Polonia respira
Las urnas liquidan el modelo socialmente ultramontano y aislacionista de los Kaczynski
La abultada derrota electoral del partido gobernante del primer ministro Jaroslaw Kaczynski a manos de la oposici¨®n de centro-derecha, representada por la Plataforma Ciudadana, es una excelente noticia para el conjunto de los polacos, que han decidido descabalgarlo anticipadamente del poder. Tambi¨¦n lo es para la Uni¨®n Europea, en cuyos fr¨¢giles engranajes institucionales el nacionalismo ultramontano de los hermanos Kaczynski llevaba dos a?os filtrando su arena chovinista. Permanece como jefe del Estado polaco el gemelo Lech, que no debe afrontar el veredicto de las urnas hasta 2010, pero cuyo perfil se ver¨¢ inevitablemente muy rebajado.
La Plataforma Ciudadana es un partido originariamente no demasiado alejado de Ley y Orden, pero m¨¢s liberal en pol¨ªtica y econom¨ªa y curado del virus nacionalista. Su programa pretende llevar inmediatamente a Polonia a la corriente principal de la UE y oxigenar el oscuro y cerrado universo con que el manto de los Kaczynski, mucho m¨¢s preocupados por enmendar el pasado que por avanzar hacia el futuro, ha cubierto a la mayor democracia de Europa oriental.
El voto de los j¨®venes, nutrido y al¨¦rgico por definici¨®n al cerrado mundo xen¨®fobo y socialmente ultraconservador impuesto desde Varsovia, ha sido un instrumento decisivo de la contundente victoria opositora liderada por Donald Tusk, y marcar¨¢ sin duda la agenda que la Plataforma abordar¨¢ previsiblemente en alianza con el moderado Partido Campesino. Juntos quiz¨¢ alcanzar¨¢n los esca?os suficientes en la C¨¢mara baja del Parlamento como para sortear los inevitables vetos legislativos a los que se aplicar¨¢ el presidente Jan Kaczynski.
El resultado de las elecciones del 21 de octubre, que el Gobierno hab¨ªa convocado con la esperanza de consolidar lo ganado en sus dos a?os al tim¨®n, anticipa con toda probabilidad la liquidaci¨®n de la Polonia del integrismo cat¨®lico llevado a programa de gobierno, de la moralidad asfixiante, de la caza de ex comunistas a cualquier precio, de la delaci¨®n bendecida por ley y de una incompetencia ejemplar en materia exterior. La cruzada purificadora del derrotado Gobierno de Ley y Justicia, vali¨¦ndose de medios tan espurios como la utilizaci¨®n de fiscales adictos o la filtraci¨®n de fichas policiales y documentos de los servicios de espionaje, ha colocado al pa¨ªs b¨¢ltico en la senda del oscurantismo y lo ha alejado inevitablemente de algunos de los ideales b¨¢sicos que conforman la Uni¨®n Europea.
Bruselas y Berl¨ªn han recibido con enorme alivio el fin de reinado polaco y van a acoger con los brazos abiertos al Gobierno que forme Donald Tusk, un pol¨ªtico proeuropeo, derrotado en 2005 en sus aspiraciones a la presidencia de la Rep¨²blica y que no ha ocupado cartera alguna. Para Alemania el alivio es doble, pues se hab¨ªa convertido en la man¨ªa de los gemelos. El bajo perfil y talante antidogm¨¢tico de Tusk han sido bazas decisivas que le han granjeado la simpat¨ªa expresada por los m¨¢s j¨®venes en las urnas.
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