Carrera hacia el cielo rosado
Cristina Fern¨¢ndez afirma que gobernar¨¢ sin ayuda de su marido
"El poder no es un bien ganancial". Con estas seis palabras, Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner despej¨® hace apenas una semana dos inc¨®gnitas no menores sobre ella misma y lo que ser¨¢ su actuaci¨®n en el caso de que hoy las urnas la confirmen como presidenta de Argentina. La primera es c¨®mo concibe el ejercicio del poder esta abogada de 54 a?os, cuya trayectoria personal y profesional siempre ha estado estrechamente ligada a su marido, el actual presidente N¨¦stor Kirchner. Quiere ejercer el poder para el que ha pedido el respaldo de los votantes y quiere hacerlo sola. La segunda es que, haga lo que haga a partir de diciembre el todav¨ªa presidente de la Rep¨²blica, la que manda es ella.
Se conocieron hace 30 a?os, cuando eran estudiantes de Derecho en La Plata
En las papeletas de voto, el Kirchner figura m¨¢s grande que el Fern¨¢ndez
Entrar en la Casa Rosada como su titular y no como la consorte del presidente es, para Fern¨¢ndez, la culminaci¨®n de una vida dedicada a la pol¨ªtica en la que se volc¨® durante los a?os setenta cuando era estudiante de Derecho en La Plata, su ciudad natal. All¨ª conoci¨® a un compa?ero poco mayor que ella y que, en principio, estaba en sus ant¨ªpodas. Desgarbado, poco amigo de las relaciones sociales y poco dedicado a la atenci¨®n por su aspecto f¨ªsico, N¨¦stor Kirchner ven¨ªa adem¨¢s de la lejana provincia de Santa Cruz, a casi 3.000 kil¨®metros. Sin embargo, el car¨¢cter explosivo de ambos y la afinidad pol¨ªtica dio lugar a la creaci¨®n de una perfecta sociedad -seg¨²n reconocen amigos y enemigos- que m¨¢s de 30 a?os despu¨¦s ha llevado a que por primera vez en la historia de Argentina los dos miembros de un matrimonio se sucedan en la jefatura del Estado y en ambos casos, de confirmarse hoy las previsiones, con la aprobaci¨®n de las urnas.
Aunque las peculiares circunstancias de su nominaci¨®n -fue designada por su marido en una disyuntiva en la que el otro candidato posible era ¨¦l mismo- hacen complicado distinguir en t¨¦rminos pol¨ªticos donde empieza uno y termina el otro, en los ¨²ltimos meses Fern¨¢ndez ha tenido que definirse y darse a conocer especialmente en el ¨¢mbito internacional, un campo en el que la Administraci¨®n de Kirchner se ha caracterizado por un progresivo aislamiento. Al contrario que al presidente, a Fern¨¢ndez no le imponen las reuniones con desconocidos en las que no parte con una posici¨®n de ventaja. Es una experiencia acumulada durante 17 a?os como congresista nacional por la provincia de Buenos Aires. Tiempo en el cual incluso lleg¨® a ser marginada por su propio grupo, el peronista, y algunos te¨®ricos compa?eros hac¨ªan circular bromas sobre su obsesi¨®n por la imagen y su actitud vehemente. "Yo siempre me arregl¨¦ y me pint¨¦ como una puerta. Nunca me gust¨® disfrazarme de lo que no soy, ?tendr¨ªa que disfrazarme de pobre para ser una buena dirigente pol¨ªtica?", destac¨® hace unos d¨ªas a la prensa local.
Su relaci¨®n con los medios de comunicaci¨®n es tortuosa. Fern¨¢ndez piensa que distorsionan la relaci¨®n entre el pueblo y el Gobierno. "Yo no escribo los titulares", ha subrayado interpelada por declaraciones suyas que han sido publicadas. Al igual que su marido, quien lo repite machaconamente cada vez que es criticado, considera que los periodistas tienen que "escribir con rigor" y en algunas entrevistas ha contestado destacando que la pregunta formulada "insulta a la inteligencia de los lectores".
Si vence, una de sus primeras medidas va a ser eliminar la sala de prensa que existe en la Casa Rosada a la que acuden a diario periodistas de diversos medios. La raz¨®n oficial es la falta de espacio en el hist¨®rico edificio. Lo que no ha podido evitar es que Florencia, la segunda de sus hijos -el mayor es M¨¢ximo- haya dejado de publicar un fotoblog que bate r¨¦cords de visitas.
A pesar de su amplia experiencia parlamentaria, ya que en los ¨²ltimos a?os ha dirigido al grupo peronista en el Senado, se ha negado a participar en debates televisados con otros candidatos de la oposici¨®n. Prefiere los actos multitudinarios y considera que su mejor carta de presentaci¨®n es la gesti¨®n de su marido, al que llama Kirchner. En la propaganda electoral aparece simplemente con el nombre de Cristina, pero en la papeleta de voto que hoy tendr¨¢n los argentinos a su disposici¨®n, el Kirchner incorporado a su apellido es considerablemente m¨¢s grande que el Fern¨¢ndez.
Los Kirchner se casaron en 1975 y se trasladaron a R¨ªo Gallegos, la ciudad de procedencia de ¨¦l, ante la represi¨®n desatada por la dictadura militar. En las calles barridas por el fr¨ªo viento austral por las que N¨¦stor Kirchner paseaba comenzaron juntos una de esas imposibles historias argentinas que hoy est¨¢ a punto de convertirse en un hecho. Un aut¨¦ntico matrimonio presidencial.
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