Dos tiros al urbanismo de Polop
Una v¨ªa de investigaci¨®n apunta a que el tiroteo del alcalde, que muri¨® ayer, est¨¢ relacionado con el proyecto de multiplicar por 15 la poblaci¨®n del pueblo
Alejandro Ponsoda era lo contrario de lo que se entiende por un cacique. Era un hombre tranquilo, afable, religioso, de vida discreta y poco dado al conflicto. Un hombre bueno dispuesto a decir s¨ª a todo. Los vecinos le apodaban el frailet (el curilla) cari?osamente y le votaban como alcalde ininterrumpidamente desde 1995, a sabiendas de que mandaba lo justo o casi nada dentro del Partido Popular de la comarca, y eso a pesar de que era un valor seguro como candidato. Conoc¨ªa a todos sus vecinos por su nombre y apellidos.
Era conocido por todos que Ponsoda no mandaba en su equipo de gobierno
La noche del viernes de la semana pasada recibi¨® dos tiros, uno de los cuales le entr¨® por la frente y aloj¨® una bala en la regi¨®n occipital. Ayer falleci¨® de madrugada en el Hospital General de Alicante, aun cuando los m¨¦dicos aseguraban d¨ªas antes que su vida no corr¨ªa peligro. La Guardia Civil esperaba a que recobrara el conocimiento para saber si pod¨ªa identificar al autor de los disparos.
Ponsoda era un hombre dedicado por entero a Polop de la Marina, pueblo alicantino de casi 4.000 habitantes, de tal suerte que no se le ha conocido otro oficio. Entr¨® a trabajar en el Ayuntamiento a los 15 a?os como auxiliar administrativo. Trabaj¨® en el registro y peregrin¨® por otros departamentos. As¨ª hasta que se convirti¨® en alcalde en 1995. Hab¨ªa cumplido los 55 a?os y las cuentas no fallaban: 40 de esos a?os los ha dedicado al municipio. La vida de muchos vecinos resumida en certificados oficiales ha pasado por sus manos, desde el registro del nacimiento, al matrimonio, pasando por el servicio militar.
Llevaba una vida sencilla. A las ocho y media en punto estaba en su despacho. A las 11 tomaba un caf¨¦ en el bar pr¨®ximo al Ayuntamiento. A las dos y media se marchaba a casa a comer. No era dado a los actos de sociedad, ni a las conspiraciones del poder. Viv¨ªa con su padre (su madre falleci¨® hace meses), ten¨ªa dos hijas ya emancipadas y viv¨ªa separado desde hace a?os de su mujer. Por las tardes, se le supon¨ªa en casa. No se le conocen aficiones, salvo su religiosidad y una vida entregada al municipio.
La tarde del 19 de octubre acudi¨® a una conferencia sobre el sida en La Pilarica, un local multiusos de Polop. No se qued¨® al ¨¢gape. No era lo suyo. No mostraba s¨ªntomas de preocupaci¨®n. Tom¨® su Renault Laguna y se dirigi¨® a su domicilio en la pedan¨ªa de Xirles, a escasos tres kil¨®metros del centro de Polop siguiendo un camino muy estrecho. Su casa era una vivienda unifamiliar de tres plantas que ocupa una esquina, a partir de la cual se estrecha la calle. Cuando lleg¨® a la puerta de su garaje, accion¨® el mando a distancia y esper¨® unos segundos. Eran las nueve de la noche. Estaba oscuro.
Alguien debi¨® acercarse al coche. Algunos vecinos escucharon algo parecido a tres petardos. Nadie se alarm¨® por ello. El coche no se movi¨® desde entonces. Ponsoda hab¨ªa recibido dos disparos: uno le roz¨® el lado superior, el otro le entr¨® por la frente. Su padre baj¨® extra?ado y se encontr¨® una escena sangrienta. Trat¨® de avisar a una vecina. No encontr¨® respuesta hasta llamar a una tercera puerta.
La Guardia Civil encontr¨® dos casquillos de peque?o calibre. El an¨¢lisis determin¨®, tiempo despu¨¦s, que se trataba de dos proyectiles modificados, posiblemente fabricados fuera de Espa?a. La hip¨®tesis de un atentado terrorista tard¨® poco en desvanecerse. Se trataba de otro tipo de intento de asesinato. Pero ?qui¨¦n ten¨ªa motivos para eliminar a este alcalde?
