El Camp Nou se aburre de Ronaldinho
Messi reactiva al Bar?a, que gana al Almer¨ªa con dos goles pol¨¦micos
Un gol tan afortunado como antirreglamentario y un penalti en una jugada que no pareci¨® falta resolvieron a favor del Bar?a un partido tan bien jugado como mal rematado por el Almer¨ªa. La actuaci¨®n del ¨¢rbitro tuvo m¨¢s incidencia en el encuentro que la intervenci¨®n de Henry y sobre todo de Ronaldinho. Aunque marc¨®, el franc¨¦s cre¨® m¨¢s suspense con sus gestos y sus remates fallidos que con su f¨²tbol, una situaci¨®n preocupante si se atiende a que el entrenador hab¨ªa dise?ado el partido para que se reivindicara. Peor le fue al brasile?o, tan dimitido que fue sustituido como de costumbre con la contienda todav¨ªa muy abierta. Retirado el gaucho, sustituido por Messi, los azulgrana sentenciaron al tiempo que Henry disparaba m¨¢s a porter¨ªa en un cuarto que en una hora, signo evidente de la hipoteca que supone ¨²ltimamente la presencia del brasile?o.
BARCELONA 2 ALMER?A 0
Barcelona: Vald¨¦s; Zambrotta, Puyol (M¨¢rquez, m. 46), Milito, Abidal, Tour¨¦ Yay¨¢ (Gudjohnsen, m. 64), Xavi, Iniesta; Giovani, Henry y Ronaldinho (Messi, m. 74). No utilizados: Jorquera; Sylvinho, Oleguer y Bojan.
Almer¨ªa: Cobe?o; Bruno, Carlos Garc¨ªa, Acasiete, Man¨¦; Felipe Melo (Corona, m. 64), Juanito, Soriano (Aitor, m. 74), Crusat, Juanma Ortiz (Ortiz, m. 57) y Negredo. No utilizados: Diego; L¨®pez Lekarte, Pulido y Kalu Uche.
Goles: 1-0. M. 38. Henry aprovecha un rechace de la defensa tras una jugada de Giovani. 2-0. M. 80. Messi, de penalti.
?rbitro: Ayza G¨¢mez. Amonest¨® a Juanito, Milito, Cobe?o, Bruno y Abidal.
Camp Nou: 79.253 espectadores.
La actuaci¨®n del ¨¢rbitro tuvo m¨¢s incidencia que el brasile?o y Henry
Messi es el ¨²nico que hoy tiene regate, provoca emoci¨®n y despierta entusiasmo
Especial de Liga 2007-2008 |
El problema ya no es la actuaci¨®n de Ronaldinho, desfondado y superado por las exigencias del equipo y el papel de n¨²mero uno, sino la manera en que su presencia condiciona la alineaci¨®n y el juego. La cosa se puso otra vez tan fea que a Rijkaard no le qued¨® m¨¢s remedio que corregirse sobre la marcha y cambiar al delantero, expuesto de nuevo a la opini¨®n de la hinchada, que se dividi¨® ante la retirada del gaucho. Unos pitaban y otros aplaud¨ªan cuando Messi, apenado, besaba la mejilla de Ronaldinho, cobarde en su juego y ausente cuando tocaba ayudar al equipo, que rem¨® contracorriente, aliviado s¨®lo por la falta de pegada del Almer¨ªa. Ronaldinho qued¨® bien retratado.
Reservado Messi, al que Rijkaard guard¨® como recurso infalible en caso de apuro, circunstancia que expresa la inseguridad del grupo azulgrana, el partido y el adversario ofrec¨ªan a Ronaldinho la posibilidad de reivindicarse. No hubo manera. Juega el Bar?a sin corriente cuando alinea a Ronaldinho y acelera en cuanto desaparece el brasile?o y, sobre todo, sale a escena Messi, el ¨²nico que hoy tiene regate, provoca emoci¨®n, despierta entusiasmo y contagia su determinaci¨®n al equipo.
Ausente Messi y lesionado Deco, dos jugadores directos y de f¨²tbol agresivo, el Bar?a permiti¨® que el Almer¨ªa tuviera una buena presentaci¨®n. Jug¨® el equipo de Unai Emery muy junto y de manera organizada y solidaria, estirado en las transiciones por la velocidad de Crusat y Negredo. Ni siquiera la reaparici¨®n de Tour¨¦, imperial como medio centro, facilitaba la l¨ªnea de pase para los dos volantes, Xavi e Iniesta, neutralizados por la presi¨®n forastera. No hab¨ªa forma de que los azulgrana crearan situaciones de superioridad.
El Almer¨ªa fue m¨¢s equipo que el Barcelona, o cuanto menos arm¨® mejor el juego, aliviado por la falta de presi¨®n de los delanteros azulgrana, que no romp¨ªan ni por dentro ni por fuera, desconectados de los medios, sin espacio ni posibilidad de dar velocidad a la pelota. La jugada inicial fue especialmente reveladora: recibi¨® Ronaldinho de espaldas, puso el culo como escudo protector, y su marcador le reban¨® la pelota para armar una contra que no acab¨® en remate por un dedo. No pod¨ªa Ronaldinho, no aparec¨ªa Henry y los medios, excesivamente conductores, masticaban en exceso la jugada. Tuvo suerte el Bar?a porque se encontr¨® con un gol de regalo. Tour¨¦ recuper¨®, profundiz¨® para Giovani, quien provoc¨® la salida del portero, el rechace y el remate de Henry en una situaci¨®n de fuera de juego porque entre el franc¨¦s y la porter¨ªa s¨®lo mediaba un rival.
El gol aval¨® la faena de Tour¨¦ en el quite y entrega del bal¨®n y la profundidad de Giovani. El excelente sentido del juego colectivo del Almer¨ªa qued¨® dinamitado por una maniobra avalada por el ¨¢rbitro. El partido, sin embargo, continu¨® tan discutido como al inicio, con el Almer¨ªa de protagonista y el Bar?a a la expectativa, hasta que reapareci¨® Messi. Su juego fue un alivio para el Barcelona al mismo tiempo que el ¨¢rbitro pitaba siempre en contra del Almer¨ªa en caso de duda. No se?al¨® un posible penalti en el ¨¢rea de Vald¨¦s y marc¨® otro en la de Cobe?o. Un alivio para un Bar?a mon¨®tono y aburrido, tan falto de jugadores como de f¨²tbol, v¨ªctima de sus expectativas y grandilocuencia. El trato de grande s¨®lo se lo concedi¨® el ¨¢rbitro.
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