Manual literario de ausencias
Un texto de ¨¢mbito universitario a nivel europeo 'se olvida' de autores como Primo Levi, Javier Mar¨ªas, Elias Canetti, John Le Carr¨¦ o Lawrence Durrell
Una aut¨¦ntica colecci¨®n se define por sus ausencias, dicen los coleccionistas de arte. ?La f¨®rmula se aplica a manuales de literatura o historia? De ser as¨ª, el reci¨¦n publicado Lettres europ¨¦ennes. Manuel d'histoire de la litt¨¦rature europ¨¦enne (?ditions De Boeck Universit¨¦, Bruxelles, 2007) no s¨®lo ser¨ªa el primer manual de historia de la literatura europea sino el mejor, pues no se ha visto libro con tantas lagunas.
Se vuelve a censurar a Vasili Grossman y se mantiene en el exilio a Berberova
La idea misma de "literatura europea" es brumosa, pero el criterio es simple: escrita por autores nacidos en Europa. ?Las fronteras de Europa? Los autores han optado por las de la llamada "Europa cultural", es decir, del Atl¨¢ntico a los Urales, lo que significa que incluyen rusos, b¨¢lticos, moldavos, georgianos, azerbaiyanos o ucranios y tambi¨¦n -una inclusi¨®n arriesgada- Turqu¨ªa. Sea. ?Cu¨¢ndo comienza todo? Con la explosi¨®n ling¨¹¨ªstica, con el fin del lat¨ªn, con la eclosi¨®n de distintas lenguas como lenguas de creaci¨®n.
El volumen -860 p¨¢ginas, 35 euros- no est¨¢ mal concebido, aunque se echa en falta un mapa, ¨²til para quien dude sobre los l¨ªmites del continente o de la geopol¨ªtica de los Balcanes. Es hijo de una primera tentativa, materializada a principios de la d¨¦cada anterior, por la editorial francesa Hachette. "Aqu¨¦l era un libro menos completo. Abarcaba menos pa¨ªses", explica Annick Benoit-Dusausoy, coordinadora del trabajo con Guy Fontaine. "Pero lo m¨¢s importante es que ahora el volumen est¨¢ pensado para un p¨²blico estudiante, universitario, y tiene una dimensi¨®n did¨¢ctica".
Lettres europ¨¦ennes. Manuel d'histoire de la litt¨¦rature europ¨¦enne ha recibido la ayuda econ¨®mica del Centre National des Lettres y, aunque de momento s¨®lo existe en franc¨¦s, pronto estar¨¢ traducido al griego y al polaco. Es la obra de m¨¢s de 200 profesores de 35 pa¨ªses, incluido M¨®naco, y habla de 3.850 escritores. Una relaci¨®n de autores a proponer a todo buen europeo, el equivalente literario de los monumentos arquitect¨®nicos del Viejo Continente.
Entre los 3.850 autores no se entran los italianos Primo Levi y Carlo Levi. Tampoco Claudio Magris. Y Elias Canetti, W. G. Sebald o Ingebor Bachmann no son imprescindibles para las letras alemanas. A los brit¨¢nicos les dejan sin los hermanos Durrell, John Le Carr¨¦, Wilkie Collins o el siempre subvalorado Woodehouse. Se censura de nuevo al ruso Vasili Grossman y se mantiene en el exilio a Nina Berberova. Entre los espa?oles faltan Javier Mar¨ªas, Juan Mars¨¦, Carmen Mart¨ªn Gaite y Juan Garc¨ªa Hortelano y entre los de lengua francesa Jorge Sempr¨²n. "?Faltan todos esos?", pregunta sorprendida Annick Benoit-Dusausoy. "Hemos confiado en los especialistas. En el caso espa?ol nuestros colaboradores son de las universidades de Granada y Zaragoza".
Las ausencias pueden justificarse a partir de criterios. Y de otras ausencias. Si todos los autores equivalentes "faltan" en el libro, si se ha decidido, por ejemplo, que s¨®lo figurar¨¢n los autores de novelas -o los poetas-, que s¨®lo hay lugar para los fallecidos, que no se habla de los nacidos despu¨¦s de 1945. No es el caso. Javier Cercas, Jos¨¦ Sanchis Sinisterra, Andr¨¦s Trapiello, Juan Goytisolo, V¨¢zquez Montalb¨¢n -con el apellido inevitablemente mal escrito-, Eduardo Mendoza o Miguel Delibes est¨¢n ah¨ª a justo t¨ªtulo, como Vicente Aleixandre o Camilo Jos¨¦ Cela ven reconocidos su Nobel. Y esas presencias hacen incomprensibles las ausencias. ?Olvidos, mala fe, incompetencia? De todo un poco, sin duda. "El autor del cap¨ªtulo sobre Les temps des id¨¦ologies me dijo que era incapaz de explicar de otra manera y en el mismo espacio el periodo del auge del fascismo y del comunismo", constata la coordinadora. Eso convierte en autores a Hitler o Alfred Rosenberg, los dos grandes ide¨®logos del nazismo, o a Andre? Jdanov, el te¨®rico del llamado "realismo socialista". Sus v¨ªctimas, los citados Levi o Grossman, por no buscar otros, no tienen tanta suerte. ?Seguro que los verdugos merecen mejor suerte que sus v¨ªctimas?
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