Vivimos m¨¢s. Y eso cuesta m¨¢s
Espa?a supera en longevidad la media de la UE, pero racanea en pensiones. Faltan demasiados medios para envejecer con calidad
Los espa?oles vivimos m¨¢s a?os, vivimos mejor y, adem¨¢s, esta tendencia seguir¨¢ creciendo hasta 2031, cuando las mujeres tendr¨¢n una esperanza de vida al nacer de 87 a?os y los hombres, de 80. Pero ?estamos preparados para afrontar esa longevidad con calidad? Un vistazo a las cifras indica que Espa?a gasta mucho menos que sus socios europeos en pensiones, tiene escasas plazas geri¨¢tricas y no cuenta con suficientes trabajadores para atender a los mayores dependientes. Pero los mayores, que en 2050 pueden representar el 66% de la poblaci¨®n activa, se han convertido ya en todo un nuevo grupo de presi¨®n con nuevas necesidades de ocio, m¨¢s demandas y m¨¢s gasto. Y Espa?a, hoy, no est¨¢ preparada.
Los pa¨ªses con m¨¢s longevidad destinan m¨¢s dinero que Espa?a a la vejez
En 2050 habr¨¢ 66 mayores por cada 100 personas en edad de trabajar
Porque una cosa es aumentar a?os de vida y otra envejecer bien. "Para envejecer bien se necesita confianza en uno mismo y llevar una vida con sentido, es decir, saberse due?os de las decisiones que se toman. Si eso no es as¨ª se va produciendo un empobrecimiento", explica Merc¨¨ P¨¦rez Salanova, investigadora del Instituto del Envejecimiento de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona. Pone un sencillo ejemplo. Si los contenedores de basura son dif¨ªciles de abrir, el anciano dejar¨¢ la basura en el suelo y se sentir¨¢ mal ante las miradas. Entonces, puede que deje de sacar la basura. "Y se ir¨¢ encerrando en una vida poco activa". Lo mismo ocurre con la duraci¨®n del sem¨¢foro en verde o las obras que impiden el paso en las calles.
"Siempre se piden pensiones, pero no basta con eso. Debe haber otras compensaciones que no sean econ¨®micas. Yo quiero elegir. Si voy a una residencia y soy de ciudad no quiero que me lleven al campo. Quiero que mi opini¨®n cuente, no que me lleven y me traigan", explica la presidenta de la Asociaci¨®n Abuelos en Marcha, Marisa Vi?es.
Los servicios sociales han experimentado un crecimiento importante s¨®lo entre 2004 y 2006: un 33%, la ayuda a domicilio; un 75%, la teleasistencia, y un 40%, las plazas en centros de d¨ªa. Pero eso no garantiza que se envejezca con calidad. "A un anciano le cuesta admitir que ya no puede hacer determinadas funciones y, por otro lado, no es lo mismo que le ayuden a hacerlas de forma aut¨®mata, a que se sienta acompa?ado en esa ayuda", dice P¨¦rez Salanova. La asignatura pendiente es ense?ar a los ancianos a cuidarse, incluso entre ellos, con redes de ayuda. Y que se sientan acompa?ados y reconocidos. "Los mayores, aunque sean dependientes tienen fortalezas, por ejemplo, la de su opini¨®n. No podemos darles valor s¨®lo en funci¨®n de si producen o no", dice P¨¦rez Salanueva.
En Espa?a viven 7,4 millones de personas con m¨¢s de 65 a?os. A principios del siglo pasado, los ancianos supon¨ªan un 5% de la poblaci¨®n total, y hoy representan cerca del 18%. Los beb¨¦s que nazcan hoy tendr¨¢n una esperanza de vida media de m¨¢s de 80 a?os. Y es una tendencia que va a m¨¢s: las hip¨®tesis demogr¨¢ficas del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE) indican que la esperanza de vida no dejar¨¢ de aumentar en los pr¨®ximos 24 a?os, hasta alcanzar una media aproximada de 83,9 a?os. Los datos que maneja la Uni¨®n Europea, en especial las proyecciones futuras, son alarmantes. En Espa?a hay ahora 25 personas mayores de 65 a?os por cada 100 en edad de trabajar, unas cifras acordes con la media comunitaria. En 2050, esa proporci¨®n crecer¨¢ a 66 por cada 100, muy por encima del promedio comunitario. El sistema p¨²blico cuenta a¨²n con pocos jubilados, pues se nutre de las magras generaciones de la Guerra Civil. "Pero a partir de 2025, cuando empiece a jubilarse la generaci¨®n del baby boom, esa proporci¨®n se deteriorar¨¢", advierte Josep Oliver, catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada de la Universidad de Barcelona.
