Obispos y Gobierno se 'relajan' en Roma

"Misericordia, reconciliaci¨®n y convivencia pac¨ªfica". Esas fueron las palabras con las que Benedicto XVI exhort¨® a los asistentes, tras la ceremonia de beatificaci¨®n de 498 espa?oles asesinados por su fe. Fue un acto multitudinario frente a la gran bas¨ªlica vaticana, sobre cuya escalinata ofici¨® la misa el cardenal Jos¨¦ Saraiva. En la homil¨ªa, cuidadamente discreta, no hubo menciones a la Guerra Civil, a la Rep¨²blica o al franquismo.

En un gran mural desplegado en la fachada de San Pedro, con las im¨¢genes de los beatificados, se hablaba de "m¨¢rtires del siglo XX", y al siglo XX, de forma gen¨¦rica y como per¨ªodo abundante en persecuciones religiosas en el conjunto de Europa, apuntaron todas las menciones. "Este no ha sido un proceso o acto pol¨ªtico, sino estrictamente religioso", insisti¨® el jesuita Juan Antonio Mart¨ªnez Camino, portavoz de la Conferencia Episcopal Espa?ola. "?Por qu¨¦ no hay beatificados entre los religiosos asesinados en el bando franquista? Pues porque nadie ha reclamado para esos casos, y yo conozco varios, el inicio de un proceso de beatificaci¨®n", dijo.

Los obispos no deseaban que la ceremonia de ayer avivara debates ni reflejara alg¨²n tipo de alineamiento pol¨ªtico, mucho menos con la extrema derecha. Entre las numerosas banderas espa?olas hab¨ªa algunas preconstitucionales, y el mismo Mart¨ªnez Camino se encar¨® con un hombre que portaba la ense?a con el ¨¢guila franquista. "?Esa bandera de d¨®nde es?", pregunt¨® Mart¨ªnez Camino, seg¨²n su propia reconstrucci¨®n del incidente. "Es la bandera espa?ola", respondi¨® el hombre. "No, no lo es", dijo el jesuita. Sigui¨® un tenso intercambio de palabras. Otro asistente que llevaba la bandera con el ¨¢guila result¨® ser italiano.

Tambi¨¦n, lejos de San Pedro, hubo un incidente marginal frente a la iglesia de San Eugenio. Ayer era el aniversario de la marcha de Benito Mussolini sobre Roma, y el grupo italiano de extrema izquierda Militant convoc¨® una manifestaci¨®n "contra la beatificaci¨®n de 498 franquistas". Varias personas participaron en una confusa reyerta ante las puertas de la iglesia.

En el Vaticano, el ambiente result¨® apacible. El cardenal Saraiva, prefecto de la Congregaci¨®n para la Causa de los Santos, ley¨® en castellano la carta papal por la que los 498 obispos, sacerdotes, religiosos y laicos quedaron inscritos en el registro de los beatos. Su memoria se celebrar¨¢, de forma colectiva, el 6 de noviembre. Los espa?oles leyeron despu¨¦s los nombres correspondientes a cada di¨®cesis.

El Gobierno espa?ol fue representado en la ceremonia por el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel ?ngel Moratinos; el embajador ante la Santa Sede, Francisco V¨¢zquez; el subsecretario de Exteriores y Cooperaci¨®n, Luis Calvo; y la directora general de Asuntos Religiosos, Mercedes Rico. El s¨¢bado por la noche se celebr¨® en la embajada espa?ola ante la Santa Sede una cena a la que acudieron la representaci¨®n gubernamental y los cardenales espa?oles en di¨®cesis y en la curia vaticana. El ambiente fue "muy relajado", dijo un testigo. En un breve discurso, Moratinos calific¨® de "hist¨®rica" la beatificaci¨®n de 498 espa?oles. En nombre de los cardenales le respondi¨® Antonio Mar¨ªa Rouco Varela, arzobispo de Madrid, con palabras igualmente amables.