Intolerancia helv¨¦tica
La victoria de un partido xen¨®fobo en las elecciones de ayer amenaza con llevar el racismo al poder
"Dichosos los pa¨ªses que carecen de historia", asegura un conocido retru¨¦cano pol¨ªtico; y Suiza, la confederaci¨®n de los 26 cantones, supuesto oasis de paz y de prosperidad en Europa, es la mejor candidata aparente a esa bendita monoton¨ªa existencial. Pero esta colectividad, de la que Jean Ziegler ya ironizaba en los a?os sesenta con su libro Una Suiza por encima de toda sospecha, amenaza hoy con un ominoso viraje al racismo administrado desde el poder. A ello apuntan las elecciones del domingo, en las que venci¨® la Uni¨®n Democr¨¢tica de Centro, partido que, pese a tan virtuoso nombre de pila, est¨¢ justificadamente reputado como xen¨®fobo.
Suiza es una confederaci¨®n basada en el autogobierno de cantones y comunas, con un Gobierno o Consejo federal de siete miembros elegidos por la C¨¢mara baja seg¨²n los resultados electorales. En el Consejo saliente, la UDC tiene dos puestos; socialistas y radicales, otros dos cada uno, y los democristianos, uno. Y, aunque la ultraderecha, que dirige el multimillonario y ministro de la polic¨ªa, Christoph Blocher, sube dos puntos y gana varios esca?os, hasta unos sesenta, en una c¨¢mara de 200, y socialistas y radicales bajan sensiblemente mientras avanzan Los Verdes, el partido ha adelantado que no piensa pedir la alteraci¨®n del actual equilibrio.
Suiza ha sido durante d¨¦cadas patria laboral de millones de inmigrantes, sobre todo del sur de Europa, con lo que hoy, un 20% de sus siete millones largos de habitantes son extranjeros; e inevitablemente, el envejecimiento de la sociedad aut¨®ctona en toda Europa y la marea humana que asciende desde el sur ten¨ªan que acabar por afectar en lo social y lo pol¨ªtico a la helveticidad.
La UDC propugna la expulsi¨®n de extranjeros que cometan delitos graves, y, para ilustrar el punto, mostraba en un cartel de campa?a a unas ovejas de inmaculada blancura c¨®mo echaban a patadas a una oveja negra. Transparentemente xen¨®fobo, color incluido. Un fuerte crecimiento del partido habr¨ªa podido interpretarse como mandato para cambiar el Consejo. No ser¨¢ as¨ª, pero s¨ª advierte la UDC que nadie debe cansarse pidiendo el ingreso de Suiza en la UE. Y lo que asusta es que la ultraderecha mejora posiciones cuando se muestra m¨¢s aviesa. Toda una advertencia. Igual a la confederaci¨®n lo que le convendr¨ªa es tener historia.
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