?Qui¨¦n debe elegir a los rectores?

En abril de 2004 la Universidad de Sevilla eligi¨® por primera vez en su dilatada trayectoria al rector por sufragio universal, libre y secreto. Parece que, al menos por ahora, esta ocasi¨®n no s¨®lo ha sido la primera, sino que tambi¨¦n va a ser la ¨²nica. Ma?ana, el claustro de la Hispalense, compuesto por 287 miembros, debe votar la reforma de sus estatutos en la que se ha incluido una modificaci¨®n del sistema electoral para que vuelva a ser este ¨®rgano de gobierno el que designe directamente al rector.

La elecci¨®n abierta obliga a los rectores a explicarse ante toda la comunidad

La controvertida decisi¨®n sobre una conquista que se estima hist¨®rica y la premura con la que la instituci¨®n sevillana ha acometido la adaptaci¨®n de sus estatutos a la nueva Ley de Ordenaci¨®n Universitaria (LOU), -se aprob¨® en abril y hay un margen de m¨¢s de tres a?os para hacerlo- ha levantado a la comunidad universitaria. Y no ¨²nicamente a la Hispalense. El eco de la pol¨¦mica ha alcanzado tambi¨¦n al resto de las universidades. La pregunta que se plantea es: ?Qui¨¦n debe elegir a los rectores? De momento, ninguna de las nueve instituciones andaluzas -a excepci¨®n de la Hispalense- se ha planteado retornar al modelo antiguo de la elecci¨®n indirecta a trav¨¦s del claustro, si bien es verdad que tampoco a ninguna se le ha ocurrido reformar a toda prisa sus estatutos.

El sufragio universal se introdujo en las universidades con la LOU que promulg¨® el Gobierno del PP en 2001. Se trata de un sistema ponderado: no todas las papeletas valen lo mismo, los profesores doctores tienen el mayor peso (en torno al 51%), los alumnos no m¨¢s del 35%, y el resto de profesores y personal de administraci¨®n y servicio, sobre un 10% cada uno, seg¨²n la universidad (la ley permite una horquilla). Con la llegada del PSOE al Gobierno, la LOU se retoc¨® (abril pasado), y se dej¨® al criterio de las distintas instituciones la selecci¨®n del sistema electoral.

Casi todas las universidades han vivido la experiencia de sus elecciones abiertas con entusiasmo. Los candidatos han tenido que elaborar programas, formar equipos, recorrerse las facultades, entablar debates abiertos y, en resumidas cuentas, hacer campa?a con mensajes extendidos a toda la comunidad universitaria. La de Granada est¨¢ ahora mismo en pleno proceso, con cuatro candidatos en liza y un debate muy intenso. Aunque las direcciones de las universidades andaluzas no han abordado el tema de la elecci¨®n del rector, son pocos los rectores que han querido expresar claramente su opini¨®n, a la espera de ver lo que pasa en Sevilla. El rector de Huelva, Francisco Jos¨¦ Mart¨ªnez, se ha decantado, de forma "personal" por el sufragio universal; el de Granada, David Aguilar, tambi¨¦n ha mostrado su simpat¨ªa por la participaci¨®n que le otorga a la comunidad universitaria. Otros colegas han comunicado simplemente, a trav¨¦s de sus gabinetes, que no piensan en cambios o, como es el caso del rector de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, Juan Jim¨¦nez Mart¨ªnez, han dicho que la idea es que sea el claustro distinto del actual el que reforme los estatutos y decida. El 6 de noviembre pr¨®ximo hay elecciones claustrales en esta universidad.

El rector de la Universidad de Sevilla, Miguel Florencio tambi¨¦n ha recibido cr¨ªticas por reformar los estatutos con un claustro que no fue elegido para eso, cuando el mandato, adem¨¢s, expira el curso pr¨®ximo. Aunque el l¨ªmite de mandato de un rector son ocho a?os, la reforma de los estatutos abre la posibilidad de poner el contador a cero (disposici¨®n transitoria tercera de la LOU). Miguel Florencio cumplir¨¢ cuando termine este mandato 12 a?os como rector.