Botero exige una c¨¢mara blindada para sus piezas
Fernando Botero lo tiene claro: o ponen una c¨¢mara blindada en la fundici¨®n donde hace sus piezas en Italia o se traslada a Alemania, Francia o Suiza. El escultor y escritor dijo esto despu¨¦s de conocer el robo de siete de sus obras en bronce de una fundici¨®n de Pietrasanta (Italia). "Llevo 30 a?os trabajando en esa ciudad, si me toca irme para otro sitio, pues es una l¨¢stima, pero me tendr¨¦ que ir", afirm¨® Botero a la cadena Caracol Radio.
El artista pl¨¢stico colombiano explic¨® que su estancia de verano en la localidad del centro italiano depender¨¢ de la toma de "medidas espectaculares que adopte la empresa", como la de exigir a L'Arte, fundici¨®n de la que fueron robadas las esculturas, que habilite un "cuarto blindado" para sus piezas.
La p¨¦rdida de Ad¨¢n, El perro, Gato cod¨®n, Mujer con mano en sus cabellos, Bailarina vestida, Bailarina en movimiento y Gorri¨®n fue denunciada el lunes por los artesanos del taller, que las valoraron en unos 2,5 millones de euros. Las obras estaban vendidas, dijo el artista, e indic¨® que ten¨ªan como destino una pr¨®xima exposici¨®n en el Principado de Montecarlo.
Botero, nacido hace 75 a?os en Medell¨ªn, record¨® que este robo es el segundo de piezas suyas que se comete este a?o en Pietrasanta, despu¨¦s de la desaparici¨®n de dos esculturas que ¨¦l ten¨ªa en el jard¨ªn de su residencia y sobre el techo de su estudio. En Pietrasanta "hab¨ªa un ambiente de tranquilidad y de confianza", un "ambiente simp¨¢tico", pero "me han tomado como objetivo", advirti¨® el artista, para quien estos robos han podido ser encargados por un marchante, por "alguien del mundo del arte".
Segundo robo
Botero est¨¢ convencido de que los autores son profesionales, porque no s¨®lo se llevaron los bronces, sino que tambi¨¦n se apropiaron de una escultura que estaba todav¨ªa en cera. En este contexto, Botero record¨® que hace unos 12 a?os le robaron de su domicilio campestre en Cajic¨¢, localidad cercana a Bogot¨¢, un peque?o hombre a caballo del que se hizo una edici¨®n cuyas r¨¦plicas ha visto en tiendas de Argentina, Brasil o Francia.
El artista observ¨® que en la fundici¨®n "hab¨ªa otras esculturas de otros artistas que ni tan siquiera las tocaron. Eso me hace sospechar que los traficantes de arte me han tomado como objetivo".
Babelia
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