La ins¨®lita historia comparada de los animales y los hombres
Una muestra indaga en las relaciones mutuas del ser humano y las bestias
?En qu¨¦ se diferencian los hombres de los animales? ?Y en qu¨¦ se nos parecen? La exposici¨®n B¨ºtes et hommes, abierta en un antiguo matadero del parque parisiense de la Villette hasta el 20 de enero, se interesa por contar la historia de unos y otros, poniendo ¨¦nfasis en la "y". En demostrar que ellos tienen su historia, muy a menudo dependiente de la nuestra pero, por una vez, contemplada desde su punto de vista o, cuando menos, por hombres que han intentado comprender la l¨®gica del sapo, la vaca o la urraca. Obvio, si se tiene en cuenta cu¨¢nto hemos aprendido de los animales. La lima de u?as se inspira en las virtudes de la lengua de los gatos y algunas botas anfibias toman como modelo las patas de los escarabajos.
Aquellos griegos listos eran comparados a un pulpo
El hombre ve con espanto que no debe acabar con los mosquitos o las ratas
En la antigua Grecia exist¨ªa una forma de inteligencia, la metis, que nac¨ªa del contacto con los animales. Los griegos considerados listos eran comparados a un pulpo. ?Por qu¨¦? Porque ¨¦ste se camufla, cambia de forma, se adapta a las que encuentra en la naturaleza. "Es de nuestras presas de las que aprendemos nuestras estratagemas", dec¨ªa Ulises.
En el parisiense parque de la Villette, en la gran nave industrial que ocupaba un antiguo matadero, se nos propone pues una exposici¨®n altamente filos¨®fica. En 3.500 metros cuadrados se nos plantean cuatro grandes cuestiones: c¨®mo los animales nos han transformado o qu¨¦ hemos aprendido de ellos; el car¨¢cter "extranjero" del animal, s¨®lo roto por quienes logran captar su l¨®gica; el oficio de los animales, y las opciones que ¨¦stos nos imponen.
Para discurrir sobre esas cuatro grandes ¨¢reas tem¨¢ticas la comisaria de la exposici¨®n, la belga Vinciane Despret, se sirve de v¨ªdeos, gr¨¢ficos, pinturas, fotograf¨ªas y de la presencia de las propias bestias. Los artistas invitados -m¨¢s de una treintena- imaginan en los animales cualidades que los cient¨ªficos han confirmado despu¨¦s. O se sirven de ellos como s¨ªmbolos.
El profeta Isa¨ªas imaginaba un mundo en el que el lobo dormir¨ªa al lado del cordero; los ecologistas se conforman conque convivan. A lo largo del siglo XX, en nombre de una extra?a alianza entre la raz¨®n y la fuerza, se ha justificado la conveniencia de olvidar la ense?anza de lenguas estimadas minoritarias; durante ese mismo siglo, por razones de supuesta l¨®gica comercial, se han suprimido variantes de patatas, tomates o vacas. A principios del siglo XXI vuelven, junto con las lenguas minusvaloradas, los tomates de color y forma distinta, las patatas de Noirmoutier o Belles de Fontenay. O las vacas marginadas. En su d¨ªa la Prim'Holstein parec¨ªa que ten¨ªa que dar m¨¢s leche y carne que las bretonas, normandas, flamencas, fromentinas, bearnesas, ferrandesas o mirandesas, por s¨®lo citarlas a ellas, pero hoy sabemos que cada una de esas, llam¨¦mosles "razas", se adaptaba mejor al lugar y a las necesidades de los campesinos.
Al mismo tiempo que desaparecen especies -e idiomas- el hombre descubre con espanto que ni puede ni debe acabar con los mosquitos, las ratas, las ara?as o las serpientes, que el planeta es de todos, pero que est¨¢ obligado a aprender a compartirlo de otra forma. Si no fuese por exposiciones como B¨ºtes et hommes podr¨ªa parecer que es demasiado tarde.
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