Sarkozy da la espantada en la CBS

Muchos estadounidenses habr¨¢n tenido la primera decepci¨®n respecto a Nicolas Sarkozy, un personaje que suscitaba una considerable admiraci¨®n y por el que algunos estaban dispuestos a abandonar el tradicional pasatiempo de criticar a los franceses. La cadena de televisi¨®n CBS desplaz¨® a principios de mes a Par¨ªs al equipo del prestigioso programa 60 minutes para realizar una larga entrevista con el jefe de Estado franc¨¦s bajo el t¨ªtulo de Sarko, el americano. Lo que vieron fue c¨®mo Sarkozy se levantaba irritado de su sill¨®n y dejaba plantada a la periodista Lesley Stahl, que le hab¨ªa preguntado por su esposa C¨¦cilia. Faltaban a¨²n dos semanas para que el El¨ªseo anunciara oficialmente el divorcio de la pareja, pero toda Francia estaba al corriente de los rumores sobre la separaci¨®n.

"Si tuviera que decir cualquier cosa sobre C¨¦cilia, ciertamente no lo har¨ªa aqu¨ª", dijo con cara de malas pulgas. "Tengo derecho a no comentar nada y no quiero comentar nada", zanj¨® antes de levantarse y abandonar el despacho en el que se grababa la entrevista. Stahl se qued¨® de piedra, sin saber qu¨¦ hacer.

Pero volvi¨®. Irritado. Entonces arremeti¨® contra la persona que le hab¨ªa programado la entrevista para aquel d¨ªa, se entiende que su jefe de comunicaci¨®n, David Martinon, al que llam¨® "imb¨¦cil". "No tengo tiempo, tengo mucho trabajo, una agenda que cumplir", le dijo a la periodista. Las im¨¢genes fueron emitidas el domingo por la CBS en Estados Unidos, adonde Sarkozy tiene previsto realizar un viaje oficial dentro de 10 d¨ªas.

Esta falta de control por una simple pregunta sobre su vida privada, algo que los pol¨ªticos estadounidenses est¨¢n obligados a aceptar sin pesta?ear, muestra hasta qu¨¦ punto los problemas de su pareja hab¨ªan afectado a la actividad diaria del presidente, que a¨²n aguant¨® dos semanas m¨¢s de tensi¨®n antes de anunciar su divorcio.

El presidente franc¨¦s, sin embargo, tuvo tiempo para declarar su gran admiraci¨®n por Estados Unidos, hasta el punto de que ech¨® mano de su padre, un personaje al que muy raramente cita en tanto que abandon¨® la familia y los dej¨® a ¨¦l y sus hermanos al cuidado de su madre y su abuelo. Le cont¨® a Stahl que cuando le dijo a su padre que deseaba dedicarse a la pol¨ªtica, le recomend¨® que se fuera a Estados Unidos porque all¨ª un apellido "¨¦tnico", es decir, extranjero, no era ning¨²n problema. "Mi padre pensaba que en Francia un nombre como Sarkozy podr¨ªa ser un lastre", afirm¨®, "aunque estaba equivocado". "?sa es la raz¨®n por la que me gusta EE UU. Pod¨¦is tener nombres como Schwarzenegger y ser gobernador de California; llamaos Colin Powell o Condi Rice y tener ¨¦xito".