La fuerza del d¨¦bil
Llevaban seis a?os persigui¨¦ndose. Nacho Vegas (Gij¨®n, 1974) le envi¨® un correo electr¨®nico a Christina Rosenvinge (Madrid, 1964) cont¨¢ndole que quer¨ªa colaborar con ella, pero el encuentro musical no se produjo hasta el pasado verano en Gij¨®n. Cuando por fin se juntaron en la casa de Vegas, Rosenvinge le brind¨® una frase -"lo natural es odiarse"- para que el m¨²sico trabajara sobre ella tratando de describir el desastre que con frecuencia corona las relaciones amorosas. As¨ª, mano a mano, al modo de los cad¨¢veres exquisitos, lanz¨¢ndose frases mutuamente, construyeron siete canciones, que van desde el rock del riff al tiempo medio y a las baladas ac¨²sticas. El ¨¢lbum se titula Verano fatal pero la grabaci¨®n fue como la seda. Mientras por las calles de Gij¨®n corr¨ªan r¨ªos de sidra con ocasi¨®n del Festival de la Tonada, Rosenvinge y Vegas manten¨ªan conversaciones febriles sobre la m¨²sica, la libertad, el amor y la muerte. Lo bueno y lo malo del negocio de la m¨²sica es que te creas tus propios horarios. As¨ª que durante dos semanas, ella busc¨® su fuerza y ¨¦l su debilidad. "Nacho es un personaje muy abierto, un muso perfecto", asegura Christina y Vegas a?ade que llevaba mucho tiempo esperando a "la mujer de hielo", pero que una vez que la tuvo cerca descubri¨® una fragilidad que le vino muy bien para construir los personajes del disco.
La pareja art¨ªstica se encuentra en Madrid, en una terraza junto al palacio de Oriente, rodeados de turistas japoneses y ni?os que salen del colegio. Vegas, reci¨¦n llegado de Gij¨®n, tras una noche sin dormir, cargado todav¨ªa con su maleta azul y la guitarra. ?l no se desprende de las Rayban y ella se protege del sol oto?al con una chaqueta negra. Ambos le conceden una importancia extraordinaria a las letras. "Mucha gente no se toma en serio el oficio de escribir canciones", dice Rosenvinge, que confiesa contar con la ayuda que le brinda la m¨²sica para aumentar la carga emocional de las palabras porque "cantar transforma el lenguaje". Todav¨ªa juegan a lanzarse palabras, pero las dos semanas de grabaci¨®n fueron una aut¨¦ntica batalla verbal. Enfrascados en esa guerra, parece que ¨¦l decidi¨® llevarle la contraria oblig¨¢ndola a pronunciar palabras de m¨¢s de tres silabas, algo que ella no soporta. Para molestar busc¨® imperturbabilidad: "Quer¨ªa ver lo que hay detr¨¢s de tu imperturbabilidad / y abrir tu puerta de cuarenta y tres candados", canta Vegas en el tema que abre el disco. Como respuesta, ella compuso Humo: "Me resbalo / por tus erres / por tus emes / por tus as / Que se pegan / a mi cuello / como perlas de un collar".
La colaboraci¨®n musical de estos artistas podr¨ªa tener una segunda parte en el futuro, pero, de momento, cada m¨²sico se prepara para grabar sus propios trabajos en solitario. Rosenvinge da por concluida la trilog¨ªa americana y ya prepara un nuevo ¨¢lbum en castellano. Vegas confiesa atravesar un momento de transici¨®n, tras grabar tres discos en solitario y uno con Enrique Bunbury. "Nunca dejo de escuchar canciones, los discos no son una finalidad, son un medio. La finalidad es la creaci¨®n en s¨ª misma", dice Vegas.
Los dos han vivido experiencias con otras bandas -ella fue l¨ªder de ?lex y Cristina, de Christina y los subterr¨¢neos y ¨¦l de Eliminator jr, Manta Rey y Migala-, pero, como m¨²sico de referencia, ambos comparten su pasi¨®n por Dylan. "?l empez¨® con The Smiths y yo con The Clash, pero todos los caminos conducen a Dylan", concluye Rosenvinge. El d¨²o realiza una gira por seis ciudades que comienza el 22 de noviembre en Murcia. .
Cristina Rosenvinge/Nacho Vegas. Verano fatal. Limbo Starr.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.