El ¨¦xodo de la derecha religiosa en EE UU
Es bien sabido que Estados Unidos es uno de los pa¨ªses m¨¢s religiosos del mundo actual. No debe sorprender a nadie que haya un componente considerable de religi¨®n y religiosidad en las pol¨ªticas y los programas del pa¨ªs. Recientemente se celebr¨® la "Cumbre de votantes por los valores" del Consejo de Estudios sobre la Familia en Washington, una especie de convenci¨®n de varias organizaciones conservadoras para obligar a los principales candidatos republicanos a atenerse a su sistema religioso y de valores. El resultado de la cumbre fue seguramente m¨¢s importante de lo que parecer¨ªa indicar la falsa votaci¨®n que llevaron a cabo, en la que gan¨® por estrecho margen el morm¨®n y ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney, seguido del gobernador de Arkansas, Mike Huckabee. Ni Romney ni Huckabee son los grandes candidatos republicanos en las encuestas nacionales; ese lugar lo ocupan el ex alcalde de Nueva York Rudolph Giuliani y el antiguo senador por Tennessee Fred Thompson.
S¨®lo el 5% de los votantes cree que son prioritarias cuestiones morales como el aborto o la familia
Irak, la sanidad y la econom¨ªa son los temas m¨¢s importantes para el electorado
Algunos destacados republicanos han se?alado que la Cumbre de Valores Republicanos fue una inquisici¨®n ideol¨®gica y que ninguno de los grandes candidatos republicanos cumpli¨® los criterios m¨ªnimos. Como consecuencia, la derecha religiosa no tendr¨¢ ning¨²n gran abanderado en las elecciones de 2008. Esta derecha religiosa est¨¢ dividida y desempe?ar¨¢ un papel mucho menor que en 2000 y en 2004, elecciones en las que fue instrumental con su demonizaci¨®n de John McCain durante las primarias y de John Kerry en las elecciones.
Esta derecha religiosa dividida endurecer¨¢ sus posturas concretas sobre temas tradicionalmente tan importantes como la vida (es decir, el aborto), el matrimonio, la libertad religiosa, la evoluci¨®n y el islamismo radical. Y la derecha no religiosa no puede permitirse el lujo de ver c¨®mo los religiosos se apoderan de la identidad del partido y el proceso de designaci¨®n de los candidatos. La imagen de los republicanos ya ha sufrido demasiado entre los inscritos como independientes, el "voto marginal" que es decisivo en la pol¨ªtica presidencial estadounidense.
Sin los independientes, ni los republicanos ni los dem¨®cratas podr¨¢n ganar en 2008. En las elecciones de 2006, dos de cada tres independientes inscritos votaron a los candidatos dem¨®cratas para la C¨¢mara de Representantes, y cuatro de cada cinco en el caso del Senado. El reto estrat¨¦gico al que se enfrenta ahora la derecha religiosa es c¨®mo dar con el candidato apropiado, que sea capaz de asumir su programa y de atraer a m¨¢s gente. Seg¨²n los ¨²ltimos sondeos, los dem¨®cratas tienen una ventaja estructural. Por primera vez en d¨¦cadas, son m¨¢s los estadounidenses que preferir¨ªan por un margen de 48% frente a 33% un dem¨®crata, cualquier dem¨®crata, a cualquier republicano.
Los republicanos son muy conscientes de que, despu¨¦s del da?o sufrido por la etiqueta de republicano, un candidato de la "derecha radical" no tiene muchas posibilidades en 2008. En esta ocasi¨®n, s¨®lo el 60% de los evang¨¦licos blancos preferir¨ªan a un republicano que a un dem¨®crata, frente al 80% en 2004. Y el 21% de los evang¨¦licos blancos preferir¨ªan a un dem¨®crata que a un republicano, frente al 10% en 2004.
En todos los comicios hay siempre una l¨®gica electoral oculta. Los votantes siempre saben cu¨¢l quieren que sea el tema principal. Los candidatos tienen que averiguarlo y comprender que las elecciones no consisten en lo que ellos quieren, sino en lo que quieren los votantes.
En general, los republicanos no saben todav¨ªa de qu¨¦ van las elecciones de 2008. Es muy posible que, todav¨ªa hoy, Al Gore no sepa cu¨¢l fue el gran tema de las elecciones de 2000. Desde luego, el senador John Kerry no sabe cu¨¢l fue el de las de 2004 (ni por qu¨¦ las perdi¨®). En Espa?a, Mariano Rajoy no sabe todav¨ªa en qu¨¦ consistieron las elecciones de 2004. Y, lo que es seguramente m¨¢s extraordinario, ni Rajoy ni Zapatero parecen saber cu¨¢l quieren los votantes que sea el tema fundamental de las elecciones de 2008. S¨®lo Fred Thompson y Mitt Romney, en el lado republicano, parecen conocer las preocupaciones actuales de los estadounidenses. En el bando dem¨®crata, los senadores Hillary Clinton y Barack Obama son los ¨²nicos que parecen tener cierta idea de lo que quieren esta vez los votantes.
