El a?o que brill¨® por sus ausencias
La falta de Dylan y Ralf Dahrendorf resta lucimiento a la ceremonia
Al Gore lleg¨® a Barcelona el 23 de octubre, dio una conferencia y alert¨® contra el cambio clim¨¢tico. Poco antes, Mariano Rajoy quiso armar ruido a prop¨®sito de las tesis que defiende el ex vicepresidente de EE UU. ?La consecuencia? Gore lleg¨® a Oviedo y estaba ya m¨¢s visto que el tebeo.
La otra gran figura medi¨¢tica de estos Pr¨ªncipe de Asturias ni siquiera contaba con venir. Al menos, mand¨® un mensaje de 67 palabras, agradeciendo el galard¨®n. Bob Dylan hab¨ªa sugerido enviar a un directivo de Sony a recibir el premio. La Fundaci¨®n no acept¨®.
"En el riesgo est¨¢ siempre la esperanza". La cita es de H?lderlin, y la recuerda Graciano Garc¨ªa, director de la Fundaci¨®n Pr¨ªncipe de Asturias, para defender la concesi¨®n del galard¨®n de las Artes a Bob Dylan, a sabiendas de que ten¨ªa en esas fechas un concierto en Nebraska. No es la primera vez que esto sucede; ni Lance Armstrong ni Martina Navratilova vinieron a recoger sus respectivos galardones y, sin embargo, se les premi¨®. "Es un riesgo inevitable si se quiere que los jurados act¨²en con independencia", comenta. Los datos que maneja sobre la salud del galard¨®n son rotundos. El 86% de los espa?oles considera, en una encuesta reciente, que se trata de la instituci¨®n cultural espa?ola m¨¢s respetada en el mundo. Este a?o se han acreditado 1.120 periodistas.
Uno de los grandes logros es haber sabido combinar los nombres medi¨¢ticos con otros, de extraordinario valor, pero menos conocidos. No suele ser frecuente que la presencia de cient¨ªficos (como Gin¨¦s Morata y Peter Lawrence, o como los responsables de Science y Nature) desencadene un gran frenes¨ª, ni entre los periodistas ni entre esas masas obsesionadas con ver al pr¨ªncipe Felipe y a do?a Letizia.
Garc¨ªa es muy preciso al dar la cifra: "Fueron exactamente 14 personas las que el otro d¨ªa, cuando do?a Letizia fue elegida hija predilecta de la ciudad, gritaron que Espa?a ser¨ªa ma?ana republicana". Es la primera vez que se corean lemas de este tipo en Oviedo en estos d¨ªas. ?Una edici¨®n un tanto deslucida? Quiz¨¢. Al Gore desembarc¨® toda su maquinaria de proyecci¨®n medi¨¢tica unos d¨ªas antes, Dylan no vino y a Ralf Dahrendorf tuvieron que adelantarle una operaci¨®n, con lo que tampoco ha podido estar. Pero las v¨ªctimas del Holocausto s¨ª trajeron a Oviedo emoci¨®n, Amos Oz dej¨® marcas inequ¨ªvocas de su lucidez ante el drama de israel¨ªes y palestinos y los cient¨ªficos presentes generaron debate. Los premios siguen conservando intacto, m¨¢s de un cuarto de siglo despu¨¦s de su fundaci¨®n, el prestigio que los ha hecho c¨¦lebres.
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