Morientes resucita al Valencia
Mejorado por Vicente y Fernandes, el equipo valenciano vence en Mallorca para salir de la crisis
Dos tiros entre los tres palos, dos goles. ?sa fue la efectividad anoche del Valencia, que se agarr¨® al olfato de su viejo goleador para escapar de la crisis. Y para saludar con una sonrisa a su nuevo entrenador, Ronald Koeman, que vio el partido por televisi¨®n. ?Qu¨¦ vio? Algunas mejoras peque?as, pero apreciables. Las que le dieron dos de las novedades: un Vicente un poquito mejor de forma y, consecuentemente, con m¨¢s llegada al ¨¢rea. Y, sobre todo, la savia fresca que supuso Manuel Fernandes, una reserva de ox¨ªgeno que tanto necesitaba el centro del campo. Suma energ¨ªa y habilidad.
El Mallorca desaprovech¨® una magn¨ªfica oportunidad. Se dedic¨® a silbar en la primera parte creyendo que las hojas valencianistas ir¨ªan cayendo por su propio peso. Se equivoc¨®. Y, cuando de verdad fue a por el partido, en el arranque del segundo tiempo, se encontr¨® sin punter¨ªa y con una sorpresa inesperada: un conejito que se sac¨® Silva de la chistera, lo envi¨® atr¨¢s y Morientes lo convirti¨® en su sexto gol de la temporada. La moral subi¨® tanto que hasta el portero Hildebrand se anim¨® y demostr¨® afilados reflejos ante los ¨²ltimos estertores del Mallorca.
MALLORCA 0 - VALENCIA 2
Mallorca: Germ¨¢n Lux: H¨¦ctor, Nunes, Ballesteros, F. Navarro; Jon¨¢s (V¨ªctor, m. 83), Basinas (Chori Castro, m. 71), Borja Valero, Arango; Ibagaza; y G¨¹iza. No utilizados: Ione; Ramis, Pereyra, Varela, Tuni.
Valencia: Hildebrand; Caneira, Alexis (Miguel, m. 4), Helguera, Moretti; Joaqu¨ªn (Arizmendi, m. 78), Albelda, Fernandes, Vicente (Angulo, m. 73); Silva; y Morientes. No utilizados: Mora; Zigic, Mata, y Sunny.
Goles: 0-1. M. 45. Centro de Miguel desde el extremo derecho y remata Morientes. 0-2. M. 61. Morientes remata un pase atr¨¢s de Silva.
?rbitro: Medina Cantalejo. Amonest¨® a Moretti, Caneira, Manuel Fernandes, Jon¨¢s, Ballesteros,
16.000 espectadores en el Ono Estadio.
Un centro vale a veces por todo un partido. Miguel hab¨ªa entrado en el encuentro sin calentarse, en el minuto 4, tras la fea de lesi¨®n de Alexis, y el lateral derecho portugu¨¦s jug¨® toda la primera parte como alma en pena. O casi toda. Hasta el ¨²ltimo minuto, Miguel envi¨® cada pase al contrario, desenfocado tanto en la defensa como en el ataque. Pero, al filo del descanso, alcanz¨® el extremo derecho junto al c¨®rner, le peg¨® fuerte a la pelota y le dio una rosca tan diab¨®lica que culebre¨® justo por encima del portero Germ¨¢n Lux. Y lleg¨® por detr¨¢s Morientes, otro desafortunado en el primer acto, para empalar a gol con un toque con el bot¨ªn izquierdo. Los valencianistas se abrazaron emocionados: por fin un golpe de suerte, de acierto o de ambas cosas a la vez despu¨¦s de dos semanas muy dolorosas.
El Valencia lleg¨® a las islas con el miedo en el cuerpo, sin creerse esa apuesta ofensiva que les hab¨ªa marcado su entrenador, ?scar Fern¨¢ndez, con el culo metido junto a su inseguro guardameta Hildebrand. Pero encontr¨® un aliado en el planteamiento contemplativo de su rival. Lejos de hurgar en la herida valencianista, el Mallorca tampoco ten¨ªa prisas por ganar. Crey¨® que era cuesti¨®n de paciencia. Y se sinti¨® c¨®modo con el empate sin goles, muy pertrechado atr¨¢s, masticando el encuentro con una parsimonia de la que s¨®lo escapaba ese caballo desbocado llamado Jon¨¢s Guti¨¦rrez. El extremo argentino siempre se cre¨® espacios entre la defensa valencianista, aunque a sus disparos les falt¨® precisi¨®n.
Casi tres a?os sin jugar, pero a poco que se recupera y se libra de los dolores f¨ªsicos, Vicente vuelve a demostrar que lo que nunca le va a faltar es el desparpajo. La cara dura para encarar siempre y para meterse entre una decena de piernas rivales en busca de una grieta. Busc¨® la complicidad de Silva y entre ambos tejieron casi todo el ataque de los de Mestalla. El centro del campo dio s¨ªntomas de mejora respecto a anteriores jornadas. Gracias a sobre todo a lo que representa Manuel Fernandes: potencia y calidad. Ayer uni¨® ambas virtudes para marcharse de sus rivales en el uno contra uno, o contra dos, y para meter pases rasos interiores que sirvieran para desatascar. A sus 21 a?os, Fernandes dispone de una autopista en el Valencia para labrarse una larga carrera.
El Mallorca espabil¨® tras el descanso. Imprimi¨® el elevado ritmo que no tuvo en el comienzo. Meti¨® al Valencia en su ¨¢rea. Entr¨® en acci¨®n por primera vez G¨¹iza, que burl¨® a Helguera con un art¨ªstico sombrero. No daba abasto el central c¨¢ntabro. Antes ya hab¨ªa sido humillado por Jon¨¢s, que lo regate¨® dos veces dentro del caj¨®n del ¨¢rea. Su disparo, sin embargo, lo rechaz¨® el meta Hildebrand con el pecho.
No sal¨ªa el Valencia de la madriguera hasta que Silva mand¨® callar al Ono Estadi. De la nada se sac¨® el gol que sepultaba al Mallorca. De un saque de banda de Moretti al extremo. De espaldas a la porter¨ªa y encimado por el lateral H¨¦ctor, Silva no parec¨ªa tener ninguna posibilidad de salir de ah¨ª. Pero lo hizo. Se escurri¨® hasta la l¨ªnea de fondo y su centro atr¨¢s lo remat¨® de primeras Morientes. A gol, claro. Un tanto que sirve para resucitar al Valencia y devolverlo a donde le corresponde. Para alegr¨ªa de Koeman, que recupera an¨ªmicamente al grupo sin haber hablado todav¨ªa con ¨¦l.
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