Otra maravilla en el Calder¨®n
El Atl¨¦tico se mete en 'Champions' tras superar al Sevilla gracias a un monumental gol de Maxi
En el Calder¨®n alucinan. Puede el Atl¨¦tico tener un d¨ªa m¨¢s o menos espeso, como el de ayer; puede encontrarse a un rival bien armado y al que le sobran fundamentos, como el de ayer. Lo mismo da. En el Manzanares viven una juerga perpetua adornada con goles inolvidables. Como el de ayer. Como el de Maxi. Una maravilla.
En otras circunstancias, este Sevilla se hubiera merendado al Atl¨¦tico. Ahora no. Y conste que el equipo que dirige Manolo Jim¨¦nez logr¨® sobrevivir a un error de los que sonrojan. A la l¨ªnea de fondo se fue Alves, con el bal¨®n en el pie. Sobrado como se vio, quiso pararla, tocarla, gustarse, sacarla con la gorra. Una mamarrachada hizo el brasile?o. As¨ª que Maxi se lanz¨® al suelo y reba?¨® la pelota, que le cay¨® a Forl¨¢n. Dispar¨® el uruguayo, rechaz¨® Palop, Maxi intent¨® disparar, el portero le hizo penalti, el rebote fue a parar a pies de Maniche, que fusil¨®. Poco m¨¢s de un minuto se llevaba y el Atl¨¦tico ya ten¨ªa el partido donde quer¨ªa. Con el marcador a favor, con la posibilidad, y el ¨¢nimo, de salir al contragolpe, y ante un rival valiente, al que no le importa dejar huecos.
ATL?TICO 4 - SEVILLA 3
Atl¨¦tico de Madrid: Franco; Seitaridis, Z¨¦ Castro, Perea, Pern¨ªa; L. Garc¨ªa (Simao, m. 58), R. Garc¨ªa, Maniche, Maxi (Jurado, m. 88); Forl¨¢n (Reyes, m. 24) y Ag¨¹ero. No utilizados: Abbiati; A. L¨®pez, Eller y Cl¨¦ber.
Sevilla: Palop; Alves, Boulahrouz, Fazio, Crespo; Navas (Capel, m. 78), Mart¨ª, Keita, Adriano (Duda, m. 60); Luis Fabiano y Kon¨¦ (Kerzhakov, m. 67). No utilizados: De Sanctis; Mosquera, Renato y Poulsen.
?rbitro: Mejuto Gonz¨¢lez. Amonest¨® a Boulahrouz, Perea, Crespo, Alves, Pern¨ªa y Reyes.
Goles: 1-0. M. 1. Maniche. 1-1. M. 14. Luis Fabiano. 2-1. M. 16. Ag¨¹ero. 2-2. M. 44. Z¨¦ Castro (p.p.). 3-2. M. 69. Maxi. 4-2. M. 90. Jurado. 4-3. M. 92. Luis Fabiano.
Unos 50.000 espectadores en el Calder¨®n.
No le dio tiempo al Atl¨¦tico. Luis Fabiano se invent¨® un eslalom formidable que le llev¨® al suelo al borde del ¨¢rea. Era falta. El propio delantero brasile?o golpe¨® la pelota, que iba a la barrera, a la bota de Maxi. ?ste se encogi¨® sin disimulo, el bal¨®n le golpe¨® y se fue dentro. Era el empate en un partido estaba loco. Al rato, Luis Garc¨ªa lanz¨® un enorme disparo, combado, rumbo a la escuadra, donde lleg¨® Palop para, lejos de mandarlo fuera, enviarlo al c¨¦sped, a Ag¨¹ero, que lo empuj¨® para conseguir su sexto gol, el tercero de cabeza, una especialidad que se le desconoc¨ªa al chaval, midiendo como mide 1,73.
Vuelta a empezar. El partido, esquizofr¨¦nico, iba de un lado a otro, sin motivo aparente que lo provocara. El Sevilla hab¨ªa arrancado dormido, varado por la agresividad en la presi¨®n del Atl¨¦tico, que mediada la primera parte perdi¨® a Forl¨¢n, un futbolista imprescindible en este equipo. El partido adquiri¨® un aire barriobajero a ra¨ªz de que Keita le arreara un manotazo en la boca a Maxi.
Aquello rompi¨® un choque fren¨¦tico. Comenzaron las interrupciones, los golpes, algo de boxeo, con Mejuto, de ac¨¢ para all¨¢ en su intento de apagar fuegos. De repente, el bal¨®n le cay¨® a Alves, que viv¨ªa apagado all¨¢ en su banda desde la memez del primer gol. Lanz¨® Alves al ¨¢rea, a la carrera de Luis Fabiano, ante quien apareci¨® Z¨¦ Castro, que junto a Perea llevaba una actuaci¨®n inmaculada. El central fue con todo a por la pelota y clav¨® en su propia porter¨ªa su en¨¦rgico cabezazo. El Sevilla hab¨ªa sacado petr¨®leo de dos jugadas aisladas. La nueva igualada hiri¨® al Atl¨¦tico, pero no tanto como la marcha de Forl¨¢n. Porque con el uruguayo el equipo se maneja de otra forma. Por sus goles, s¨ª, pero tambi¨¦n por sus dejadas, sus arrancadas, su solidaridad. Siendo grande Ag¨¹ero, lo es mucho m¨¢s si a su lado vive Forl¨¢n.
El Atl¨¦tico perdi¨® peso en el centro del campo, donde Keita edific¨® su imperio, y su defensa sufri¨® un par de ataques de p¨¢nico. Parec¨ªa del Sevilla el partido, en el que faltaba juego y sobraba vocer¨ªo. Sin embargo, este Atl¨¦tico tiene una fortaleza descomunal en su ataque. As¨ª que una combinaci¨®n en la que participaron varios jugadores acab¨® con un pase de Reyes al hueco, donde estaba Ag¨¹ero. Palabras mayores. Porque el chico est¨¢ de lujo. S¨®lo se le ocurri¨® tocar la bola con el empeine, arriba, hacia Maxi, que no pod¨ªa cazar aquel bal¨®n, ?o s¨ª? En este Atl¨¦tico, s¨ª. El capit¨¢n, en un escorzo imposible, mand¨® el bal¨®n dentro, al vuelo, el gol so?ado. Luego marcaron Jurado y Luis Fabiano, s¨ª, cerrando un partido que deja al mejor Atl¨¦tico del siglo en la mism¨ªsima Liga de Campeones.
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