Una pol¨ªtica exterior a gusto de todos

Uno de los grandes cambios que se prev¨¦n con Cristina Kirchner, si llega al poder tras las elecciones de hoy, se refiere a los ejes de la pol¨ªtica exterior argentina. El marido de la candidata y actual presidente, N¨¦stor Kirchner, ha jugado a dos bandas durante sus a?os de mandato, para andar bien con todos. Por una parte, es uno de los principales aliados del presidente venezolano, Hugo Ch¨¢vez, y del eje de extrema izquierda que une a La Habana con Caracas y con La Paz y que est¨¢ enfrentado al presidente de Estados Unidos, George W. Bush. Al mismo tiempo, Buenos Aires ha aplacado, de alg¨²n modo, los ¨¢nimos del Gobierno de Estados Unidos atacando a Ir¨¢n, hoy por hoy el principal enemigo de la pol¨ªtica exterior de Washington y aliado de Venezuela.

Las malas relaciones con Teher¨¢n comenzaron cuando la fiscal¨ªa argentina implic¨® hace un a?o al ex presidente iran¨ª Al¨ª Rafsanyani y a otros siete ex funcionarios en el atentado contra la mutua jud¨ªa de la AMIA de 1994, en la que murieron 85 personas. El fiscal se?al¨® a Ir¨¢n como ide¨®logo del ataque y a la milicia chi¨ª libanesa de Hezbol¨¢ como el brazo ejecutor. El Gobierno de Mahmud Ahmadineyad, interpretando que la fiscal¨ªa actuaba bajo las ¨®rdenes del Gobierno argentino, tom¨® la acusaci¨®n como una "declaraci¨®n de guerra". La crisis se acentu¨® tras la reciente intervenci¨®n de Kirchner en la ONU, en la que critic¨® a Ir¨¢n casi con m¨¢s dureza que Bush.

Aparte de ver c¨®mo se mover¨¢ Cristina, si gana, entre las sinuosas aguas de Caracas y Washington, la candidata tendr¨¢ que resolver el largo conflicto entre Argentina y Uruguay por la construcci¨®n de una papelera en el lado uruguayo del r¨ªo Paran¨¢ que, seg¨²n el Gobierno argentino, es un peligro para el medio ambiente.