Obama alcanz¨® su m¨¢ximo apogeo muy pronto, cuando radicaliz¨® sus posiciones sobre Irak y la pol¨ªtica exterior para atraer a los votantes radicales en las primarias. Pero varios sondeos privados muestran que hasta los dem¨®cratas que votan en las primarias est¨¢n preocupados por la madurez pol¨ªtica de Obama. En seis meses ha conseguido despilfarrar la confianza condicional de los votantes, pese a que sabe hablar como un predicador e identificarse por completo con el programa basado en los valores.
Hillary Clinton, por el contrario, ha resistido la tentaci¨®n de asumir posturas populistas en asuntos de seguridad nacional como Irak e Ir¨¢n, con el fin de preservar su imagen de fortaleza y experiencia. Los responsables de la campa?a reconocen abiertamente que est¨¢ dirigida a esas mujeres republicanas, una de cada cuatro (24 %), a las que creen poder "convencer" para que se aproximen al centro y voten por la senadora.
Los votantes nunca se equivocan, nunca. Los pol¨ªticos, s¨ª. Bush gan¨® en 2000 y 2004 porque su campa?a entendi¨® mejor que la de los dem¨®cratas cu¨¢l era el tema de las elecciones. Parece muy poco probable que las elecciones de 2008 vuelvan a centrarse en la religi¨®n, los valores y la religiosidad. McCain y Obama, en un principio favoritos de los medios, no han sabido darse cuenta de ello.
Seg¨²n varios sondeos privados, los estadounidenses quieren que las elecciones de 2008 se centren principalmente en la fortaleza y la experiencia, y por eso Hillary Clinton y Mitt Romney van por delante en los Estados de las primeras votaciones, Iowa y New Hampshire. Quiz¨¢ tambi¨¦n sea ¨¦sa la raz¨®n por la que Romney gan¨® por estrecho margen la mayor¨ªa de los votos en la falsa elecci¨®n de la Cumbre de Votantes por los Valores.
Irak es claramente el tema m¨¢s importante para el 35% de los votantes, la sanidad est¨¢ en un lejano segundo puesto (13%) y la econom¨ªa en el tercero (11%). Los estadounidenses prefieren a los dem¨®cratas que a los republicanos sobre Irak, por un margen de 51% a 31%, pese a que la mayor¨ªa no apoya la retirada repentina de las tropas y todav¨ªa quiere buscar alguna manera de ganar. Las cuestiones tradicionales de la derecha religiosa (moral, aborto, valores familiares) s¨®lo son la m¨¢xima prioridad para el 5%.
Seg¨²n los bi¨®grafos de Hillary Clinton, la senadora es "la dem¨®crata m¨¢s religiosa desde Jimmy Carter", y, sin embargo, no va con la religi¨®n por delante. No tiene por qu¨¦. Ser¨ªa peligroso hacerlo ahora. El electorado ha decidido que el programa basado en los valores puede ser una cuesti¨®n importante e incluso decisiva en las primarias republicanas, pero no parece probable que lo sea durante las elecciones generales.
A medida que adquieren confianza en s¨ª mismos, los dem¨®cratas empiezan a coquetear con el riesgo y empiezan a abandonar el centro, no en materia de valores o religiosidad, sino en pol¨ªtica econ¨®mica, sobre todo en cuesti¨®n de gastos y fiscalidad. Al final, ese alejamiento dem¨®crata del centro econ¨®mico podr¨ªa ser la ¨²nica manera posible de que los republicanos vuelvan a ganar la Casa Blanca.
Los dem¨®cratas, encabezados por la senadora, se han acercado al centro en materia de seguridad nacional. Pero todav¨ªa no han vuelto a hacerse con el centro pol¨ªtico. Pero los republicanos tambi¨¦n deben tratar de deshacer su ¨¦xodo del centro y recuperarlo. Aunque, por el momento, su estrategia para recobrar ese centro, en el que se ganan y se pierden casi todas las elecciones, por no decir todas, parece consistir en irse a¨²n m¨¢s hacia la derecha, sobre todo en cuesti¨®n de valores y religiosidad.
Nicol¨¢s Checa es director general de Kissinger McLarty Associates, en Nueva York. Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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