"Cuba es hoy una novela de suspense"

En las novelas policiacas de Leonardo Padura los cr¨ªmenes son pretextos para diseccionar la sociedad e interrogar al poder. "A la gente no la matan por gusto, la matan por otras razones", admite tras la niebla de un Partag¨¢s en el hotel Nacional, un buen lugar para hablar de sus libros y sobre Cuba... casi la misma cosa. Por estos salones han pasado infinidad de artistas y pol¨ªticos, pero ninguno tiene el glamour de Lucky Luciano y Meyer Lansky, g¨¢nsteres ilustres y clientes del local, a quienes se refiere en su ¨²ltima novela. "Los malditos ejercen siempre una atracci¨®n", asegura, "los mafiosos de alg¨²n modo representan esa posibilidad de violar las convenciones, algo que en el fondo a todos nos gustar¨ªa".

El autor cubano se confiesa en el hotel Nacional, escenario de su ¨²ltima novela

Un buen puro, un buen caf¨¦ y un buen ron "pueden ser el principio de much¨ªsimas cosas en la vida, y de much¨ªsimas cosas buenas", defiende. Y si uno los disfruta en el Nacional, mejor. En La neblina del ayer, la asesina viene al Parisien, el cabar¨¦ del hotel, a ver una de las ¨²ltimas actuaciones de la vedette Violeta del R¨ªo. "El Nacional est¨¢ marcado por la fama y la m¨²sica, por el fantasma de la mafia y el glamour de los cincuenta: La Habana de los cincuenta sigue siendo una referencia que no se ha podido borrar pese a la realidad y pese al tiempo".

Saborea el tabaco m¨¢s que lo bebible ("a¨²n me cuesta verlo como un veneno"), y en el ensue?o del humo regresa su vida. Hace 17 a?os dej¨® su oficio de periodista en el diario Juventud Rebelde; desde entonces se ha dedicado por entero a la literatura. Es el creador de Mario Conde, un at¨ªpico detective de la polic¨ªa cubana con el que ha destripado la historia reciente (y menos amable) de su pa¨ªs. "De tanto vivir lo excepcional, lo hist¨®rico, lo trascendente, la gente se cansa y quiere la normalidad", dice un personaje de su ¨²ltima novela. "Una de las cosas que m¨¢s me preocupa hoy es que los hijos de mi generaci¨®n se est¨¢n yendo de Cuba. Por lo general, se van los mejores, los m¨¢s inteligentes, los m¨¢s preparados. Son los hijos del cansancio hist¨®rico...".

De 52 a?os, casado y con ocho novelas, Padura cree que el futuro de Cuba se decide ahora. Tras la enfermedad de Fidel Castro, la palabra m¨¢gica en Cuba es "cambio", pero el cambio no acaba de llegar... "Estamos viviendo una novela de suspense: todo el mundo est¨¢ a la expectativa de lo que puede ocurrir, pero nadie sabe c¨®mo y cu¨¢ndo va a ocurrir". Desde un mural, Lucky Luciano, con sombrero ladeado, parece sonre¨ªr, hacernos un gui?o. Un buche de caf¨¦, silencio... "La gente ha luchado mucho, se ha sacrificado mucho como para que al final todos vayamos a morir en la orilla". Su compromiso es con los cubanos con menos suerte. Cree que sigue siendo necesaria la utop¨ªa, pero una nueva utop¨ªa que no cometa los errores del pasado: "el principal, la falta de democracia".

?Dan ganas de tirar la toalla, Padura? Una columna de humo sale de su boca y asciende hacia el techo geom¨¦trico del Nacional: "Si uno tira la toalla, s¨®lo se la puede tirar sobre la cabeza, y ¨¦sa no es una opci¨®n".

Pasa el camarero: ?M¨¢s ron?