'Monsieur' D¨¦by se entrega a Pek¨ªn
El presidente de Chad se aleja de Francia y sella una alianza con China y Sud¨¢n
Idriss D¨¦by, el afrancesado presidente de Chad, el fiel aliado de Occidente en la convulsa ?frica central, ha dado un pu?etazo en la mesa y la metr¨®poli, Francia, le da la raz¨®n azorada. "?Los occidentales est¨¢n robando a nuestros ni?os!", clama el hombre que desde 1991 gobierna con pu?o de hierro este pa¨ªs de 10 millones de habitantes y que desde entonces viene exterminando con sa?a todo lo que huela a opositor. Los diplom¨¢ticos occidentales coinciden en que la bofetada de D¨¦by tiene profundas implicaciones geopol¨ªticas que van mucho m¨¢s all¨¢ de los ni?os supuestamente hu¨¦rfanos: simboliza el portazo a Francia y el abrazo a China, la potencia emergente en ?frica y aliada de Sud¨¢n.
"Es un caso perfecto, intachable: engre¨ªdos blancos robando ni?os negros. Pero sirve sobre todo para dejar claro a los franceses que ya no pueden considerar a Chad como su finca particular", afirman fuentes diplom¨¢ticas occidentales acreditadas en Jartum. Sud¨¢n, hasta anteayer enemigo ac¨¦rrimo de Chad, ensalza ahora a D¨¦by. La semana pasada, apenas unas horas antes de que estallara el esc¨¢ndalo del Arca de Zo¨¦, D¨¦by y su hom¨®logo sudan¨¦s, Omar el Bachir, sellaban en p¨²blico su reconciliaci¨®n con grandes abrazos que en teor¨ªa ponen fin a la guerra civil en Chad.
Todo el mundo ha o¨ªdo hablar de las atrocidades cometidas -o inspiradas- por Jartum en Darfur, al oeste de Sud¨¢n, pero pocos tienen noticia de la feroz represi¨®n desplegada por Yamena al este de Chad. Son dos conflictos muy parecidos, que incluso est¨¢n interconectados: los rebeldes de un lado reciben armas y dinero del otro, y a la inversa. Pero mientras a Jartum, enemistado desde hace d¨¦cadas con Occidente, se le acusa de genocidio, muy pocos han pedido cuentas a Yamena.
El propio D¨¦by (Fada, 1952) es zaghawa, una de las tribus que hace cuatro a?os se levantaron en Darfur contra Jartum. En Darfur, junto a sus hermanos, busc¨® refugio en 1987, cuando hu¨ªa de Chad. All¨ª conspir¨® contra el entonces presidente chadiano Hiss¨¨ne Habr¨¦, y con sus camaradas cruz¨® la frontera para reclutar a otros zaghawas de Chad, asedi¨® Yamena y tom¨® el poder por la fuerza. Desde entonces, nadie le ha movido de la silla, pese a que a?o tras a?o Chad aparece entre los pa¨ªses con peor ¨ªndice de desarrollo humano, seg¨²n la ONU, y entre los m¨¢s corruptos del mundo, seg¨²n Transparencia Internacional.
"D¨¦by es uno de los nuestros; estamos muy orgullosos de lo que hace para Chad y para Darfur", explicaba Al-Amir Ali Adam Maheli, jefe tribal zaghawa que particip¨® ayer en Jartum en una conferencia patrocinada por el Gobierno sudan¨¦s y los pa¨ªses ¨¢rabes. Los zaghawa son ahora los m¨¢s proclives a firmar la paz, especialmente desde que D¨¦by y Bachir se abrazan y piropean en p¨²blico.
Muchos franceses consideraban hasta hace poco que Chad ser derrumbar¨ªa sin ellos. Hay m¨¢s de 1.000 soldados franceses desplegados en el pa¨ªs y el aeropuerto de Ab¨¦ch¨¦, donde se practicaron las detenciones, est¨¢ bajo control galo. Durante semanas, los miembros del Arca de Zo¨¦ se han movido libremente y todo indica que las autoridades conoc¨ªan lo que hac¨ªan. Pero esperaron y los cogieron con las manos en la masa, justo despu¨¦s de que D¨¦by se abrazara con su viejo rival sudan¨¦s. No parece casual: Yamena llevaba meses desenganch¨¢ndose de Par¨ªs y movi¨¦ndose a velocidad de v¨¦rtigo hacia el mismo protector con que cuenta Jartum: China.
Hasta 2006, Chad ni siquiera ten¨ªa relaciones con China. Su socio era Taiwan. Pero ese mismo a?o Yamena fue acusada de mal uso de fondos por parte del Banco Mundial y D¨¦by dio un golpe de tim¨®n: abri¨® a toda prisa las puertas a Pek¨ªn, que est¨¢ en plena ofensiva africana a la caza de petr¨®leo. China ha desembarcado en Chad a por todas: en s¨®lo unos meses ya ha firmado contratos para incorporarse al incipiente sector petrolero, levantar¨¢ la primera refiner¨ªa del pa¨ªs, construir¨¢ carreteras, financiar¨¢ proyectos de irrigaci¨®n y se responsabilizar¨¢ de una red de telefon¨ªa m¨®vil. Y todo esto, ha subrayado su embajador, es s¨®lo el comienzo.
En Darfur sigue la guerra, pero el giro de Chad, hasta ahora uno de los m¨¢s furibundos cr¨ªticos de Jartum, ya ha dado munici¨®n a Sud¨¢n. La detenci¨®n de los occidentales que quer¨ªan "robar ni?os" se ha incorporado a la jerga propagand¨ªstica de Jartum. Ayer qued¨® claro en la citada conferencia, seg¨²n explica un cooperante occidental que estaba invitado al acto, a puerta cerrada. "No daba cr¨¦dito: nadie habl¨® de las atrocidades de los yanyauid. Las ¨²nicas atrocidades que se citaban una y otra vez eran el tr¨¢fico de ni?os promovido por los occidentales", dice.
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