Pese a todo, este experto resta dramatismo a las cifras porque eluden un fen¨®meno fundamental: la inmigraci¨®n. La entrada de millones de extranjeros en los ¨²ltimos a?os ha engrosado la poblaci¨®n activa y retrasado los desequilibrios en el sistema de pensiones, que, de momento, registra super¨¢vit. Aunque se mitigue la intensidad, es previsible que el flujo migratorio prosiga.
Espa?a a¨²n gasta poco en pagar la jubilaci¨®n de sus mayores: un 9,2% del producto interior bruto en 2004, seg¨²n los ¨²ltimos datos de Eurostat. Pese a que la poblaci¨®n espa?ola es m¨¢s longeva que casi toda la europea, y a pesar de que el Gobierno las ha aumentado un 26%, el dinero p¨²blico destinado a pensiones sigue siendo inferior a la media europea. Ser¨¢ un 8,7% del PIB en 2008, seg¨²n los presupuestos. Salvo Irlanda, los pa¨ªses con mayor esperanza de vida (Francia, en el caso de las mujeres, y Holanda, Irlanda, Italia, Malta, Portugal y Suecia entre los hombres) destinan m¨¢s recursos a la vejez (ver gr¨¢fico). Pero tambi¨¦n muchos Estados cuya poblaci¨®n muere m¨¢s joven asume m¨¢s gasto en pensiones.
Casi todos los expertos insisten en que es necesario adoptar medidas para prevenir el impacto del envejecimiento en las cuentas p¨²blicas. "Hay que incentivar que las personas trabajen m¨¢s all¨¢ de los 65 a?os y, si fuera necesario, elevar la edad de jubilaci¨®n", sugiere Miguel ?ngel Garc¨ªa, responsable del gabinete econ¨®mico de CC OO.
No basta s¨®lo con que quienes ya est¨¢n en el sistema trabajen m¨¢s tiempo. Tambi¨¦n hay que incorporar m¨¢s a las mujeres para garantizar la pervivencia de las pensiones. "Para ello es necesario que el sector p¨²blico se tome en serio las medidas de apoyo a la familia; no a la mujer, sino a la familia", subraya Oliver. Una mayor red de guarder¨ªas y de atenci¨®n a toda la poblaci¨®n que no se vale por s¨ª misma provocar¨ªa un doble efecto: por un lado, liberar a un buen n¨²mero de mujeres para que puedan trabajar fuera de casa. Y por otro, crear un nuevo yacimiento de empleo, el de atenci¨®n social, que en otros pa¨ªses, como los n¨®rdicos, se nutre fundamentalmente de mujeres.
?se es precisamente el objetivo de la ley de dependencia, que generar¨¢ seg¨²n las previsiones unos 200.000 empleos en los pr¨®ximos a?os. Hasta ahora, la puesta en marcha es deficiente. En un informe de febrero del a?o pasado, la Comisi¨®n Europea destacaba que la protecci¨®n social a esos colectivos es "muy insuficiente y con desarrollos dispares entre comunidades para atender a la creciente demanda".
En Espa?a hay de media cuatro plazas de residencias geri¨¢tricas por cada 100 mayores y m¨¢s de la mitad son privadas. Tambi¨¦n los ancianos engordan las cifras del gasto sanitario. De los casi 50.000 millones de euros actuales se calcula que un 80% es atribuible a los ancianos, informa Emilio de Benito. En 2031, cuando se estanque la esperanza de vida, seg¨²n los c¨¢lculos del INE, el gasto sanitario podr¨ªa elevarse a 207.000 millones de euros y de nuevo se espera que un 80% se destine a los ancianos.
Una vez m¨¢s cabe hablar de calidad en la asistencia sanitaria. "Los ancianos dependientes tambi¨¦n deben aprender a cuidarse. No basta con que se les diga su diagn¨®stico, sino que se les ayude a comprenderlo, para que el cuerpo no acabe siendo un objeto de los cuidados de los profesionales", dice la investigadora P¨¦rez Salanova. Tambi¨¦n hay que ayudar a favorecer redes sociales. "Los mediterr¨¢neos pensamos que las relaciones pertenecen a la vida privada, pero debemos favorecer las relaciones. Los ancianos pierden familiares y amistades. Se pierden aquellos con los que compartir".
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