Fotograf¨ªa marginal junto al Sena
Una bienal muestra en Par¨ªs c¨®mo ven Occidente fot¨®grafos de otras civilizaciones
?Qui¨¦n mira a qui¨¦n? Los occidentales hemos impuesto una mirada: los ex¨®ticos son los otros. Africanos, latinoamericanos, indios, chinos, indonesios... todos los ciudadanos que no viven bajo el mismo modelo de civilizaci¨®n son "otros".
La primera bienal de "im¨¢genes del mundo", que ahora acaba de inaugurarse en Par¨ªs hasta el pr¨®ximo 25 de noviembre, se nos ofrece como una oportunidad ¨²nica para descubrir c¨®mo nos ven los otros, es decir, los fot¨®grafos de todos esos pa¨ªses que no mandan en las galer¨ªas de arte, pa¨ªses ajenos a nuestros c¨®digos y valores.
Asi¨¢ticos y africanos se integran as¨ª en la arquitectura parisiense
Los promotores luchan contra "la jerarqu¨ªa entre las artes y los pueblos"
Uno de los grandes atractivos de esa ins¨®lita bienal es el querer conectar tambi¨¦n con el p¨²blico que no acude ni a museos ni a galer¨ªas, que se siente extranjero cuando se atreve a entrar en uno de esos lugares que se pretenden santuarios de la cultura. Por una vez la fotograf¨ªa se ha instalado en la calle. Junto al Sena, en los muelles del r¨ªo, en gran formato. Detr¨¢s de cada imagen el decorado de la ciudad. De pronto, africanos, asi¨¢ticos o latinoamericanos aparecen completamente integrados en la arquitectura especial de Par¨ªs, la capital de los s¨ªmbolos.
La operaci¨®n tiene como gran impulsor el museo del Quai Branly, el dedicado a las llamadas "artes primeras". Su presidente, St¨¦phane Martin, lucha contra "la concepci¨®n aristocr¨¢tica de los saberes que instaura una jerarqu¨ªa entre las artes y los pueblos". Martin no quiere que su museo lo sea de culturas condenadas a la desaparici¨®n, no quiere tampoco que queden relegadas a repetir un estereotipo de exotismo o primitivismo. Y a¨²n menos desea que el atractivo del museo se vaya agotando tras la visita entusiasta de sus primeros descubridores. Por eso apuesta por fot¨®grafos de otras latitudes y organiza acontecimientos con capacidad de arrastre que va m¨¢s all¨¢ del parisiense curioso. Cada cual es libre de pensar lo que quiera sobre la idea de que todas las culturas son igualmente completas y autosuficientes -o incompletas y dependientes, que viene a ser lo mismo-, pero nadie puede cerrar los ojos ante esos centenares de im¨¢genes venidas de lejos.
"El mundo mira el mundo". ?se era el objetivo de los comisarios de la exposici¨®n, 10 franceses y 10 extranjeros. Y han optado por declinar esa mirada a partir de tres grandes temas o ¨¢reas: la metamorfosis, la ficci¨®n y la confrontaci¨®n. Son temas abiertos, casi demasiado, que permiten incluirlo todo dentro de su enunciado.
El trabajo de los comisarios ha consistido en ser lo bastante abiertos como para interpretar lo mejor en funci¨®n de los tres enunciados y descartar lo t¨®pico, precisamente porque ninguna de las etiquetas se adaptaba al temario. La metamorfosis evoca tanto la capacidad de resistir de las culturas como su transformaci¨®n.
Y quien dice culturas, hoy tambi¨¦n dice naturaleza, tan amenazada por el cambio clim¨¢tico como por los especuladores inmobiliarios levantinos. La ficci¨®n nos remite a la capacidad de los pueblos -o de las personas- para inventarse, para proyectarse en el futuro, para reinterpretar sus mitos. La confrontaci¨®n nos recuerda que el mundo no evoluciona pl¨¢cidamente, que la coexistencia de culturas y civilizaciones es menos pl¨¢cida de lo que pretenden los benditos multiculturalistas. Adem¨¢s de los muelles del Sena algunas embajadas -la de Australia, la de China, la brasile?a, algunos museos o centros culturales de la capital francesa- se han sumado a la operaci¨®n.
?Nombres? Si, algunos salen del mont¨®n, se distinguen de inmediato, sin que eso signifiquen que sean mejores. Tan s¨®lo sobreviven mejor de una l¨®gica de contraste. Un poco competitiva, claro. Tiina Itkonen nos recuerda que el ?rtico se funde y con ¨¦l, con sus hielos, la vida de los inuit. Farida Hamak retrata como nadie los paisajes jordanos: imposible saber si se trata de un plano general o de una toma hecha con lupa, si es una vista del desierto o de piel humana. Abe capta los cielos cambiantes de Madagascar. Para el peruano Javier Silva las historias transcurren en la cabeza de sus personajes. El mexicano Gerardo Montiel Klint inventa nuevas formas de ser bruja mientras que el chino Wu Qi piensa en los distintos refugios del deseo. Para el indio Anay Mann la coexistencia de civilizaciones no es real, sino que se entiende como choque. Incruento pero choque. Los rusos Leonid Tishkov y Bor¨ªs Bendikov encuentran en la luna un refugio para los sue?os de un pa¨ªs que los ha malgastado.
Y ellos, y otras decenas de fot¨®grafos desconocidos, fot¨®grafos a los que esta bienal presta la atenci¨®n que no conceden las instituciones tradicionales, muestran que el mundo no s¨®lo puede ser otra cosa, sino que ya lo es. Basta con saber mirar.
Babelia
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