La coca¨ªna retira a Hingis
La suiza, de 27 a?os, anuncia que deja el tenis tras haber dado positivo en un control en Wimbledon
Las situaciones extremas se definen con sensaciones extremas. Hace un a?o, Martina Hingis, ex n¨²mero uno, ni?a prodigio del tenis y retirada prematura, explicaba por qu¨¦ hab¨ªa necesitado tres a?os de reflexi¨®n antes de volver a jugar. "Ten¨ªa miedo. Miedo a mi nivel f¨ªsico. Dudas sobre si todav¨ªa podr¨ªa competir. No sab¨ªa si podr¨ªa sobrevivir tres, cuatro, siete partidos...", le dijo a este peri¨®dico mientras desayunaba en un hotel madrile?o. Ayer, en Z¨²rich, vestida con una blusa de seda blanca, Hingis, de 27 a?os, anunci¨® que se retiraba tras dar positivo por coca¨ªna en un an¨¢lisis de orina realizado en Wimbledon. Que un examen de sus cabellos encargado por su abogado demuestra, "por supuesto", lo contrario. Y que se siente "horrorizada, frustrada y enfadada" tras una acusaci¨®n "tan monstruosa y horrenda". La WTA, organismo rector del tenis femenino, explic¨® que no hab¨ªa recibido "ninguna informaci¨®n oficial del positivo".
"Estoy horrorizada tras una acusaci¨®n tan monstruosa y horrenda"
Hubo un tiempo en que Hingis no aceptaba la derrota. Domin¨® su deporte desde los 16 a?os, cuando se convirti¨® en la n¨²mero uno m¨¢s joven de la historia. Gan¨® tres veces el Abierto de Australia, una Wimbledon y otra el Abierto de Estados Unidos. Luego llor¨® de rabia. Rabia por haber perdido contra Steffi Graf, una "vieja" cuyo tiempo ya hab¨ªa "terminado", en la final de Roland Garros de 1999. Rabia por los abucheos del p¨²blico. Rabia por una derrota que digiri¨® entre protestas al juez de silla, pausas para ir al ba?o y lamentos continuos. Fue el retrato de una tenista dispuesta a todo en busca del triunfo. Esos tiempos murieron. Hingis ya no es as¨ª. Ayer argument¨® en favor de su inocencia. Critic¨® la soledad del deportista acusado frente a la maquinaria de la lucha contra el dopaje. Apunt¨® que demostrar que nunca se drog¨® llevar¨ªa demasiado tiempo. Y, en consecuencia, anunci¨® que se retira.
"La muestra B de Wimbledon dio positivo por un metabolito que aparentemente permanece en el sistema durante un tiempo tras consumir coca¨ªna", explic¨® la tenista, que no admiti¨® preguntas. "Nadie que intente luchar solo contra esta maquinaria contra el dopaje tiene una oportunidad", continu¨®. "El abogado y sus expertos descubrieron varias inconsistencias en la muestra de orina. Tambi¨¦n est¨¢ convencido de que el laboratorio manej¨® mal el proceso y de que no ser¨ªa capaz de demostrar que la orina que fue examinada viniera de m¨ª", a?adi¨® la suiza. "Me ha se?alado que a veces se tarda a?os en resolver un caso como ¨¦ste, especialmente si los dos lados apelan repetidamente y lo llevan al siguiente nivel. No deseo pasar los pr¨®ximos a?os de mi vida luchando contra las autoridades dopaje". Los ¨²ltimos meses de la vida de Hingis se explican desde un nuevo ¨¢ngulo a la luz de su positivo. Ocurri¨® en julio. Tres torneos y un mes despu¨¦s, Hingis anunci¨® que su compromiso matrimonial con el tenista Radek Stepanek, ese chico con el que llenaba de arrumacos las zonas VIP de los torneos, quedaba disuelto. Ya s¨®lo jug¨® un torneo m¨¢s, aquejada de una lesi¨®n en la cadera. Entre medias, idas y venidas con sus abogados y ex¨¢menes m¨¦dicos. En la conferencia de prensa de ayer, la actual n¨²mero 19 argument¨® contra los que piensan que la coca¨ªna es un peligros¨ªsimo divertimento sin ventajas competitivas para los deportistas. "Dicen que la coca¨ªna aumenta la autoconfianza y que crea una especie de euforia. No lo s¨¦", explic¨®. "Supongo que es imposible para cualquiera mantener la coordinaci¨®n requerida por el tenis de alto nivel mientras est¨¢ drogado. Y s¨¦ una cosa: personalmente me aterrorizar¨ªa tomar drogas". Hingis se va manchada por la sombra del dopaje.
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