La hip¨®tesis de un m¨®vil relacionado con problemas urban¨ªsticos surgi¨® de forma autom¨¢tica y pareci¨® refrendado cuando la Guardia Civil llam¨® a interrogar a un matrimonio vascofranc¨¦s molesto por una pr¨®xima expropiaci¨®n de una parcela. El interrogatorio despej¨® las dudas iniciales y la pareja qued¨® en libertad sin cargos. Sin embargo, cuando se habla del urbanismo de Polop, los vecinos tienen muy claro que el alcalde no estar¨ªa entre los sospechosos.
El asesinato ha ca¨ªdo sobre un pueblo sometido a unos proyectos urban¨ªsticos que pretenden multiplicar su poblaci¨®n por 15 en los pr¨®ximos a?os. No es un caso aislado en la Marina Baixa, los pueblos que rodean Benidorm hacia el interior. De hecho, las ¨²ltimas elecciones municipales han significado un cierto descalabro para el PP en esa comarca, salvo el caso de Polop, donde la figura del alcalde parec¨ªa estar por encima de los entresijos del partido.
Era conocido por todos que Ponsoda no mandaba en su propio equipo de Gobierno. De hecho, se lo hab¨ªan cambiado al completo para estas ¨²ltimas elecciones. Durante el anterior mandato, Polop gobern¨® rodeado de afines a Francisco Camps (el actual presidente de la Generalitat, del PP), pero en la ¨²ltima campa?a todos ellos fueron expulsados de las listas en beneficio de los afines a Eduardo Zaplana (actual portavoz parlamentario del PP, enfrentado a Camps), que adem¨¢s de ex presidente de la Generalitat fue alcalde de Benidorm durante a?os. Ponsoda era ajeno a estos conflictos. Era un simple cabeza de lista de pueblo. Y una apuesta ganadora.
El hombre fuerte del actual Consistorio es Juan Cano, que atesora las concejal¨ªas de Hacienda y Urbanismo, un hombre con un pasado conflictivo que ya ocup¨® ese puesto hace dos mandatos. El arquitecto municipal es Fernando Modrego, ex consejero de Medio Ambiente en el Gobierno de Zaplana y presidente del comit¨¦ electoral del PP en la comarca. Ante ellos, Ponsoda carec¨ªa de peso pol¨ªtico. Era m¨¢s bien un reh¨¦n, seg¨²n algunos vecinos.
Polop es un pueblo dominado por un curioso monte al que un d¨ªa el escritor Gabriel Mir¨® defini¨® como "el le¨®n dormido". Pasaba por ser un pueblo pac¨ªfico con un alcalde tranquilo. Esa imagen se ha roto. Sea cual sea el m¨®vil del asesinato, lo sucedido ha terminado por destapar el verdadero paisaje donde se asentaba el "le¨®n dormido", un valle dominado por un amplio camino asfaltado de cuyos m¨¢rgenes fluyen urbanizaciones. As¨ª es como una tierra que hab¨ªa merecido la glosa de un escritor ilustre ha pasado a ser pura materia de especulaci¨®n urban¨ªstica.
El entorno personal
El equipo de agentes que investig¨® el asesinato de Miguel Grima, alcalde del pueblo de Fago (Huesca), cuyo presunto autor fue un antiguo candidato socialista local, se ha hecho cargo de la investigaci¨®n del caso de Polop. Aunque oficialmente la Guardia Civil habla de que se barajan "varias" v¨ªas de investigaci¨®n, se sabe que los agentes han interrogado a gente relacionada con el entorno del alcalde y no s¨®lo con el entorno familiar, incluida su relaci¨®n con su ex mujer, de la que lleva separado varios a?os, como marca el protocolo de la investigaci¨®n.
Este detalle se ha filtrado por un motivo muy concreto: algunos de los interrogados son periodistas de la comarca. La Guardia Civil trataba de saber si estos periodistas manten¨ªan frecuentes contactos con el alcalde y qu¨¦ car¨¢cter ten¨ªan dichos contactos.
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