Ingenier¨ªa de precisi¨®n para esclavizar al fumador
Altadis comunica a Sanidad la lista de los 289 aditivos incluidos en el tabaco - El objetivo de los compuestos, alguno de ellos t¨®xico, es aumentar la adicci¨®n
Nicotina, alquitr¨¢n y mon¨®xido de carbono. ?se es el ¨²nico contenido que figura en una cajetilla de tabaco. Y sin embargo hay m¨¢s. Mucho m¨¢s. La multinacional hispanofrancesa Altadis reconoce que usa 289 aditivos en sus marcas vendidas en la UE. 289 sustancias qu¨ªmicas, muchas de ellas t¨®xicas, con un fin principal: aumentar la adicci¨®n a la nicotina y disminuir los efectos molestos del tabaco. Hay que enganchar antes al fumador.
"Un 90% de cada cigarrillo es tabaco, ya de por s¨ª adictivo y cancer¨ªgeno, pero un 10% son aditivos, compuestos qu¨ªmicos de los que sabemos muy poco y para los que nadie ha analizado su seguridad. Las tabacaleras est¨¢n realizando un experimento a gran escala con millones de personas", sentencia por tel¨¦fono Michael Rabinoff, profesor de la Universidad de California-Los ?ngeles que publica en noviembre el estudio Efectos farmacol¨®gicos y qu¨ªmicos de los aditivos de los cigarrillos en la revista de la Sociedad Americana de Salud P¨²blica. Tras analizar los 599 aditivos que la industria admite usar en EE UU, concluye que "m¨¢s de 100 aditivos tienen actividad farmacol¨®gica".
Se usan anest¨¦sicos contra la irritaci¨®n y broncodilatadores para inhalar m¨¢s
Las autoridades no eval¨²an ni conocen el impacto de algunos elementos
Un experto del Laboratorio Agroalimentario de la Junta de Andaluc¨ªa, que ha analizado la composici¨®n del humo y del alquitr¨¢n de los cigarrillos para su demanda contra las tabacaleras, destaca: "Los cigarrillos son una obra de ingenier¨ªa para aumentar la adicci¨®n. Las tabacaleras van a?os por delante de nosotros y aunque afirman que la mayor¨ªa de los compuestos son aroma, en realidad tienen otras funciones, muchas de las cuales las desconocemos".
Pese a la oposici¨®n de las tabacaleras a hacer p¨²blicos los aditivos -alegan que son propiedad intelectual-, el Ministerio de Sanidad les orden¨® en enero de 2004 que le comunicaran cada a?o los aditivos que utilizan y que lo hicieran p¨²blico. Altadis (Fortuna, Ducados, Nobel, Gauloises..., 1.938 millones de euros en ventas en el primer semestre de 2007) ha remitido la informaci¨®n de los 289 aditivos que utiliza y la proporci¨®n m¨¢xima en que se encuentran en sus marcas. EL PA?S publica la lista ¨ªntegra por primera vez.
M¨¢s del 90% de los productos est¨¢n declarados oficialmente como aromas, pero el presidente del Comit¨¦ Nacional para la Prevenci¨®n del Tabaquismo, que agrupa a 40 sociedades m¨¦dicas, Rodrigo C¨®rdoba, sostiene que no es realista: "?sa es la versi¨®n oficial, pero no cuela. Mucha literatura cient¨ªfica demuestra que el principal fin es aumentar la adicci¨®n".
En la lista de Altadis aparecen muchos de los compuestos denunciados y que salieron a la luz cuando la justicia estadounidense orden¨® hacer p¨²blicos los documentos de la industria. La multinacional hispanofrancesa no ha querido comentar la funci¨®n de sus aditivos.
Hasta un 4,2% del cigarrillo son az¨²cares, sustancias aparentemente inocuas, pero que al quemarse producen acetaldeh¨ªdo. "Est¨¢ demostrado que el acetaldeh¨ªdo aumenta el efecto de la nicotina. En un experimento en ratas adictas a la nicotina, ¨¦stas siempre eleg¨ªan la mezcla con acetaldeh¨ªdo antes que la nicotina sola", explica Rabinoff.
Adem¨¢s, hay al menos siete compuestos derivados de la lactona. Esta sustancia inhibe la enzima encargada de metabolizar la nicotina. Al no funcionar esa prote¨ªna, la nicotina permanece m¨¢s tiempo en sangre y aumenta la adicci¨®n.
