Altruismo umbilical
Las c¨¦lulas madre del cord¨®n umbilical podr¨¢n ser utilizadas para salvar a otras personas
El real decreto sobre la conservaci¨®n de las c¨¦lulas del cord¨®n umbilical entrar¨¢ en vigor dentro de dos semanas con una g¨¦lida acogida de las empresas. El principal objetivo de la norma es dar entrada al sector privado en esta incipiente actividad biom¨¦dica, pero las empresas creen que el p¨²blico seguir¨¢ prefiriendo mandar las muestras a pa¨ªses extranjeros -como ya han hecho unas 10.000 familias- por una simple raz¨®n: all¨ª los bancos privados reservan las c¨¦lulas para el uso exclusivo del beb¨¦ que aporta el cord¨®n, y en Espa?a podr¨¢ darse una hipot¨¦tica situaci¨®n en que no podr¨¢n hacerlo: que aparezca antes otro paciente que necesite esas c¨¦lulas en la red Netcord, que centraliza la informaci¨®n gen¨¦tica de los cordones para todos los pa¨ªses.
El cord¨®n umbilical es una excelente fuente de c¨¦lulas madre adultas (por oposici¨®n a embrionarias). Los trasplantes de estas c¨¦lulas para curar casos de leucemia son una realidad: se han hecho ya unas 7.000 intervenciones de este tipo en el mundo. Pero casi siempre -en todos menos cuatro casos-, las c¨¦lulas proven¨ªan de un donante, no del cord¨®n del propio afectado. No es la utilidad de los cordones para la medicina p¨²blica lo que est¨¢ en cuesti¨®n, sino la conveniencia de que cada persona guarde el suyo en exclusiva, en aparente contradicci¨®n del principio de altruismo que rige la pol¨ªtica de trasplantes.
Por poco atractivo que resulte a primera vista, el decreto espa?ol es una soluci¨®n razonable, y que puede resultar muy beneficiosa a la larga. La raz¨®n es la misma que hace tan ¨²tiles este tipo de trasplantes: que las probabilidades de encontrar un donante compatible (fuera de la familia directa) son ¨ªnfimas: tal vez de uno entre 200.000. ?sa es, por tanto, la probabilidad de que el cord¨®n le sea requisado. Con el objetivo de salvar una vida, cuando la del propietario del cord¨®n no corre peligro.
Si las predicciones de las empresas se cumplen, el inminente decreto no cambiar¨¢ la situaci¨®n actual. La sanidad p¨²blica conservar¨¢ 5.000 cordones anuales hasta almacenar 40.000 en ocho a?os, un n¨²mero considerado suficiente para cubrir la variabilidad gen¨¦tica de la poblaci¨®n. Y unos cientos de familias seguir¨¢n mandando sus cordones al extranjero -por unos 1.500 euros- para escapar de un resquicio estad¨ªstico irrelevante.
Es probable que las empresas est¨¦n siendo demasiado pesimistas. En Espa?a nacen 450.000 beb¨¦s al a?o, y el 99% de sus cordones se est¨¢n tirando a la basura. Las posibilidades actuales de estas c¨¦lulas son muy limitadas para el propio beb¨¦, pero cient¨ªficos como el presidente del CSIC predicen que crecer¨¢n. Para que esto ocurra se va a necesitar mucha investigaci¨®n, y los bancos que se van a autorizar pueden ser la forma ¨®ptima de financiarla en parte con recursos privados. Uno contra 200.000 es una buena apuesta por practicar el altruismo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.