Somos gente de mundo

Cuando, dentro de alg¨²n siglo pr¨®ximo, se elabore con la distancia suficiente la historia de la Galicia contempor¨¢nea, en lo referido a los siglos XIX, XX y XXI, la emigraci¨®n y, sobre todo, la percepci¨®n contradictoria que sobre el fen¨®meno ha tenido la ciudadan¨ªa gallega ser¨¢n una parte nuclear.

El galleguismo hist¨®rico evolucion¨® de la idealizaci¨®n heroica de la emigraci¨®n a su descalificaci¨®n absoluta. Notables son las afirmaciones de Alfonso Rodr¨ªguez Castelao ("o galego non pide nada, emigra") o el verso de Celso Emilio Ferreiro ("pechai todas as portas e que xa ningu¨¦n saia"). En estos d¨ªas hemos vuelto a esta valoraci¨®n pendular de la emigraci¨®n.

Por una parte, se vuelve a discutir la normativa del voto emigrante y un informe del Consello Galego de Relaci¨®ns Laborais alerta sobre la fuga de talentos. Es lamentable que la discusi¨®n del voto se mezcle con el hist¨®rico debate de trapicheos y censos forenses de ¨¦pocas recientes y con el derecho civil a la nacionalidad.

La emigraci¨®n aporta a la diversidad cultural nuestra vocaci¨®n tolerante y cospmopolita

Generacionalmente, no es justo que los pucherazos criminalicen el voto de nuestros ciudadanos emigrantes. Les debemos ese reconocimiento porque ninguno de sus predecesores familiares emigr¨® por gusto o por capricho. Otra cosa es que sean decisivos en la elecci¨®n del alcalde de pueblos y lugares que ni conocen o que no se les d¨¦ la oportunidad de optar por la galleguidad que, de momento, s¨®lo les puede venir a trav¨¦s de la nacionalidad espa?ola.

Por otra parte, en lo referido a los cerebros en fuga, creo que es un cambio cualitativo que se perciban como una carencia. Venimos de una ¨¦poca en la que lo chic era que las familias bien enviasen a sus chicos a estudiar a Estados Unidos o que se aplicase el calificativo de triunfador al que lo es profesionalmente fuera de Galicia. Yo mismo viv¨ª en los a?os ochenta, con mi grupo Os Resentidos, la parad¨®jica situaci¨®n en la que en Galicia se nos interpretaba como triunfadores en Madrid y en los medios de comunicaci¨®n del foro lo que realmente se valoraba era de d¨®nde ven¨ªamos y que se daba por hecho que el grupo ""arras¨¢ba en Galicia".

Ni tanto ni tan poco. Habr¨¢ que poner las cosas en su lugar. La emigraci¨®n es producto de la miseria econ¨®mica y pol¨ªtica del pa¨ªs. No se les puede reprochar a nuestros antepasados que buscasen fuera lo que Galicia les negaba, aunque nuestro punto de vista "politicamente correcto" hubiese preferido que se quedaran aqu¨ª para "redimir el pa¨ªs". Pero, sobre todo, no se le puede negar ¨¦pica y reconocimiento a cientos de miles de gallegos y gallegas que cruzaron mares que nunca hab¨ªan ni visto, tomaron trenes y aviones con destinos lejanos y se abrieron paso en idiomas que ni sab¨ªan que exist¨ªan.

Quiz¨¢s, uno de los buenos contenidos muse¨ªsticos, adem¨¢s del obvio de las bellas artes, para la controvertida Cidade da Cultura sea la emigraci¨®n como expresi¨®n de nuestra vocaci¨®n tolerante, universalista y cosmopolita de aportaci¨®n a la diversidad cultural. Somos un pa¨ªs a escala humana, afortunadamente "naturalmente peque? o", y tampoco podemos pensar nuestro futuro en torno a nosotros mismos ni concebir la creaci¨®n de riqueza econ¨®mica y cultural en claves de autoconsumo. L fuga de talentos confirma que no estamos gen¨¦ticamente abocados a la ignorancia, pero nos debe hacer pensar sobre todo en el dinero y calidad de gesti¨®n que se aplica y aplicamos a la investigaci¨®n y a la universidad en Galicia.

En el avance de nuestra conciencia individiual y colectiva tiene que ser priortiaria la proliferaci¨®n de gallegos y gallegas sin complejos. Quede atr¨¢s la malicia. Recuerdo que ya hace unas d¨¦cadas hab¨ªa escritores gallegos que, para descalificar a alguno de sus colegas , dec¨ªan: "?se no resiste una traducci¨®n al castellano". Vuelvo a lo mismo, en la inteligente combinaci¨®n civil de individuos arraigados y universales est¨¢ lo mejor de nosotros mismos. No lo olvidemos, se diga como se diga, la gente de Galicia somos gente de mundo.