Otras de las sustancias que se a?aden son derivados del cacao (hasta un 1,1% del cigarrillo). Estos productos no s¨®lo dan sabor dulce al cigarrillo (con lo que atrae a los j¨®venes) sino que act¨²an como broncodilatador y facilitan que la nicotina llegue a los alveolos y se inhale m¨¢s. El regaliz (que supone un 1,3%) produce un efecto similar.
Hay tambi¨¦n precursores del ¨¢cido salic¨ªlico (el mismo de la aspirina) que act¨²an como anest¨¦sico, de forma que el tabaco irrite menos la garganta. El mentol tiene un efecto similar, pero adem¨¢s minimiza las toses y as¨ª el fumador tiene menos percepci¨®n de riesgo.
Otros compuestos que se a?aden reducen la acidez y aceleran el paso de nicotina de forma s¨®lida a gaseosa, lo que facilita su inhalaci¨®n. Los centenares de compuestos usados como aromas sirven tambi¨¦n para hacer el humo menos irritante y m¨¢s tolerable para los no fumadores.
En realidad, s¨®lo los brillantes qu¨ªmicos de las tabacaleras saben a ciencia cierta para qu¨¦ sirve cada cosa. El director general de Salud P¨²blica del Ministerio de Sanidad, Manuel O?orbe, admite: "No hacemos an¨¢lisis de los aditivos y tenemos que creer lo que declaran las tabacaleras. No sabemos lo que lleva".
Las m¨¢quinas de fumar del ministerio analizan que la composici¨®n de nicotina, alquitr¨¢n y mon¨®xido concuerde con lo que dice la cajetilla. Esto suele ocurrir, pero los aditivos burlan la m¨¢quina. "Una marca declara una cantidad de nicotina, pero con los artificios de la acidez y bloqueando las enzimas que destruyen la nicotina consiguen en realidad mucha m¨¢s concentraci¨®n en sangre de la que detecta la m¨¢quina", explica la fuente del laboratorio andaluz, pionero en Espa?a.
El tabaco es el ¨²nico producto de consumo que no tiene que declarar su composici¨®n, una situaci¨®n an¨®mala, como reconoce O?orbe. Si una pasta de dientes contuviera la cent¨¦sima parte de los productos del tabaco sin declararlos, es probable que la alarma recorriese el mundo. El ministerio no hace p¨²blica la lista ¨ªntegra de cada marca. Argumenta que es propiedad de las tabacaleras. "Yo he hecho la ley antitabaco y no soy sospechoso de no combatir el consumo. El tabaco es cancer¨ªgeno y adictivo incluso sin aditivos y no creo que al consumidor le diga mucho saber que tiene un 2% o un 3% de az¨²cares", sostiene O?orbe, que espera un acuerdo en la UE para decidir qu¨¦ productos se hacen p¨²blicos. Altadis, por ejemplo, no hace p¨²blica la composici¨®n marca por marca sino la de todos sus tipos de cigarrillos.
Todos estos compuestos, aun a dosis ¨ªnfimas, pueden tener efectos que se suman entre s¨ª y hay algunos t¨®xicos y cancer¨ªgenos. El acetaldeh¨ªdo es mutag¨¦nico y t¨®xico para el embri¨®n y produce tumores en el tracto respiratorio, seg¨²n un estudio de 2001. Otros aparecen en una forma, pero al quemarse dan lugar a elementos cancer¨ªgenos. El alquitr¨¢n que refleja la cajetilla no es una sola sustancia, sino los miles de compuestos que quedan tras quemar el cigarrillo y que abarca desde metales pesados como el ars¨¦nico a elementos altamente cancer¨ªgenos, como las nitrosaminas espec¨ªficas del tabaco. El resto de los t¨®xicos van al humo.
La industria, seg¨²n sus documentos internos, ha incluido tambi¨¦n antioxidantes en los cigarrillos para intentar reducir los casos de c¨¢ncer. A tenor de las cifras, con escaso ¨¦xito. S¨®lo en Espa?a mueren 56.000 personas al a?o por el tabaco, seg¨²n Sanidad, mientras que 4.000 fallecen en accidentes de tr¨¢fico.
La prueba de que el tabaco es un instrumento de ingenier¨ªa qu¨ªmica muy sofisticado para atraer al fumador es que en los a?os setenta Philip Morris comenz¨® a usar los aditivos y las ventas de Marlboro se dispararon. "La competencia, especialmente British American Tobacco, enloqueci¨® buscando la f¨®rmula e imitaron pronto los aditivos", explica Rabinoff.
En Espa?a, nadie sabe tanto como los t¨¦cnicos del laboratorio Altadis en Tres Cantos (Madrid), recientemente desmantelado y trasladado a Francia, sobre lo que fuman los que fuman.
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