunidad". "Comenc¨¦ con una peque?a lista de CC (mensaje de e-mail copiado a varios destinatarios) sobre eventos interesantes", cuenta. "Pens¨¦ que esto me ayudar¨ªa a conectarme con la gente". Al pasar el l¨ªmite de 240 destinatarios, movi¨® la lista a un servidor m¨¢s grande. Y tuvo que buscarle un nombre. En un principio quer¨ªa llamarle Eventos en SF (por San Francisco). Pero sus amigos ya lo hab¨ªan bautizado como Craigslist.
Craigslist ha crecido a un ritmo extraordinario (m¨¢s del 100% anual en los ¨²ltimos dos a?os); es reverenciada por millones de personas en 50 pa¨ªses, y se ha convertido en una especie de verdugo para la industria period¨ªstica estadounidense, al atacar directamente su negocio de anuncios clasificados.
"Es un mito", responde secamente Newmark ante la acusaci¨®n de los editores. "Los peri¨®dicos tienen varios problemas, entre ellos la disminuci¨®n en la circulaci¨®n y la desconfianza de mucha gente en la prensa por no hablar al poder con la verdad". ?Hasta d¨®nde llega el efecto Craigslist en la prensa? Seg¨²n un estudio de una firma de inversiones, los diarios del ¨¢rea de la bah¨ªa de San Francisco han dejado de percibir anualmente al menos 35 millones de euros por anuncios clasificados.
No es dif¨ªcil entender la atracci¨®n de Craigslist: no cuesta nada poner un anuncio, y es un sitio en el que se navega con facilidad. Titulares de una l¨ªnea en color azul que el interesado puede abrir de un golpe y donde encuentra escrito en letras negras -y a veces con fotograf¨ªas- los detalles de producci¨®n, transacci¨®n o servicio que se ofrece. No hay complicados gr¨¢ficos o contrase?as que memorizar. Adem¨¢s, Craigslist es an¨®nimo. Cualquiera puede visitarlo sin necesidad de identificarse. Y, por supuesto, no hay anuncios publicitarios.
Para sobrevivir, la compa?¨ªa cobra ¨²nicamente por anuncios clasificados: ofertas de trabajo (52 euros en San Francisco, y 18 en Los ?ngeles, Boston, Washington DC y San Diego, y 8 euros por alquiler de apartamentos en Nueva York). Newmark reh¨²sa hablar de los ingresos. Seg¨²n estimaciones de la revista Fortune, Craigslist recibe unos 18 millones de euros, con los que debe pagar los salarios de sus 25 empleados. Con las millonarias cifras que manejan las grandes compa?¨ªas de Internet, este volumen de ingresos es rid¨ªculamente peque?o.
Los analistas opinan que si Craigslist insertara anuncios de una l¨ªnea o dos de texto como los de Google, podr¨ªa incrementar sus ingresos en 350 millones de euros. "No lo hemos hecho porque la gente no lo ha pedido", dice Newmark, que explica su tarea como un servicio a los visitantes de su "comunidad". Tampoco es partidario de dar el salto al mercado burs¨¢til. "No est¨¢ contemplado", responde.
Durante la conversaci¨®n en un rinc¨®n del caf¨¦ Reverie de San Francisco, Newmark se excusa por un momento y abre su peque?o ordenador port¨¢til. "Tengo que responder mensajes", explica, recordando que su t¨ªtulo oficial en Craigslist es "representante de servicio a los clientes". Newmark vive cerca del caf¨¦ y cuenta que llega al lugar caminando. Al levantarse toma vitaminas y revisa la prensa. "Sigo leyendo el San Francisco Chronicle [el principal diario de la ciudad] en papel". Se confiesa "admirador" de Arturo P¨¦rez-Reverte mientras teclea en el ordenador. Con 25 millones de clientes, seguro que siempre habr¨¢ mensajes que responder.
Es hora de partir hacia la oficina, y el fundador de uno de los sitios m¨¢s populares de Internet, uno de los iconos del mundo cibern¨¦tico, opta por lo pr¨¢ctico: aborda el tren ligero que para en la esquina cercana. "Tengo un abono para todo el mes".
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