Nueva masacre en la misma prisi¨®n de Tabasco que ardi¨® en un mot¨ªn en diciembre

En diciembre fue un mot¨ªn que prendi¨® llamas a la prisi¨®n y dej¨® siete muertos y una decena de heridos, entre im¨¢genes de violencia extrema. Y este martes el Centro de Reinserci¨®n Social del Estado de Tabasco (Crest) ha vuelto a protagonizar las p¨¢ginas de nota roja con un nuevo tiroteo presuntamente entre dos bandas rivales que ha matado a otros siete presos, el mismo n¨²mero que en Navidad. Dos masacres en menos de dos meses que ponen contra las cuerdas a la direcci¨®n del penal, en la mira de las organizaciones de derechos humanos desde hace a?os, y al Gobierno del Estado, que en los ¨²ltimos meses se est¨¢ hundiendo en la crisis de violencia que consume a la vecina Chiapas y grandes regiones de M¨¦xico.

Las causas de la matanza todav¨ªa no est¨¢n claras. La Fiscal¨ªa estatal solo ha informado en un comunicado de tres l¨ªneas que ha iniciado una investigaci¨®n para esclarecer los hechos. ¡°Se trabaja en coordinaci¨®n con la Mesa de Seguridad Tabasco¡±. Nada m¨¢s por el momento. En diciembre, la Comisi¨®n Nacional de los Derechos hizo un llamado p¨²blico a ¡°las autoridades del Gobierno de Tabasco a garantizar la seguridad y el bienestar de las personas privadas de la libertad en el Crest¡±.

No parece que la llamada de atenci¨®n haya tenido efecto. Tampoco fue la primera. En 2021, la Comisi¨®n Estatal de los Derechos Humanos de Tabasco ya acus¨® a la direcci¨®n de la prisi¨®n de permitir ¡°presuntas violaciones a los derechos humanos¡± de los presos, ¡°atribuibles a servidores p¨²blicos adscritos al Centro de Reinserci¨®n Social del Estado de Tabasco, dependiente de la Secretar¨ªa de Seguridad y Protecci¨®n Ciudadana del Estado de Tabasco¡±.

En diciembre, el mot¨ªn subi¨® la temperatura. Fuera de la prisi¨®n, ardieron coches y tiendas. La polic¨ªa tuvo que ingresar al penal armada con tanques de gas lacrim¨®geno para sofocar el estallido. Mientras, los familiares de los reos se manifestaban a las puertas del Crest para exigir informaci¨®n sobre lo que estaba pasando entre los opacos muros. Los datos llegaban a cuentagotas, en su mayor¨ªa porque los presos, de tanto en tanto, lograban difundir videos en internet que mostraban pabellones en llamas, ruidos, caos, toses por el humo. En una de las grabaciones, un interno que se identificaba como ¡°el cabo general del patio¡± dice: ¡°Nos est¨¢n matando a toda la gente¡±.

El 20 de noviembre, un fuerte operativo policial hab¨ªa decomisado armas y drogas en el Crest. Los internos trataron de iniciar un mot¨ªn ya entonces con la quema de basura en uno de los patios, una columna de humo negro que se ve¨ªa desde los alrededores del penal. Aquella vez no hubo heridos y el conato de mot¨ªn se apag¨® tan r¨¢pido como empez¨®, pero un d¨ªa despu¨¦s, el director de la prisi¨®n, Juan Manuel Arteaga, dimiti¨® por ¡°motivos personales¡±. Poco antes, el crimen organizado abandon¨® un coche a las puertas de la c¨¢rcel con un cad¨¢ver en el maletero y un mensaje contra Arteaga que lo acusaba de introducir droga en la prisi¨®n. El cuerpo pertenec¨ªa a uno de los guardas del centro que hab¨ªa sido secuestrado.

Otro video, difundido horas despu¨¦s en redes sociales, mostraba a un grupo de hombres encapuchados y armados amenazar a Arteaga. En diciembre, poco antes del mot¨ªn que caus¨® siete muertos, la Secretar¨ªa de Seguridad Ciudadana de Tabasco design¨® al sucesor de Arteaga, Enrique D¨ªaz ?lvarez, sin aclarar nada sobre la salida repentina del exdirector y las amenazas. En dos meses, bajo el mandato de D¨ªaz ?lvarez, el Crest ha vivido ya dos matanzas, mientras crecen las sospechas sobre el control de facto del crimen organizado en la prisi¨®n.

Tabasco, al filo

En el mismo per¨ªodo de tiempo, Tabasco ha sido protagonista habitualmente de episodios de violencia que parec¨ªan haber respetado durante a?os la entidad, mientras vecinos como Chiapas o Veracruz viv¨ªan entre balaceras. El 5 de enero, la noche de Reyes, un grupo de hombres armados acribill¨® a las 21.00 el bar La Casita Azul, en Villahermosa. Asesin¨® a siete personas e hiri¨® a otras cinco. Todo lo que dijo la Fiscal¨ªa es que se trataba de un ¡°bar clandestino¡±, pero no dio detalles de los motivos del crimen. Otras seis personas fueron masacradas, tambi¨¦n en Villahermosa, tambi¨¦n en un bar, en noviembre.

Siete cuerpos desmembrados fueron encontrados en una carretera entre la capital y Teapa y otros tres en un pante¨®n en Nacajuca, a unos 30 kil¨®metros de Villahermosa. Se suman a la lista el asesinato a balazos de dos polic¨ªas, entre ellos el exdirector de la Agencia de Investigaci¨®n de tabasco, Jos¨¦ Carmen N., y el del periodista Alejandro Gallegos, para completar la elocuente imagen de c¨®mo el crimen organizado ha decidido reclamar el Estado como suyo.

La sangre ha alcanzado tambi¨¦n el plano pol¨ªtico. El gobernador de Tabasco, Javier May, acus¨® a Ad¨¢n Augusto L¨®pez, peso pesado del partido que Gobierna el pa¨ªs, Morena, y predecesor de May en el cargo, de haber dejado crecer al grupo criminal La Barredora bajo su mandato. Tras la captura de Carlos Tom¨¢s ¡°N¡±, alias El Lic o El Tomas¨ªn, identificado como uno de los capos de la mafia local, Villahermosa sufri¨® una jornada de tiroteos, incendios y cad¨¢veres abandonados en las calles con signos de tortura y mensajes amenazantes con los cuerpos como medio.

Como elemento surrealista que a?adir a la macabra lista, el C¨¢rtel Jalisco Nueva Generaci¨®n reparti¨® la noche de Reyes, la misma de la masacre en La Casita Azul, roscas y regalos en varias comunidades del Estado. Las im¨¢genes, grabadas con tel¨¦fono m¨®vil y difundidas por internet, llegaron al Palacio Nacional. El 15 de enero, la presidenta de la Rep¨²blica, Claudia Sheinbaum, anunci¨® el env¨ªo de 180 agentes de la Secretar¨ªa de Defensa y de la Guardia Nacional a Tabasco. La masacre repetida en Crest pone en duda la eficacia de la misi¨®n.