La violencia y el crimen sacuden el debate de la campa?a electoral
Las Madres del Dolor piden justicia contra asesinos y polic¨ªas corruptos
La inseguridad ciudadana irrumpi¨® de lleno en la ¨²ltima semana de la campa?a para las presidenciales con el asesinato de tres polic¨ªas en la ciudad de La Plata, la capital de la provincia de Buenos Aires. Tras el triple crimen, los argentinos pusieron en las encuestas el miedo por delante de otras preocupaciones bastante serias como la inflaci¨®n. La violencia en la capital y los suburbios bonaerenses, los distritos electorales m¨¢s importantes del pa¨ªs, forz¨® a la aspirante a la presidencia con m¨¢s posibilidades, Cristina Kirchner, y a sus rivales, a mencionar la inseguridad en sus discursos. Los candidatos pretendieron pasar de puntillas sobre el tema, pero la realidad no lo permiti¨®.
En la polic¨ªa de Buenos Aires, "el 50% participa en algo sucio"
"Cuando te matan un hijo, en este pa¨ªs es frustrante buscar justicia", dice Marta
Nadie conoce mejor la violencia que Elsa, Viviam, Marta, Isabel, Susana, algunas de las 500 madres que se han unido para exigir justicia. Ellas son las Madres del Dolor. Tambi¨¦n perdieron a sus hijos pero no en manos de una dictadura militar, sino de criminales comunes o polic¨ªas corruptos. Asesinatos, violaciones, secuestros expr¨¦s, son el pan de cada d¨ªa de los argentinos. Ayer, en un barrio de clase media, un hombre de 28 a?os sali¨® a buscar la pizza que hab¨ªa pedido y cuando abri¨® la puerta lo esperaban tres hombres para robarle. No contentos con eso, lo mataron delante de su mujer embarazada y sus hijos. Los vecinos piden la cabeza del comisario de la zona. Sospechan que es corrupto.
Elsa G¨®mez mira al vac¨ªo mientras se habla del triple crimen de La Plata. Tal vez porque recuerda que a su hijo Daniel lo mataron dos polic¨ªas para robarle el coche hace seis a?os. "Volv¨ªa a casa y cerca de la medianoche nos llam¨® con el m¨®vil: 'Estoy llegando a casa... tengo a dos hijos de puta apunt¨¢ndome con un rev¨®lver... vengan a buscarme'. No lo o¨ªmos m¨¢s, le pegaron cuatro tiros a menos de medio metro". El calvario de Elsa en busca de justicia acab¨® hace un mes, cuando los asesinos de su hijo entraron en prisi¨®n tras a?os pr¨®fugos. La participaci¨®n de miembros de la polic¨ªa de la provincia de Buenos Aires (la bonaerense) en delitos ha sido probada tantas veces que cuesta creer que haya alguien honesto entre sus 50.000 efectivos.
"En la bonaerense, un 20% son honestos, un 30% corruptos y un 50% deja hacer o participa en algo sucio", dice Luis Vicat, un ex jefe de Asuntos Internos de la bonaerense que sufri¨® varios atentados al intentar "limpiarla". Vicat explica que dentro de la polic¨ªa a la que perteneci¨® 30 a?os funciona "la corporaci¨®n", una nomenclatura de altos cargos que mantiene el control de las actividades ilegales y que impide todo tipo de reforma. "Tras el asesinato del periodista Jos¨¦ Luis Cabezas en 1997 se perdi¨® la oportunidad de echar mano a los corruptos. Hubo una purga, pero cayeron los tontos. Los malos se quedaron", explica. El ex comisario est¨¢ convencido de que el asesinato de los tres polic¨ªas es una muestra de poder de "la corporaci¨®n" en v¨ªspera electoral.
Los hijos de Viviam Perrone y Susana Di Santo murieron atropellados y desasistidos. Los conductores, pertenecientes a familias acomodadas, est¨¢n libres. Sus casos refuerzan la creencia de que el dinero compra la impunidad y de que la polic¨ªa est¨¢ a sueldo de los poderosos. Viviam cuenta que en la zona rica donde muri¨® su hijo Kevin, de 14 a?os, los polic¨ªas hacen "horas extras" como guardias jurados en las mansiones. Dice que las pruebas desaparecieron de la escena del crimen y que logr¨® saber la identidad del culpable por un polic¨ªa arrepentido que acab¨® "cantando". "Uno de los grandes negocios de la polic¨ªa es la destrucci¨®n de pruebas", asegura Vicat. Junto a la polic¨ªa, la eficiencia y ¨¦tica del sistema judicial est¨¢ en entredicho. "Tenemos tres problemas graves: jueces designados a dedo, falta de recursos, y un c¨®digo procesal que eterniza los procesos", explica un secretario de un juzgado penal de Buenos Aires.
Las Madres del Dolor han llevado sus reivindicaciones a todas las autoridades. "Cuando nos reciben nos dicen dos cosas: 'Chicas, estamos con ustedes' y '?les importa que nos hagamos una foto?' Pero despu¨¦s nada, todo sigue igual..." reflexiona Marta Canillas, madre de Juan Manuel, una de las primeras v¨ªctimas de los secuestros expr¨¦s.
Antes de que ella y su marido pudiesen juntar el dinero del rescate, su hijo de 23 a?os estaba muerto con un tiro en la espalda. "No estamos juntas s¨®lo para exigir justicia, tambi¨¦n para contener a las madres que sufren. Cuando te matan a un hijo en este pa¨ªs hay un antes que se pierde de inmediato pero un despu¨¦s infinito en las comisar¨ªas, en los tribunales, en la frustrante b¨²squeda de justicia", dice Marta.
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