Gamoneda: "Somos mierda y amor bajo la luz terrestre"
El Premio Cervantes clausura las Xornadas da Memoria de Vilardev¨®s
Antonio Gamoneda (Oviedo, 1931) lleg¨® a Vilardev¨®s con su voz albertiana (profunda, pausada y musical) a jugar con los pronombres, a trastocar el sentido habitual del lenguaje y a atravesar su infancia, sus desvelos y su vida con la insurgencia de su poes¨ªa.
Para empezar, el premio Cervantes prefiri¨® llamar Vilarden¨®s al municipio arraiano que ayer le dio la voz en la clausura de las II Xornadas da Memoria. Y dej¨® patente un desacuerdo existencial que "nace de la necesidad de la insurgencia a las formas de injusticia que hemos heredado". Y en su coherencia insurgente, habl¨® de la "democracia imperfecta" que ha alcanzado Espa?a, refrend¨® los "independentismos o nacionalismos, perfectamente aceptables en t¨¦rminos democr¨¢ticos" y cuestion¨® la plena democracia. Porque en su opini¨®n, el poder que "impuso esta democracia formal, que no real, no es tanto el pol¨ªtico como el econ¨®mico".
Con la Casa da Cultura de Vilardev¨®s a rebosar de p¨²blico y silencio, Gamoneda recit¨® una selecci¨®n de "poemas de la insurgencia", que subclasific¨® en poemas de "resistencia, de oposici¨®n, de desconsuelo" y que resultaron ser sobre todo de solidaridad "con todos los que hemos soportado, en t¨¦rminos de gran dureza hist¨®rica, y todav¨ªa lo hacemos, esa fuerza constrictora y destructora de la libertad en el respeto y la amistad".
Despu¨¦s defini¨® la poes¨ªa como el arte de la memoria y lanz¨® un aviso al auditorio: "Lo que voy a leer es un pensamiento po¨¦tico, no discursivo ni pol¨ªtico, y no lleva la misma carga sem¨¢ntica". Y, efectivamente, no la llevaba.
El poeta habl¨® de la belleza como ese lugar "adonde no van a morir los cobardes"; de la belleza que no necesita ser pensada y de la belleza "colgada del espanto". En realidad, un punto de arranque para la l¨ªrica de las sombras, la del "coraz¨®n lanzado al fuego y al silencio", la de la oscuridad, la de la "desesperaci¨®n callada", la de la conciencia y el espanto, la de "la puerta cerrada" del franquismo. Precisamente por eso le impresion¨®, dijo, la llamada invit¨¢ndole al acto de Vilardev¨®s del colectivo Portas Abertas, organizador, con el Ayuntamiento, del evento.
El dolor de la Guerra
As¨ª fue recorriendo el insurgente con sus versos el dolor de una Guerra Civil y una posguerra todav¨ªa presentes. Cit¨® al fil¨®sofo Jos¨¦ Luis Pardo para alertar sobre el poder de la palabra como un poder "subversivo y liberador" a fin de deshacer significados establecidos y neg¨®, en consecuencia, el lenguaje del poder institucional -pol¨ªtico y econ¨®mico- para la poes¨ªa.
"Yo no soy un te¨®rico; yo no soy un soci¨®logo, yo no soy un pol¨ªtico m¨¢s que en el fondo de mi coraz¨®n", revel¨® antes de hacer una pausa para dar lectura a los poemas incluidos bajo el t¨ªtulo de Ira. Los poemas de "aquella monstruosidad criminal que fueron la Guerra Civil y los 40 a?os de franquismo". Poemas contados con una pena residual y con el alarido del tormento por aquellas tumbas y c¨¢rceles. "No somos m¨¢s que miserable hemoglobina"; "reales en la desesperaci¨®n, mierda y amor bajo la luz terrestre", recit¨® el poeta.
No en vano, a Gamoneda lo present¨® el escritor orensano Xos¨¦ Carlos Caneiro como no adscrito a ning¨²n contubernio literario, como el poeta que "hizo de su soledad la musa de su inspiraci¨®n".
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